Camine rápidamente para llegar a mi casa, iba con los ojos llorosos y mientras derramaba lágrimas las limpiaba con mi antebrazo.
Pase por la escuela y no mire nada ni nadie, pero me detuvo la presidenta del comité escolar para darme un volante.-Hola Elisa. -Dijo feliz. -¿Estás bien?. -Me miró preocupada.
-Si, es solo que venía corriendo y me entró aire a los ojos. -Dije limpiando mis lágrimas.
-Bueno. Vengo a darte este volante, para que nos ayudes a reunir fondos para la graduación. Claro si quieres. El viernes habrá una feria, el sábado habrá un auto lavado y la próxima semana será la graduación. Así que tienes toda esta semana para pensar, si quieres ayudarnos. -Sonrió.
-Lo tendré en cuenta. Gracias.
Tomé el volante y lo metí a mi bolso, vi a Melissa salir y fui con ella. La tomé del brazo y me la lleve.
Llegamos a mi casa y entramos.-¿Qué tienes? ¿Qué te pasa?. -Preguntó confundida.
-Sucede, que soy una estupida. -Dije antes de soltar el llanto.
-Tranquila, tranquila. Dime ¿Por qué dices eso?. -Dijo tomándome de las manos.
-Damián... Me boto de su casa y me dijo que ya no quería verme. -Dije con enojo.
-Es un imbecil. Pero no te dejes caer por él, ni por nadie. -Dijo tratando de darme ánimos.
-No sé qué hacer. Estoy harta de los hombres.
-Tal vez, ya es tiempo de que ahora solo se trate de ti. -Acarició mi mano. -Porque el hombre que te ama, y digo ama de verdad. Nunca te aleja de él o te desprecia, si no, te quiere solo para él y te trata como la extraordinaria persona que eres.
Abrace a Melissa y seguí llorando en su hombro.
Días después
Después del conflicto con Damián. Melissa no se despegó de mí y me brindó su apoyo, como la amiga que es, en estos días.Salimos por un helado y pasamos por la escuela y vimos el auto lavado.
Habían varias chicas de la clase y de otros grupos, algunas con letreros para que pasen al lugar y otras lavando autos.-Wow. Esos trajes son muy sexys. -Dijo Melissa.
-Ya lo note. Es como estudiantes de preparatoria, pero con un uniforme de niñas de kinder. -Dije en sarcasmo.
Melissa rió a mi comentario y ya nos íbamos, pero un auto se paro al lado de nosotras y lo miramos, eran Damián y Enrique.
-Hola. -Dijo Damián feliz.
Rode los ojos y lo ignore, tomé a Melissa de la mano y escuche que Damián se bajó del auto y corrió hacía nosotras.
-Oye, te he estado buscando. -Dijo sonriendo.
-¿Qué quieres?. -Pregunté molesta.
-Sabés lo que quiero. -Dijo sonriendo de lado.
-Sin más no recuerdo, la última vez que nos vimos me dijiste que no me querías ver más.
-Vamos Eli, estaba furioso...
-No me importa. -Interrumpí. -Lo dijiste y ya, no somos nada.
-No seas exagerada. -Cruzó los brazos.
-No exagero. Y así como te gustó a ti y como le guste a Gael, le puedo gustar a otro.
-No me hagas reír.
-Te mueres de celos, si me vez con otro. -Me acerque a él.
-No me importaría si te vas con otro, creeme.
-Ya lo veremos. -Sonreí de lado.
Mire al auto lavado y se me ocurrió una idea.
Tomé a Melissa de la mano y fuimos allá.
Fui a una mesa donde estaba la presidenta del comité y me miró extrañada.-Veo que si te decidiste a venir. -Dijo feliz.
-Claro, además no teníamos nada que hacer.
Melissa me miró confundida pero seguí con mi plan.
-Okey, tomen un uniforme y nos pueden ayudar en lo que ustedes gusten. Si quieren hacer un letrero, de ese lado están las cartulinas y los marcadores.
-Bien. Entonces a trabajar. -Sonreí.
Tomé dos uniformes y Melissa seguía confundida por lo que estaba pasando.
-Bien. -Dijo dudosa. -¿Qué tramas Elisa?. -Cruzó los brazos.
-Pienso darle celos a Damián. -Dije feliz.
-¿Y si se molesta?.
-No me importa.
Nos fuimos a los baños a vestirnos y después de quitarme la ropa, vi el traje y era un top, una falda muy pequeña, unas medias y además era demasiado pequeño, sobre todo no era mi estilo, pero haría lo que sea para que Damián se diera cuenta de lo que se perdió.
Me puse el traje y no me creía ser yo, me sentía como Cynthia, una loca que busca atención.
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ROMPIENDO TUS REGLAS
Novela JuvenilRegla número uno-Solo Sexo entre enemigos. Regla número dos-Siempre estar disponible. Regla número tres-Nada de sentimientos. Y regla número cuatro- Nunca, jamás, romper la regla número tres. NO SE ACEPTAN COPIAS NI ADAPTACIÓNES