Saint abrió sus ojos y miró su reloj despertador donde marcaban ya las nueve y media pues al parecer se había quedado dormido sin ponerlo y su amiga lo llamaba gritando en la puerta con insistencia....—¡Venga despiertate ya!, ¡Arriba, abreme, vamos!, ¡Apurate que se te hace tarde!.
—Ya, ya voy—habló caminando hacia la puerta principal.
—¡Venga!, ¡Vamos en serio, no puedes se más desastre!, ¡Saint!
Tras abrir este resopló molesto.
—¿Acaso hay un incendio o es que estás loca?, ¿Que demonios te pasa?, me ibas a romper la puerta—dijo frotando sus ojos aún medio dormido.
Janis suspiró resignada, entrando y cerrando la puerta.
—¿No te acuerdas verdad?.
—¿Acordarme?, ¿De qué tengo que acordarme?—preguntó este mientras cogía el filtro de la cafetera para hacerse el desayuno.
—Dios mio, de verdad... cuando seas millonario al menos quiero un deportivo como comisión por ser tu asistente personal no remunerada.
De repente este se giró y la miró con sus ojos muy abiertos.
—L-La fir-firma de libros...oh joder se me olvidó completamente, ¡mierda!, ¿Cuanto tiempo tengo?— habló este soltando lo que tenía en la mano y corriendo hacia su cuarto.
—Ya sabía que te dormirías pero aún así apúrate, es a las once...anda duchate rápido, yo te prepararé el desayuno.
—Gracias Janis, te quiero, eres la mejor— dijo este besando su mejilla, antes de salir corriendo hacia el baño.
Pico después, ambos salieron de la casa y emprendieron camino a la librería del barrio.
—Estoy muy orgullosa de ti, Saint
—Gracias, te confieso que estoy muy nervioso, ésta es mi quinta novela pero es la primera vez que se venden tantos ejemplares, pensé que no conseguiría terminarla nunca—dijo sonriendo.
—Lo sé pero me alegro que salieses de tu depresión y afrontases tu pena plasmándolo en esta obra maestra y sobre todo, que aunque él regresase a la cuidad, no perdieses el Norte de nuevo—dijo la chica palmeándole la espalda.
—Si, han sido unos meses muy duros, pero al fin he comprendido que él ha elegido su vida y yo tengo la mía, no es bueno forzar las cosas, si no se dieron—dijo este de boca para afuera, sintiendo morirse por dentro mientras hablaba.
—Muy bien, a si me gusta, este es mi chico.
Al girar la calle, se encontraron con que la librería estaba repleta y la cola de personas daba vuelta a la esquina, este estaba asombrado, toda esa gente venía a verlo a él, venía porque amaban su libro.
Entró y tras saludar al representante de la editorial y al dueño de la librería, se sentó en la silla tras la mesa que tenía un cartel con su nombre y una foto de él con su libro.
...—Buenos días Sr. Suppapong, me encanta su novela, «Cenizas» es mi nueva biblia—dijo la primera mujer de la cola que se acercó para que este se lo firmase.
—Muchas gracias, ¿cómo se llama?—Pregunto amablemente mientras sonreía de oreja a oreja.
—Grace, señor.
El castaño escribió una frase de agradecimiento y su firma y se lo entregó a la mujer.
—Muchas gracias Grace, me ha encantado conocerla y saber que le encanta mi novela.
Tras la mujer fueron pasando una a una todas las personas que deseaban una dedicatoria del escritor en sus ejemplares, él sonreía y de vez en cuando miraba a Janis alucinado del éxito que estaba teniendo.
Había sido duro el camino a recorrer, muchos meses de terapia con un psicólogo, el cual le hizo entender que no podía echarse a morir por una historia de amor fallida, ni tampoco guardar rencores, por eso había escrito esa novela.
En ella había contado su historia, sus traumas y miedos, era autobiográfico y su manera de encauzar su dolor y su pérdida.
Mientras no muy lejos de allí, Zee ojeaba el periódico del día y entonces en una pequeña sección de las páginas de cultura, vio un anuncio que le hizo dar un vuelco el corazón.
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HOY EL ESCRITOR LOCAL SAINT SUPPAPONG, ESTARÁ EN LA LIBRERÍA PAPIROS A PARTIR DE LAS ONCE HORAS, PARA LA ENTREGA DE FIRMAS DE SU ÚLTIMA Y MÁS EXITOSA NOVELA TITULADA: «CENIZAS».
———————————————————Saint
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22. Vuelvo a ti - Zaintsee Terminada
FanficDespués de conocerse en unas terribles circunstancias, Zee Pruk y Saint Suppapong se ven inmersos en una relación tormentosa que los tiene dando tumbos de aquí para allá durante cinco años. ¿Por cuanto tiempo más podrán mantener esa situación entre...