Al no oír nada intenté levantarme, pero escuché unos pasos y me volví a recostar.
Sentí como el sujeto se acercaba a mí y mi piel se erizo de miedo, más bien tenía panico.-Por favor. -Suplique. -Dejame ir. Te juro que no diré nada. -Dije entre lágrimas.
-Hola Eli. -Susurró a mi oído.
De inmediato reconocí la voz, era Damián. Mi miedo se transformó en enojo, me quite la sabana de la cara y lo mire enojada.
-Eres un asco. -Dije enojada.
Intente levantarme, pero me tomó de las manos y se puso encima de mí.
-¿Ya te había dicho lo mucho que me excitas?. -Pregunto mirando mis pechos.
-Damián, por favor. -Dije al borde del llanto. -No me hagas esto.
Comenzó a besar mi cuello y a acariciar mis piernas, después de un rato, sentí como su miembro se levantaba. No dijo nada y solo se desabrocho su pantalón y se acercó a mí. Yo sabía que era lo que me haría, pero no quería que me tocará más.
-Damián, no, por favor. -Dije asustada y empujandolo con mis manos.
-Oh vamos Eli. No hay vuelta atrás. -Dijo molesto.
-No. -Dije aventandolo. -Es que... Soy virgen. -Dije asustada.
-Pues ya no más.
No dijo más y de inmediato sentí como movía mis calzoncillos y me penetraba.
Al principio fue un dolor que incluso me hizo llorar y gritar, pero Damián se veía más que excitado por lo que me hacía. Después de varios segundos me comenzó a gustar, pero no quise darle el gusto de oírme gemir.Al terminar. Se recostó a mi lado y no hicimos nada. Comencé a ver como huir de ahí y ya sabía que hacer.
-No sabes como lo disfrute. -Dijo agitado.
-Y no sabes como te desprecio. -Dije molesta.
Seque mis lágrimas y me puse de pie. Damián de inmediato se paro enfrente de mí y me prohibió el paso.
-¿A dónde crees que vas?. -Preguntó.
-A mi casa. -Dije mirándolo con odio.
-¿No quisieras un segundo round?. -Preguntó en voz baja.
Me acerque sonriendo a él, pero solo fue para darle un golpe en el entre pierna y un puñetazo en la cara.
Damián cayó al piso y corrí, salí de su departamento, me asegure de saber donde estaba y seguí corriendo hasta llegar a casa.
Vi mis llaves aún tiradas en el césped, las tomé y rápido abrí la puerta y entre, cerré bien la puerta principal y subí a mi cuarto.
Me encerré y fui a mi cama. Tomé una almohada y comencé a llorar.No era la manera en la que quería perder mi virginidad y menos con Damián. Yo esperaba hacerlo con un hombre del cual me ame y yo a él.
Sin darme cuenta me quedé dormida.
A la mañana siguiente. Desperté y me metí al baño a darme una ducha.
Salí y me puse ropa cómoda, baje al comedor y mi mamá estaba sirviendo el desayuno.
Me senté a su lado y no tenía ganas de comer. Mi madre notó mi comportamiento y no dudo en preguntar que pasaba.-¿Qué tienes? ¿Pasa algo?. -Preguntó con el ceño fruncido.
-Pues... En realidad no. -Dije nerviosa.
-Cuéntame. ¿Qué pasa?.
-Pues... Anoche fui con Melissa a la bienvenida de la escuela, nos divertíamos y después de la fiesta... Diría que perdí mi virginidad.
-Wow. Veo que Gael...
-No fue con Gael mamá. -Dije interrumpiendola.
-¡¿Qué?!. -Exclamó molesta.
Se puso de pie de golpe y se veía más preocupada.
-¿Fue una violacion?. -Dijo nerviosa.
-Puede que si. -Dije algo asustada.
-Bueno, entonces... Presentaré una demanda. -Dijo mientras salía del comedor.
-¿Qué?. -Pregunté asustada.
Salí detrás de ella y la tomé del brazo antes de que saliera de la casa.
-¡Mamá no! No quiero problemas. -Dije asustada.
-Esto no se quedara así. Yo me encargó de esto.
Mamá salió de la casa y se fue.
Estaba aterrada. No sabía si mamá sería capaz de demandar a Damián, por un lado sentí alivio pues ella no lo conocía y eso era una ventaja, pero me obligará a decirle y eso me preocupó.Me tiré en el sofa y me quedé dormida de nuevo.
(...)
Desperté al oír el teléfono de la casa sonar. Me levante y conteste.Llamada telefónica
-Melissa. -Dije bostezando.-Tonta. Prepara las palomitas, llegó en diez minutos.
-Si, aquí te veo.
-Veremos cincuenta sombras de grey y si le pausas bien le podrás ver el pene a Jamie Dornan.
-Si claro. No quiero ver más penes.
-¿De qué hablas?. -Preguntó nerviosa.
-Ven rápido y te cuento aquí.
-Me iré volando.
Fin de la llamada telefónica
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ROMPIENDO TUS REGLAS
Teen FictionRegla número uno-Solo Sexo entre enemigos. Regla número dos-Siempre estar disponible. Regla número tres-Nada de sentimientos. Y regla número cuatro- Nunca, jamás, romper la regla número tres. NO SE ACEPTAN COPIAS NI ADAPTACIÓNES