CAPÍTULO 9 "¿SOLO AMIGOS?"

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Llegué a mi casa y me tiré en mi cama. Tomé mi celular y llamé a Melissa.

Llamada telefónica
-Hola. -Dijo feliz.

-¿Qué haces?.

-Nada. Acabo de salir de la practica de laboratorio, ya sabes, debía hacer eso o repetir el semestre y no conviene.

-Si, lo sé. ¿Puedes venir a mi casa?. -Pregunté nerviosa.

-Claro. Hace varios días que no voy a tu casa.

-Si. Necesito contarte muchas cosas.

-Voy para allá.
Fin de la llamada telefónica

Narra Damián
Después de la escuela, Enrique y yo estábamos en mi departamento viendo la televisión y tomando unas cervezas.

En un momento deje de ver la tele y en mi pensamiento se hizo presente Elisa y específicamente el primer día que hable con ella.

Flashback
Elisa llegó a la escuela como si nada, pero con la diferencia de que iba sola.
La vi y la seguí.

-Hola. -Dije feliz.

Elisa no me hizo caso y siguió su camino. La tomé del brazo y en cuanto la gire me dio una bofetada.

-Eres un idiota. -Dijo molesta. -Por tu culpa Gael no vendrá a clases en varios días.

-Bueno, si necesitas un novio... Aquí estoy yo.

-Ni muerta, me acercaría a ti y menos, para ser tu novia. -Dijo mirándome con desprecio.

-No estés tan segura. -Dije acercándome a ella.

-Estoy cien por ciento segura... De que no eres el tipo de hombre que quisiera ni de amigo.

Sin más que decir Elisa se fue por el pasillo hasta su salón de clases, y yo iba directo al mío. Pero me tope con una chica, que más tarde se convertiría en mi novia.
Fin del flashback

-¡Damián!. -Exclamó Enrique.

-¿Qué?.

-Te acabo de decir que se va a calentar tu cerveza. -Dijo molesto.

-Perdón, estaba pensando... En algo.

-Más bien... En alguien. -Sonrió picaron.

-Precisamente. -Lo mire fijamente. -Estaba pensando en Elisa.

-¿Winehouse?. -Preguntó sorprendido.

-¿Conocemos otra Elisa?. Obvio que en Elisa Winehouse Pears. -Rode los ojos.

-Y... ¿Qué hay con ella?. -Frunció el ceño.

-Ella y yo... Tenemos un tipo de amistad con muchos beneficios.

-Wow. ¿Y ahí hay algo más?. -Me miró sonriendo.

-No. Para nada.

-Te conozco, y cuando te vi pensando en ella sonreiste y te veías perdido.

-Ella es una chica... Linda y muy inteligente.

-Una chica Einstein. Te recuerdo que ha sido una de las mejores en la generación.

-Lo sé. Además es una chica muy hermosa... Y tiene un cuerpo que... -Suspiré. -Qué daría por que fuera mía.

-¡Confezaste pecador!. -Exclamó. -Te gusta Elisa... Pero... ¿Qué hay con Cynthia y el super futbolista de Gael?.

-Sabes que Cynthia ya no se toma la relación en serio y Gael no le da importancia a ella y la deja sola, es un idiota. -Dije molesto. -En cambio yo, la trataría como la reina que es. -Sonreí.

-Ay dios mío. -Dijo feliz. -Estas enamorado. Pero si quieres a Elisa para ti, debes poner en orden tu vida y terminar con Cynthia o yo que sé.

-Lo haré... Pero todo a su tiempo.

Narra Elisa
Melissa llegó y a tan solo unos segundos de llegar se sentó a mi lado y le conté sobre Damián.

-Bueno pequeña. Dime. -Me miró fijamente. -¿Qué diablos pasa?.

-Bueno, pues... Resulta que Damián y yo. -Tomé aire. -Tenemos algo así como una amistad con beneficios...

-Amantes. -Dijo interrumpiendo.

-Bueno, si, pero no pude evitarlo. -Dije nerviosa.

-Lo sabía, sabía que volverías a él. -Dijo feliz. -¿Y cómo es en la cama?.

-¿Debo responder esa pregunta?. -Pregunté en desagrado.

-Bueno, no... Pero dime ¿Qué hay de Gael?.

-Tú sabes como es Gael, no quiere pasar tiempo conmigo, pero siempre debo estar disponible para él, pero él para mí no. -Dije molesta. -Es estúpido seguir con una relación así.

-¿Planeas terminar con él?. -Preguntó con él ceño fruncido.

-Es lo que quiero, pero aún siento algo por él. -Dije desanimada.

Melissa se acercó y me dio un abrazo.

-Amiga, yo se que Gael no es un buen partido. Muchos hombres son románticos y atentos al principio, pero con el paso del tiempo todo cambia y el amor se acaba poco a poco.

Baje la mirada y pensé: ¿Será que Gael no siente ya nada por mí?. ¿O es solo mi imaginación?.

-No sé qué pensar. -Dije en voz baja.

-Solo el tiempo te dirá, si Gael aún siente algo por ti, o si ya la relación no tiene arregló.

Me recosté en las piernas de Melissa y empecé a llorar, mientras ella acariciaba mi espalda con delicadeza, en modo de consuelo.

ROMPIENDO TUS REGLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora