Damián estuvo conduciendo por varias horas, hasta que se hizo de noche y no se detenía aún, además de que no habíamos dicho ni una sola palabra desde que nos fuimos.
Finalmente llegamos a un mirador por el bosque, era hermoso, se veía la luna demasiado cerca y el hábitat era muy lindo, nada que haya visto antes.
Damián se bajó del auto, se fue al frente de este y se sentó en el cofre.
No supe si salir o quedarme aquí.-¿No piensas bajar?. -Preguntó en voz alta.
Respire profundo, abrí la puerta y salí.
Al salir me dio frío, seguía con la ropa del auto lavado y no era la indicada para estar en el bosque y de noche.
Me acerque a él y me senté a su lado.-Hace mucho frío. -Dije mirando a la luna.
Damián se quito su chaqueta y la puso a mi lado, la tome y me la puse.
Estabamos, mirando la luna por varios minutos y sin pronunciarnos la palabra, hasta que me resigne y hablé.-Sabés, no podemos estar así. -Dije girandome.
-Lo sé. Es tu culpa. -Dijo mirándome.
-¿Qué?. Eres demasiado orgulloso, como para no aceptar que el que se equivoco fuiste tú, que fuiste tú el que me corrió de su departamento y que me dijiste que no querías verme más...
-Esta bien. -Interrumpió. -Entiendo que me equivoque pero...
-Si claro, además no soy nadie como para reprocharte lo que haces...
-Te equivocas. -Interrumpió.
Me tomo de la mano y me puse enfrente de él, me tomó de la cintura y me miró fijamente a los ojos.
-Tú eres la mujer de la que estoy enamorado. -Dijo en voz baja.
-Mientes. -Frunci el ceño.
-¿No me crees?. Esta bien, no lo hagas, pero solo quería que lo supieras y comprendo que tal vez tú sigas enamorada de Gael...
-Pará nada... Gael y yo... Ya no somos nada.
Flashback
Días después del pleito de Gael y Damián, fui a clases como un día normal y no sabía que cara poner ante Gael.
Lo vi entrar al salón de clases y se sento en su lugar, me puse de pie de mi lugar y fui a él.-Hola. -Dije sonriendo.
-¿Qué quieres?. -Pregunto molesto.
-Nada. Quiero saber como estas y...
-Elisa, no seas hipocrita. -Dijo poniéndose de pie. -Los dos sabemos que nuestra relacion está muerta desde hace mucho.
-Si... Es cierto. Pero lo que sucede es que tú le pones prioridad a otras cosas...
-Ah claro, ahora todo esto es mi culpa ¿Y tú que? Voy a verte a tu casa y ni siquiera me dejas entrar y cuando quiero tener sexo me rechazas, que porque eres virgen y que no estas lista.
-Callate. -Dije en susurro.
-¿Te da pena que todos sepan lo que eres? Porque eres una mosca muerta, que finge que no rompe un plato, pero ya tienes toda la vajilla rota...
-No sé de que diablos me hablas. -Baje la mirada.
-No te hagas, conozco a las mujeres como tú, juras ser virgen, pero te acuestas con hombres como si fueras una vil prostitu...
Le dí una bofetada y se molesto demasiado que me tomo de los hombros.
-Te juro que te vas a arrepentir. -Dijo amenazante.
Me soltó bruscamente y se fue del salón.
Fin del flashback-Es un idiota. -Dijo molesto. -Si yo fuera él, me arrepentirá el resto de mi vida... Por perder a la mujer más maravillosa del mundo.
-¿Eso es lo que crees de mí?.
Damián asintió, me abrazo y me apego más a él.
-Solo nos queda una semana de escuela y después de eso no se que será de nosotros. -Dijo algo nervioso.
-Yo tengo fijamente mis objetivos, tú estás en uno de ellos. -Dije feliz.
-¿Y cuál es ese objetivo? ¿Una vida juntos? ¿Tener cinco hijos? ¿Envejecer y morir enamorados?. -Preguntó burlon.
-Si lo dices de ese modo suena ridículo, pero solo el tiempo dirá.
-Yo no soy de prometerte un mundo de color rosa y un paraíso a mi lado. Los mejores momentos de mi vida han durado muy poco. -Dijo desanimado.
-Yo quisiera hacerte ver que la vida no siempre es malos ratos. Que es mucho más bella si estas con las personas correctas, Enrique es uno de ellos.
-Es como mi hermano. -Sonrió.
-Lo sé. Además, no quiero que te conviertas en una persona amargada y solitaria.
-¿Crees que soy amargado?. -Preguntó riendo.
-A veces. -Sonreí. -Pero conmigo eres un blando.
ESTÁS LEYENDO
ROMPIENDO TUS REGLAS
Ficção AdolescenteRegla número uno-Solo Sexo entre enemigos. Regla número dos-Siempre estar disponible. Regla número tres-Nada de sentimientos. Y regla número cuatro- Nunca, jamás, romper la regla número tres. NO SE ACEPTAN COPIAS NI ADAPTACIÓNES