Una ciudad del futuro

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No hay nada que no conozcamos, todos escuchamos los pensamientos de nuestra mente, el cielo y la tierra pueden estar separados pero ambos forman parte del lugar en el que vivimos.

Cuando las nubes se iluminan en el cielo de la tarde, con la luz del sol que se oculta en las montañas, parecen tener un color rosa pastel, dulce a la retina de nuestros ojos, llega el momento en el que el cielo tiene un sabor a durazno.

Se siente como aquel momento en el tiempo en dónde fijamos nuestra mirada a un objetivo que no tiene atractivo alguno al ojo humano.

Nuestra mente comienza a cegar nuestra vista sin hacer uso de nuestros párpados y nuestra esencia es sumergida a nuestros pensamientos.

Ese momento tan mágico y espiritual puede ser una pequeña visión de cómo sale a la luz esa esencia que es consumida por nuestra absorbente personalidad.

Mientras tanto escucho a alguien tocar ligeramente la puerta del closet de la habitación sacándome de mis pensamientos pero no presto mucho atención, por segunda vez escucho el mismo sonido y me a acerco a ella.

¿Quien está ahí? «pregunté con una voz nerviosa»

-Afrodita «respondió nerviosa mientras abrió la puerta»

¿Qué haces allí? «pregunté»

-No lo sé, estaba en la biblioteca buscando un par de libros interesantes, pero mientras caminé por el pasillo sentí algo extraño y ahora estoy aquí, me tomo un par de minutos darme cuenta que era una puerta lo que estaba en frente de mi «respondió confundida»

Me detuve un tiempo para pensar como Afrodita entro a mi casa y caminé a la puerta principal para cerrar la puerta pero esta estaba cerrada.

-Harith ¿escuchas eso? «dijo Afrodita nerviosa»

Se escucha como un coro de aves cantando a la par del bramido del mar «pensé»

El canto de las aves parecía escucharse cada vez más cerca de mi casa, y el sonido estaba más presente en dirección a la cocina.

Creo que viene de la cocina «dije en voz baja»

Caminamos a la cocina y el sonido venía de la lavandería.

-¿Qué tienes allí? «preguntó Afrodita»

Afrodita se acerca a la puerta y lentamente la abrió pero al hacerlo no miro nada allí.

-El sonido sigue ahí pero no hay nada aquí.



Tal vez debamos entrar «sugerí»



No pasó mucho tiempo cuando al entrar empecé a notar como todo lo que veía se movía como el agua cuando su calma es interrumpida por una piedra al caer y entonces...



Al entrar nuestra mente fue despejada y cegada de toda nuestra vida, es como si supiéramos qué somos y cómo somos, pero no supiéramos qué fuimos en el pasado, el sentimiento era extenso se sentía como una aventura o una película que se observaba desde el exterior de la ciudad, había edificios muy altos y una carretera radiante que rodeaba el lago que estaba en el centro de la ciudad, se sintió como un viaje a una ciudad del futuro.



Fuimos llevados al tren que recorría toda la bahía del lago, ambos conversábamos con mucha naturalidad en el tren y este tenía una forma de cápsula horizontal, todo lo veía como el espectador que observa una película.



Se sintió como un sueño, estábamos en ese tren e inesperadamente fuimos transportados a otro lugar, había muchos árboles como una especie de reserva, los árboles, las flores, el cielo y las personas transmitían un ambiente familiar y armónico, de alguna manera estaba consciente que me encontraba al norte de la ciudad pero tenía una sensación extraña, tenía dos visiones el jugador y el espectador.



El jugador es el que todos tenemos presente es esa visión de lo que tenemos a nuestro al rededor, pero el espectador funcionaba al mismo tiempo que el anterior tenía dos visiones, podía mirar todo aproximadamente desde la copa de los árboles.

Me encontraba sólo en un aspecto neutral, saqué de mi bolsillo un reloj tenía una forma de brújula y era de un material negro que se iluminaba a la luz e inesperadamente una transición tomó lugar sólo que esta se sentía como si fuese provocada por mi.



Fui transportado a otro lugar que tenía colores más simples, se puede definir como una mañana en la que el sol aún empieza a levantarse, en el lugar había un salón seguido por otro como una especie de fraccionamiento y al frente de ellos un guardia de seguridad, la única entrada para la ciudad era este pasillo, las personas portaban un uniforme de color gris así como el grafito del lápiz, usaban zapatos negros como el carbón, estos caminaban por el pasillo pero nosotros dos éramos los únicos que podíamos entrar a la inaudita ciudad.



Salí de ahí y me encontré con escaleras, árboles y más salones al parecer me encontraba en un instituto y yo era parte de él, me mostraba curioso pero también tenía una sensación de alivio por saber que los demás no podrían entrar al lugar de dónde venia.



Como si fuese una especie de guardia.



Me puse a pensar en mi reloj, revisé mis bolsillos para tomarlo pero uno de estos estaba roto, me sentí agobiado porque el reloj no estaba en mis manos pero sabía que podría recuperarlo al regresar al punto exacto dónde lo perdí.



Fue como si en algún momento en el tiempo el instituto en el que me encontraba hubiese sido la misma ciudad de la que había venido.

Observe el lugar recordando cómo era el parque en el que perdí el reloj e inmediatamente regrese al punto donde lo perdí.



Ahí estaba, todo a su al rededor cambió pero el fue el único que permaneció.



Incluso me pregunté si era el único que podía verlo.



...



Al ser enviados de vuelta recupere la conciencia y me encontré en el suelo de mi cocina mientras Afrodita despertó en la sala, me levante y camine a ella, asustados comenzamos hablar.



-Sentí miedo, insuficiencia, inseguridad, estaba en la copa de un gran árbol, había una ciudad rural rodeándome y un tsunami destrozó la ciudad y este venía hacia mi «dijo Afrodita con la voz quebrada»

¿Como era el lugar? «pregunté»

-Recuerdo haber visto diversos árboles con gran altura y casas con tejas en sus techos, una malla dividía el lugar donde me encontraba y esta tenía la misma altura que el árbol en el que estaba.

El tsunami golpeó el árbol pero no me derribó, el agua corría con velocidad miré hacia atrás y sentí la necesidad de soltarme, la corriente me empujó y me sostuve de la malla, me sentía preocupada pero también sabía que saldría viva de esto, miré el agua correr con fuerza pero esta no me hacía daño.

No había más personas allí era la única que me encontraba, el bramido del mar aumentaba y yo sólo me sostenía «respondió Afrodita»

¿Qué pasó después? «pregunté curioso»

Harith y los pensamientos incompletos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora