Yatch miraba de vez en cuando de reojo a Saint, quién sentado a su lado, aguantaba sus lágrimas de regreso a casa.El castaño no había dicho una palabra desde que habían salido de ver a Zee, ni tampoco había cambiado su cara entristecida por las duras palabras de este cuando enfadado le prohibió que volviera a ir por allí.
Los hermosos ojos de este hacían esfuerzos sobrehumanos para aguantar que estas no se desbordaran por sus mejillas, mostrando realmente lo dolido, triste y destrozado que estaba realmente.
...-¿Estás bien, precioso?, ¿Quieres que paremos un rato?.
-No, no pares, vámonos a casa, estoy muy cansado y quiero dormir-dijo este en voz muy baja.
El moreno asintió resignado.
Los tres días siguientes, Yatch los pasó viendo como el castaño se pasaba todo el tiempo en la cama, llorando, sin comer, sin hablar y sin ganas ni siquiera de bañarse.
Finalmente, este llamó a Janis y cuando la chica llegó, se encontró con todo lo que este le había dicho y aunque por activa y por pasiva lo intentó, no pudo lograr que su amigo sonriese o comiese algo.
Tan solo logró con la ayuda de Yatch, sacarle de la cama y meterlo en la ducha entre gritos e insultos de su parte.
...-¡Maldita cabrona, déjame en paz!, ¡No ves que no quiero vivir, que no quiero nada!...¡si él me odia y no me quiere a su lado prefiero morirme!-gritaba desquiciado sin darse cuenta que su aún novio estaba delante.
La última vez, el moreno había salido corriendo de allí, ya que me dolía escucharle y hasta el castaño recibió una bofetada de su molesta amiga.
-Eres un gilipollas, ¿lo sabías?, ese chico se muere por ti, está muy preocupado y es la persona más comprensiva que he visto en mi vida y eso no te da derecho a tratarlo así...te quiero Saint pero si solo te importa Zee vuelve a tu casa y déjate morir allí pero no lastimes más a Yatch, él no se lo merece.
El castaño entonces la miró y asintió mientras avergonzado fue a la habitación dónde el moreno sentado en la cama, lloraba mientras secaba sus lágrimas con las mangas de su jersey.
-Lo siento, no quería herirte...Janis tiene razón, no puedo seguir haciéndote daño, yo sigo enamorado de Zee y creo que nunca dejaré de amarlo...pensé que contigo lograría rehacer mi vida pero no ha funcionado, perdóname....recogeré mis cosas...lo siento.
Este levantó su cabeza y lo miró con lástima.
-Yo también lo siento mucho Saint...por favor, vete cuanto antes, no quiero que estés aquí cuando regrese.-dijo levantándose de la cama y saliendo de allí dando un portazo.
El marchante de arte estaba destrozado, ya que lo que había pasado, se lo estaba temiendo desde que supo que Saint era el ex de Zee pero escuchar todo de la boca de este con tanto desprecio, había sido demasiado duro para él.
Este caminó durante horas por las calles de cuidad hasta que finalmente regresó a casa, donde se volvió a encontrar con la realidad que vivía antes de que el castaño llenase su vida, todo volvió a ser frío, oscuro y totalmente deprimente.
Janis se llevó a Saint dejó a su casa y este tiró sus maletas en el suelo de la solitaria habitación, entonces apagó su móvil y se dejó caer en la cama para seguir sumido en su abismo de autoflagelación.
Se sentía una mierda pues además de sentirse culpable por el fin en el que había acabado Zee pues creía que si le hubiese hecho frente a Pam aquella noche y hubiese luchado por él, nada de eso hubiese pasado, además, tenía que lidiar con el peso de haberle roto el corazón a Yatch, quién era un chico extraordinario.
Las duras palabras que escuchó de su boca y los extraños ojos del escritor mirándolo, esa última vez que lo vio, retumbaban en su mente constantemente, como si un apocalíptico estruendo golpease una y otra vez las puertas de su alma, a punto de desvanecerse.
Durante un mes, el castaño permaneció muerto en vida, encerrado en casa, sobreviviendo a base de congelados y cerveza, hasta que su amiga no le compró más, entonces salió a beber a los bares.
Janis no sabía que hacer para animarlo, le dolía mucho verlo así, aunque aún seguía enfadada con él por usar a Yatch, el cual, un día sin más, dejó su trabajo y sus estudios, se despidió de los amigos y se regresó a Londres con su familia.
Finalmente, un día, el escritor decidió plasmar todo su frustración en un nuevo libro y gracias a esa vía de escape, nuevamente logró reponerse y coger fuerzas para salir del hoyo.
El contrato de alquiler se terminó y este echó los inquilinos de su apartamento y volvió a instalarse, entonces cayó en la cuenta de que no le había contado a Zee algo que lo alegraría.
Ese mismo día armado de valor, casi un mes y medio después, este puso rumbo a la penitenciaría de nuevo, está vez fue solo y sin testigos, ya que estaba decidido a decirle a Zee todo lo que pensaba de él y de la mierda se vida que habían conseguido estando separados.
....
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22. Vuelvo a ti - Zaintsee Terminada
FanficDespués de conocerse en unas terribles circunstancias, Zee Pruk y Saint Suppapong se ven inmersos en una relación tormentosa que los tiene dando tumbos de aquí para allá durante cinco años. ¿Por cuanto tiempo más podrán mantener esa situación entre...