Revelación

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[Véase el final del capítulo 13, "Por siempre"]

¿Por qué vive sólo? «pregunté»

-Ahí viene Stephen «anunció Marjorie sin responderme»

Mis ojos notaron que Stephen al mirarme, se alegró de verme le nació una sonrisa, y lo hice de vuelta.

Tenía una camisa color blanca de mangas extendidas, el abrigo café que usó cuando lo conocí por primera vez, su cabello castaño iluminado por el resplandor lucía como la dulce cajeta y tenía un olor como a un hombre con la mirada firme que daría cada centavo de sus últimas monedas a cambio de la seguridad de las personas más importantes en su vida.

-¡Hey Marjorie! quedaré en deuda contigo «bromeó Stephen»

Me alegro de encontrarlo con vida «respondió Marjorie mirando a Harith»



Stephen se acercó a Harith para abrazarle y así lo hizo.



Cuando el calor de su cuerpo me cubrió, mis sentidos notaron que la primavera acercándose se sentía fría, el invierno aún tenía posesión de esta ciudad.

-¿La segunda semana del tercer día, decidiste escapar de la seguridad de mi casa para recostarte en este parque? «bromeó Stephen mientras me decía al oído»

No sentía la confianza de responder a esa pregunta tan acertada así que solo sonreí, es increíble como el universo me rescató sin que fuese consciente de la oportunidad que me ofreció y Stephen era la herramienta que utilizó.

-Regresemos a casa Harith «dijo Stephen»

Asenté con la cabeza.

Tengo que ir a casa «comentó Marjorie»

-¿Por qué no vienes con nosotros?, prepararé la cena «sugirió Stephen»

Me encantaría pero tengo que pasar la noche con mi familia «respondió Marjorie preocupada»

-Otro día será «respondió Stephen sonriendo»


Caminamos un par de cuadras hasta llegar a la estación e inmediatamente conseguimos transporte para llegar a casa.

Me senté junto a la ventana del autobús y observé la ciudad desde la ventana, pero dejé de prestarle atención cuando escuché a un par de personas hablar sobre qué debían comer para conseguir una buena condición física, escucharlos hablar sobre lo difícil que es no ingerir alimentos en exceso me conmovió de gran manera.

Porque recordé la dieta emocional a la que me sometí.

Parece ser que el ser humano está constantemente interesado en resolver todo lo que no funciona, concentrándose en todo lo que le incomoda.

Desde que el inverno terminó pasé el tiempo viviendo según lo que mi círculo social tenía para ofrecerme, no tenia personas hablando conmigo pero disfruté escuchar las conversaciones de los demás mientras los observaba sentado en el asfalto del centro de la ciudad.

Ahora que me detuve a pensar y miré la ciudad, lo recuerdo todo muy bien.

Pasé mucho tiempo absorbiendo el pesimismo, la violencia, el consumismo y la vida materialista de las personas que por la calle transitaron, hasta tener una indigestión emocional, una llamada a despertar dentro de mi espacio cambió la dirección que mi vida estaba tomando.

Vivir una dieta emocional en esta tierra moderna se siente como estar separado de la humanidad, recuerdo que pasaba el tiempo recostado en el suelo porque no tenía compañía para compartir mi vitalidad.

Era como estar en una especie de hibernación en la que mis pensamientos reposaron por un tiempo de toda la negatividad que me transmitía la población.

Apartarse de la era moderna y vivir unido a lo cálido de los árboles, al borde de la ciudad en verano hasta llegar el invierno se sintió como si la única preocupación en mi vida fuese mantenerme en armonía con todo lo que habitaba en mi entorno.

Un miércoles por la mañana en verano salí a despejar mi mente, no hace mucho había leído un artículo sobre lo importante que es tomarse un respiro entre toda la velocidad de nuestra vida, así que decidí ponerlo en práctica. Me dirigí a la ciudad y atravesé un pequeño parque lleno de árboles muy altos en tamaño.

Debería descansar aquí «pensé»

Y al buscar lugar a dónde reposar encontré una banca con un color marrón, junto a una fuente blanca con agua cristalina que al reflejarse la luz del sol su color transmitía serenidad, seguridad y amor.

Ahí fue cuando conocí a mi más grande musa, Afrodita.



...



Mientras me sumergía entre el extenso océano que forman mis pensamientos sentí como la áspera muñeca de Stephen tocó mi rodilla y al observarlo separó mi atención de mis recuerdos.

-¿En qué piensas? «Stephen preguntó preocupado»

En las personas más importantes de mi vida «respondí mientras nuestras miradas se encontraron»



Stephen miró al frente mientras el camión seguía su curso.



-¿Extrañas Philadelphia? «Stephen susurró»

¿Perdón? «pregunté rápidamente»



-¿No te sientes cómodo conmigo? «Stephen cuestionó»



¿Por qué no lo estaría? «respondí»

-Decidiste marcharte en la mañana «Stephen insistió»



Es complicado de explicar «respondí entre dientes»



-¿Por qué? «Stephen preguntó preocupado»

Tengo una sequía «comenté mirando al suelo»



-¿A que te refieres? «Stephen cuestionó con interés»



Hay días en los que las palabras de mi boca fluyen como una corriente en el océano, siento la libertad que me transmiten las águilas recorriendo los cielos en la cálida tarde, pero cuando tengo una sequía puedo sentir como si la claridad de mis emociones no existiera y no puedo expresarme «declaré»

Stephen parecía sorprendido al escuchar las palabras de Harith, pero al tomarse un tiempo logró entenderlas.

El autobús se detuvo en la estación y Stephen levantó su mirada al frente rápidamente, se levantó, salió del autobús y al observarlo yo también lo hice.

Él fraccionamiento es extenso, tiene calles con un buen mantenimiento, los jóvenes recorren las extensas calles con sus patinetas, las personas hacen deporte en el campo, las madres acompañan a sus hijos, los pájaros humedecen sus plumas en el estanque y los peces disfrutan del alimento en las aguas.

Al llegar a casa de Stephen sentí una nostalgia infinita por mi hogar en Philadelphia, todo cambió en mi vida desde que llegué a esta ciudad desconocida, me quité mi chaqueta y la dejé junto a la bolsa plástica en la que guardé mi carta en la mesa del centro.

-¿Tienes hambre? «Stephen preguntó mirándome»

Asenté con la cabeza sin responder.


...



Pasaron cinco minutos mientras estuve en la sala y decidí levantarme.

¿Necesitas ayuda? «pregunté mientras me dirigí a la cocina»

No te preocupes «comentó Stephen al verme llegar»

Continué insistiendo pero él negó con la cabeza todo el tiempo.

Me dirigí a la habitación donde me quedé la primera noche y encontré en la cama una carta escrita a mano y el título de la carta decía "Caricaturas"

Harith y los pensamientos incompletos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora