CAPÍTULO 19 "¿UN MATRIMONIO?"

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No respondí nada. Damián se hizo a un lado y camine unos cuantos pasos, pero me detuve.
Me puse a pensar y tal vez deba ir a casa y pensar las cosas, o correr a besarlo. ¿Seguir mi instinto a mi corazón?.

-Espero no arrepentirme de esto. -Dije mirando al cielo.

Me gire y corrí a Damián. Él me miró y hizo lo mismo.
Me tomó en sus brazos, de inmediato le di un beso en los labios y no lo solté.

-Te amo, Damián. -Dije feliz.

-No sabes lo bien que me hace escucharte decir eso. -Respondió de la misma manera.

Me levanto en sus brazos, me dio vueltas y reí.

-No tuvimos el mejor baile de graduación. Pero podrás presumir de un baile bajo la lluvia. -Dijo mirándome fijamente.

-Es más que perfecto.

Me tomo de la cintura y empezamos a bailar.
Como me hubiera gustado bailar en la pista de baile, pero es mejor estar con Damián y de sonido, el caer de la lluvia.

(...)
Damián y yo fuimos a su departamento.
Me quite el vestido también el maquillaje y acomode mi cabello.
Damián me dio una pijama de él para ponermela y estar más cómoda.

(...)
Ambos fuimos a la sala, con dos tazas de chocolate caliente, unas sábanas y unas galletas de mantequilla. Damián subió la calefacción un poco y nos quedamos sentados en el sofá, viendo una película.

-El clima me agrada, cuando no estoy temblando porque me moje por veinte minutos. -Dijo Damián con la voz temblorosa.

-Lamento haber sido tan sentimental. -Dije en sarcasmo.

-No te preocupes, era una broma. -Sonrió de lado.

-Debo llamar a mamá, si no se preocupara... Bueno mejor llamaré a Melissa y que ella le pase el recado, de todas formas dijo que iría a mi casa.

-Si esta bien. Toma el teléfono que está en la cocina y llamala.

Me levante y fui para allá.
Tomé el teléfono y llame dos veces, hasta que contestó en la tercera vez.

Llamada telefónica
-¿Hola?.

-Melissa, soy yo, Elisa.

-Hola. ¿Qué sucede?.

-Nada. Ya todo terminó, estoy con Damián y todo está solucionado.

-¿Segura?.

-Totalmente. Solo quería llamarte para que le avisaras a mamá que estoy con él.

-Si, no te preocupes, yo le aviso.

-Si. Te llamo luego. -Sonreí.
Fin de la llamada

Damián entró a la cocina y se acercó, me tomó de la cintura y me beso, correspondí su beso y sentí que me tomaba de los muslos y me subió a la mesa.
Seguimos besándonos y poco a poco bajo a mi cuello, me beso delicadamente y después levanto la mirada y me miró feliz.

-Estoy feliz. -Sonrió. -Creeme que ahora solo quiero estar contigo.

-Ya no habrá nada que se interponga... Bueno hay que acomodar nuestros horarios o idear algo para poder vernos más seguido.

-Eso si, tienes toda la razón. Ahora que no estamos en la universidad, ya no será lo mismo vernos en la entrada, en los pasillos y así.

-Exacto. ¿Qué se te ocurre hacer?. -Frunci el ceño.

-¿Un matrimonio?... -Digo un...

-¿Dijiste matrimonio?. -Dije sorprendida y con el ceño fruncido.

-Quise decir... -Dijo nervioso. -Ya no se que quise decir.

Bajo la mirada y yo respondí, sin tan siquiera pensarlo.

-Aceptó. -Sonreí.

-¿Qué? ¿En serio?. -Preguntó feliz.

-Si me lo pides... Diré que sí.

Sonrió como loco y se lanzó a seguir besándome.

Tiempo después
Melissa se quedó a dormir conmigo y estaba entusiasmada y a la vez con los nervios de punta.
Hoy es el día y no sabía cómo sentirme al respecto, tuve mil y un emociones y sentía que vomitaria. Es una nueva etapa que puede cambiar mi destino.

-La estilista dijo que vendría a las cuatro. Así que tenemos tiempo de sobra, apenas son las dos y el evento es a las seis. -Dijo Melissa feliz.

Sonreí y asentí a lo que dijo, Melissa se acercó y me tomó de las manos.

-¿Qué pasa?. ¿Acaso te estás arrepintiendo?. -Preguntó.

-No. -Abrí los ojos. -Es solo que... Estoy feliz y es una etapa que no creí vivir, es demasiado genial. -Dije feliz.

-Lo sé amiga. Te apoyare en todo, lo sabés, solo espero y Damián no te haga daño.

-No creo. En estos meses tomo terapia y le ha servido demasiado, es un Damián completamente distinto al que yo conocí, pero aún conserva su esencia.

-Me alegra. -Sonrió. -Dios no lo puedo creer. -Dijo con los ojos llorosos.

-No seas llorona.

Me acerque y le di un abrazo, entonces sonó mi celular, lo tomé y vi que era Damián.

ROMPIENDO TUS REGLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora