Por siempre

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Fue una tarde cuando me dediqué a escribir esta carta en memoria de mis compañeros y de ese proyecto que comenzamos juntos, ahora me corresponde a mi terminarlo desde estas lejanas tierras, mientras el sol se oculta por el occidente siendo un testigo de las palabras que aquí están escritas.



Se hace tarde y aún no encuentro lugar donde pueda descansar, hace un tiempo dormía junto al asfalto de una carretera, tenía un cartón que convertí en mi cama y el puente que me cubría era mi habitación, fue seguro por un par de días hasta que un grupo de personas intentó golpearme, desde ese entonces me sentía asustado pero encontré a alguien que me tomó del brazo, cuando escuchó la historia de mi vida no dudó en mis palabras y decidió ayudarme, estuve con él durante dos semanas pero al tercer día de la siguiente, tomé un autobús y dejé que me llevase hasta el final de su recorrido, fue entonces que me detuve en una calle de esta ciudad que desconocía.

Junto a ella había un parque, era pequeño pero tenía un lugar para sentarme así que descansé en el, no fue por mucho tiempo que comencé a sentirme incómodo allí y decidí descansar en la superficie donde la hierba verde vivía y las raíces del árbol que me cubría crecían, mientras estaba allí escribí la carta y la titulé "la violencia de los días de verano" hasta que el sol se ocultó por el occidente y comencé a preocuparme por el regreso a donde es seguro, tomé la carta y todo mi equipo de escritura y lo guardé en una bolsa plástica que encontré en el suelo cuando se dañó la mía.



Me levanté del suelo y observé a las personas, parecían ocupadas en sus propias vidas así que recorrí el lugar hasta encontrar a alguien que me pudiese ayudar.



Disculpe «pregunté»



...



Disculpe, ¿me podría ayudar? «pregunté»



...



Comencé a buscar ayuda pero nadie parecía interesarle, pero la mirada de una joven detuvo la búsqueda que había empezado, parecía interesada en mí, tenía un aspecto juvenil y caminó hasta llegar a mi.



-¿Harith? «preguntó»

¿Quién es usted? «respondí confundido»

-Soy Marjorie, mi amigo te está buscando ¿por qué te fuiste? «cuestionó»

He tomado el autobús y me envío hasta este lugar, me sentí perdido e intentaba buscar ayuda para regresar «declaré»

-Me alegra haberte encontrado, por suerte no llegaste muy lejos «comentó aliviada mientras escribía en su teléfono celular»

Sonreí al escuchar sus palabras y me sentía seguro junto a ella, aún no entendía cómo me conocía pero me alegraba de haberla encontrado.



¿Cómo me conociste? «pregunté»

-Creo que mi intuición me ordenó que debía preguntar tu nombre «bromeó»

Supongo que la intuición no se equivoca «comenté mientras ambos sonreímos»

¿Cómo me conociste? «insistí»

-Stephen reunió a algunos amigos y estuvo hablando de cómo eres y cómo se conocieron para que pudiésemos encontrarte «respondió»

-¡Hey Stephen! He estado enviándote mensajes durante un rato, encontré a Harith estamos junto a la calle Hamburgo «declaró Marjorie a Stephen mientras hablaba por teléfono»



Recuerdo cuando conocí a Stephen, vestía un abrigo café que hacía juego con su cabello castaño, lucia como alguien que defiende su corona y se siente seguro en la tierra que habita, me sentía cansado, tenía hambre y había dentro de mi una frustración invadiéndome, no existía la luz en mi mirada y tenía los ojos inundados, él me miró desde lejos y se acercó a mi, como humano se compadeció, se sentó junto a mi, preguntó mi nombre y respondí, las personas jóvenes solían ignorarme en esta ciudad pero él fue el primer chico que no lo había hecho.

Me preguntó si tenía un hogar y le negué con la cabeza, me dijo que lo acompañara y así lo hice, me llevó a un café y me invitó a desayunar, desde que llegué a esta réplica de mi hogar no me sentía seguro pero una mañana en un café me comencé a sentir seguro de nuevo.

Me preguntó por mi familia pero la única familia que conocía fue a mis compañeros en Philadelphia, respondí con mi historia y él pareció entenderla, fue como si me encontrase en un desierto y un extraño se apareciera en mi camino para darme de beber, un agua que curase mi fatiga y refrescara mi garganta, no podía sentirme más aliviado desde ese día, recuerdo que mi voz se quebró y la nostalgia en mis ojos me invadió, me sentía tan lejos de mi hogar y no podía hacer nada para resolverlo, el tiempo avanzó y se sentía como si estuviese congelado en esa escena por siempre.

Stephen me miró durante un tiempo y solo observaba mi dolor, algo dentro de él sentía lo mismo pero sólo eso logré entender, bebí un poco de jugo y me llevó al lugar donde vivía.

Tomamos un taxi hasta llegar a un fraccionamiento a la orilla de la ciudad, me sentía muy avergonzado así que no dije nada durante el camino, al llegar tomó mi brazo y me comentó que esta era la tierra que le pertenecía, me sentí afortunado de habitar su reino y durante una semana me dediqué a observarlo, pregunté por su edad un martes por la mañana y desde ese momento su mirada se iluminó durante el resto del día, mientras tanto me sentía ingenuo el resto del tiempo, me dediqué a limpiar por la mañana mientras él dormía y al transitar los días algo dentro de él se hacía más sabio.



Un joven adulto de veintisiete años llamado Stephen se preocupó por mí durante todo el tiempo y yo solo transitaba con la cabeza al suelo.



-Stephen viene en camino «comentó Marjorie sacándome de mis pensamientos»

¿Hace cuanto conoces a Stephen? «pregunté»

-Hace dos años, mi hermano es un gran amigo suyo y por él lo conocí «respondió Marjorie sonriendo»

¿Y su familia? «pregunté nervioso»

-Ellos viven en Philadelphia, Stephen vive en esta ciudad por su cuenta «respondió Marjorie»

¿Por qué vive solo? «pregunté»

Ahí viene Stephen «anunció Marjorie sin responderme»

Harith y los pensamientos incompletos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora