Fanfic de Sailor moon.
Usagi cumplió su destino: está casada con Endymion y ha tenido una hija, Chibiusa. Pero en su corazón sigue pensando en Seiya/Fighter.
¿Seguirá Seiya pensando en ella o la habrá olvidado?
Los personajes no me pertenecen. Son...
Usagi se había levantado muy temprano para ser su día libre. Pues estaba muy nerviosa porque iba a ver a Seiya.
No sabía qué ropa ponerse, puesto que cuando la encontraron no tenía nada más que un traje misterioso (el de Fighter), pero no iba a ponerse eso, ya que era demasiado llamativo. Por suerte, al trabajar en el restaurante Tanaka fue comprándose algo de ropa para poder usar.
En el armario de su habitación tenía un vestido rosa muy bonito, que decidió usar para la ocasión, acompañándolo con una pequeña blusa naranja para ponerse encima.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al salir de su cuarto, se cruzó con Ayato.
-¿Adónde vas tan temprano? ¿y así? –le preguntó.
-Ayato, no seas tan chafardero... ¿se puede saber qué te importa a ti mi vida privada? –le preguntó Usagi.
-Pues mira, me importa, porque te he cuidado desde que te encontré con Toya y me preocupas, Usagi... -le dijo Ayato. –Además, ni siquiera recuerdas nada de tu vida... ¿qué tal si tienes novio o incluso estás casada?
Usagi se quedó pensando por unos minutos.
-Bueno, eso no impide que no pueda salir y conocer gente... solo voy a salir un rato a distraerme... ¿o no puedo? –le contestó Usagi.
-¿Quieres que te acompañe? –le preguntó el chico.
-¡No! Es que... me apetece ir sola... -le contestó Usagi –pero gracias... -dijo yéndose.
A Ayato le dieron mala espina la actitud y comportamiento de Usagi.
Usagi fue caminando hasta que llegó al parque de atracciones. Seiya todavía no había llegado. Así que decidió esperarlo sentada en un banco.
De pronto vio, que en la zona de arena, habían dos niños pequeños que le tiraron tierra a una niña.
Justo en ese momento, llegó Seiya y vio a Usagi que se disponía a ir donde estaban los niños.
-Eh, ¡eso no está bien! –les regañó Usagi a los niños que le había lanzado arena a la niña. – ¿Por qué le habéis tirado tierra? No lo volváis a hacer u os castigaré... -de pronto se dio cuenta de que esas palabras las había dicho alguna vez ella misma -¡Eh! pero ¿qué estoy diciendo?
-Vámonos, creo que está loca... –le dijo un niño al otro.
Los dos niños se asustaron de Usagi y se fueron corriendo.
-Bueno, ¿estás bien, pequeña? –le preguntó Usagi dirigiéndose a la niña.
La niña asintió y después dijo con una voz muy tierna y dulce: -Sí, gracias...