Capítulo 4: "Visitas inoportunas"

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El viaje hasta la casa del lago fue silencioso, sepulcralmente silencioso. Nadie quería decir nada que interrumpiera las cavilaciones del resto o, en el caso de Liv, que evidenciara las propias. Ante la nueva probabilidad, había demasiadas cosas que meditar, o al menos para dos de las personas en el auto.

Sin embargo y pese a no haber encendido siquiera la radio para alivianar el camino, no tardaron en llegar. Después de todo, era un viaje de una hora. No podía retrasar lo inevitable.

En el momento en que llegaron a destino, Tony se encontraba de camino a la casa, con Morgan en sus brazos y el casco de un traje colgando en su mano.

—¡Liv! —gritó ella, acostumbrada a correr hacia la chica cada vez que la veía llegar. La pelirroja solo movió la mano a gesto de saludo, con una sonrisa en su rostro.

—Ve con mamá —escuchó que Tony le susurró para luego bajarla.

Dejó a la niña en el porche de la cabaña y ella entró a la casa rápidamente. Tony se acercó a los recién llegados, observando a la mayoría con una mirada escrutadora. Sirvió a todos los presentes un trago mientras Scott explicaba su travesía y Liv observaba el paisaje con calma, sentada sobre la cerca.

—Sabemos cómo suena... —se justificó Scott, mientras Tony repartía los vasos.

—Podrías haberme enviado un mensaje de advertencia, pequeña traidora —le susurró a Liv al entregarle uno.

—Te habría dado oportunidad de huir.

—Tony, luego de todo lo que has visto, ¿es algo realmente imposible? —inquirió Steve, recuperando la atención del hombre que se veía bastante descontento con ello.

—La fluctuación cuántica se mete con la escala de Planck lo cual desata la proposición de Deutsch, ¿podemos coincidir en ello? —preguntó Tony, soltando un suspiro cansado.

—¿Ves? Es exactamente lo que les dije en el auto... —Liv se escondió detrás de su vaso con intención de disimular lo desorientada que estaba.

—Cállate antes de que te mande a jugar con Morgan —la fulminó con la mirada, obligándola a tomarse el tema sin el sistema de defensa que constituía su humor. El hombre le extendió su vaso a Steve—. En términos más simples, significa que no volverás a casa.

—Yo lo hice —refutó Scott con lo más parecido a un ceño fruncido que había portado en lo que la chica llevaba de conocerlo.

—No, tú sobreviviste accidentalmente. Es una posibilidad de mil millones contra una. Y ahora quieres hacer un... ¿Cómo lo llamaste? —Tony estaba manteniendo su nivel de ironía dentro de los parámetros de lo cordial, pero Liv podía percibir que toda la idea le resultaba no sólo ridícula, sino que también odiosa.

—¿Un robo temporal?

—Claro, un robo temporal. Por supuesto —respondió Tony, antes de blanquear sus ojos— ¿Por qué no pensamos esto antes? —agregó, sus niveles de ironía subiendo a cada palabra.

—Tony... —advirtió ella. Si estaba de mal humor, Scott era el menos indicado para desquitarse.

—No Liv, es hilarante. Es un sueño de pipa.

—Las gemas están en el pasado. Podríamos volver, podríamos conseguirlas —el esfuerzo de Steve ya comenzaba a sonar desesperado, pero Tony no parecía dispuesto a dar su brazo a torcer.

Era entendible, después de todo. Él no había perdido a nadie imprescindible. Liv se preguntó fugazmente si la respuesta habría sido diferente si ella se hubiera encontrado entre los desaparecidos.

Warzone Queen || Bucky Barnes (Warzone Legacy 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora