Después de conocerse en unas terribles circunstancias, Zee Pruk y Saint Suppapong se ven inmersos en una relación tormentosa que los tiene dando tumbos de aquí para allá durante cinco años.
¿Por cuanto tiempo más podrán mantener esa situación entre...
Zee estaba contento pero muy nervioso, ya que a pesar de que llevaba varios años en el negocio, no se acostumbraba a ser cuestionado por la gente que no entendían el arte.
...—Estoy tan emocionada amor, hoy es tu gran día, por fin podrás mostrar tus últimas obras al mundo.
—Bueno, al mundo tampoco Pam, me conformo con que a la gente de Tailandia le guste mi trabajo y encuentre buenos compradores.
—Si ya amor pero nunca se sabe, quizás esta vez alguien extranjero venga.
Este asintió sin mucho afán y entonces siguió revisando las esculturas que había hecho estando en Francia, durante los meses había pasado allí y otras que hizo desde su regreso.
Lo cierto era que estas tenían mucho de sus distintos estados de ánimo, la etapa pasada con sentimientos de amor, de angustia, esperanza y rasgos de una grande y profunda tristeza.
—Está todo listo Sr. Pruk y en cuanto suenen las cuatro, abriré las puertas, ¿está preparado para triunfar una vez más?—dijo su asistente muy ilusionado por su jefe.
—Si, lo estoy—dijo este de boca para fuera pero lo cierto es que estaba hecho un flan en su interior.
—¿Vamos a comer amor?—habló su novia colgándose en su cuello para abrazarlo y darle un rápido beso de ánimo.
—Si, vamos.
Esta le limpió los restos de carmín que le habían quedado marcados alrededor de la boca de este y entonces se colgó de su brazo.
—Te dejo a cargo, Peter cualquier cosa ya sabes.
—Si, señor, tranquilo.
(...)
Las cuatro llegaron y como había anunciado, el ayudante del escultor abrió las puertas de la galería en la que ya ansiosos guardaban cola unas cuantas personas.
En esa primera hora, casi todos fueron sus alumnos, junto con sus padres y familiares pues deseaban ser los primeros en ver las grandes obras de su profesor.
Según pasaron las horas una a una, las obras de Zee se fueron vendiendo, aunque había una curiosidad pues la mayoría de ellas, fueron adquiridas por un comprador internauta bajo el seudónimo de Bunny.
Cuando dieron las diez de la noche, Peter volvió a cerrar las puertas muy satisfecho pues había sido un total éxito y hasta la última de sus obras, habían sido vendida.
Lo cierto es que había hecho un buen negocio pero aún así, Zee no estaba feliz del todo, ya que no lo disfrutó tanto como le hubiese gustado.
En las demás exposiciones, siempre había estado presente la persona más importante de su vida para él pero en esta ocasión no había sido así, por lo que se sintió incompleto y decepcionado.
Este había guardado durante todo el evento, la esperanza de que Saint hubiese ido a ver sus obras, que se hubiese interesado por él, sabía que siempre había amado sus obras pues en el tiempo que habían estado juntos este siempre había alardeado de él y presumía de su talento con otras personas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
FLASHBACK (Tres años atrás)
...—Oh Dios, estoy tan nervioso, cariño.
—Siempre lo estás y no de porqué...eres un magnífico escultor y tus obras son maravillosas.
—Si pero siempre obtengo más críticas que alabanzas...si no fuese por los alumnos sería un muerto de hambre.
—No exageres...en tu última exposición vendiste mucho.
Zee resopló.
—Si, claro cinco de ellas y una fue a unos amigos de mis padres y otra a tu editor.
—Venga, no te desanimes, amor...yo confío en ti totalmente y sé que algún día la gente se peleará por conseguir una de tus obras.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
FIN DEL FLASHBACK
...—Cariño...Cariño, ¿estás bien?, pareces triste—habló Pam sacándole de sus pensamientos.
Este asintió esbozando una forzada sonrisa.
—Si tranquila, estoy bien...solo estoy cansado.
Tras cerrar la galería, su asistente subió a su coche después de despedirlos y entonces Pam miró al escultor.
—Hasta mañana, nos vemos.
La profesora frunció el ceño.
—¿Cómo que hasta mañana?, de eso nada es noche de celebración y tu y yo vam...
—Esta noche no estoy de humor—le interrumpió este dándole un rápido beso en la mejilla y subiendo a su coche.
—¡Zee!..¡Zee!...¡oye!...¡Zee!
Esta resopló bastante molesta pues pensaba que este tendría ganas de celebrar y que la llevaría a un buen restaurante, luego irían de fiesta y terminar en su casa con sexo pero al parecer eso no sería así.