Warzone Queen || Bucky Barnes (Warzone Legacy 4)

Capítulo 8: "Hay que pensar en... ¿negativo?"

La llegada al complejo fue triunfante una vez más, pero nadie parecía dispuesto a festejarle los logros a pesar de que todo el plan estuviera dando resultado solo a causa de ella. Bueno, y tal vez un poco de ayuda de Rocket y Tony. Debía concederles el mérito de haber traído a Thor y construido la base para el encogedor molecular respectivamente. Era lo justo.

Steve fue a recibirlos a la puerta, estrechando a Thor en un abrazo luego de recuperarse de la sorpresa al ver su aspecto. Acto seguido se presentó con Valkyrie y los invitó a pasar. A Liv, su presencia no hacía más que recordarle cosas que trataba de olvidar mientras había asuntos de vida o muerte.

Avanzó por el edificio, encabezando la procesión hasta la sala que había sido designada para las reuniones, tratando de deducir en el camino cuál sería el próximo paso en el plan. Pero, al llegar, pudo olvidar momentáneamente sus preocupaciones al divisar a un viejo amigo que no había visto por demasiado tiempo: Clint se encontraba recostado sobre el marco de la puerta con cara de pocos amigos y un peinado algo polémico, pero su expresión no tardó en suavizarse al ver a la muchacha.

—¿Cómo te encuentras? —preguntó el hombre, pese a que se trataba de una inquisición vacía. Nadie allí estaba realmente bien.

—Ya sabes, alcohólica, un poco suicida y, hey, tengo un reino a mi cuidado y no tengo idea de qué hacer con él —Liv trato de quitarle gravedad al ambiente de la única forma que sabía: con una ironía que pecaba de inoportuna— ¿Qué hay de ti? —devolvió el gesto, aunque temía la respuesta que podría recibir. Natasha la había puesto al día sobre el hobbie que Clint había adquirido para lidiar con la pérdida y, si debía ser honesta, prefería dedicarse a verle el fondo a una botella. Pese a que aquella posibilidad ahora parecía estar fuera de la mesa para Liv.

—No mucho... algo de turismo —se cruzó de brazos, volviendo a su expresión huraña, midiendo a la chica y su reacción. Honestamente, no podía juzgar sobre malas decisiones, no en ese momento.

Lo único que atinó a hacer fue acercarse al hombre y darle un abrazo. Ella lo había extrañado, él lo necesitaba, ambos salían ganando. Clint correspondió al gesto y Liv sintió como sus músculos se relajaban. Con un poco de suerte, luego de eso dejaba de mirar a todo el mundo como si quisiera asesinarlos.

Mientras habían mantenido la charla, la habitación se había llenado. El proyecto se veía prometedor, habían logrado reunir al grupo, o al menos a la gran mayoría, para esa misión. Ahora solo restaba saber qué demonios harían y ejecutarlo sin la más mínima falla. Aquella idea le producía una sensación de incomodidad al ver la pobre versión del dios asgardiano que los acompañaba ese día.

Tony entró a la sala y se posicionó a su lado, seguido por Steve, quien provocó una punzada en la columna de la chica y que ella se comenzara a remover incómoda en su lugar. Soltó un ligero suspiro de molestia y aquello bastó para hacer que Tony pusiera los ojos en blanco.

—Liv, Steve, una palabra antes de comenzar con el planeamiento de la misión suicida —anunció con tono despreocupado, para luego salir de la habitación. Pero, por algún motivo, la chica se sentía como una adolescente de camino a la oficina del director.

—¿Qué sucede, Tony? —tenía que concedérselo, en situaciones límite Steve era muy bueno fingiendo inocencia. No sabía cuál era la naturaleza de la reunión, pero a esas alturas Liv podía adivinarlo. No había muchas cosas que le pasaran por arriba de la cabeza a Tony Stark.

—Oh, por favor, Cap, no te hagas el inocente —masculló el hombre entre dientes—. En otra situación los habría encerrado a ambos en habitaciones diferentes para que pensaran en lo que hicieron y porqué lo hicieron. Pero lamentablemente no puedo darme el lujo de perder ese tiempo ahora —Tony la observó con una mirada incendiaria que pudo confirmar las teorías sobre el motivo de aquella charla que la chica guardaba—. Así que por el momento les pediré únicamente que mantengan una distancia de dos metros y que se comporten como adultos, ya que tanto les gusta jugar a serlo ¿Entendido? —preguntó en un tono que no daba lugar a réplicas ¿Alguien le diría que sí eran adultos? ¿No? Okay.