El vestido perfecto, en la noche perfecta junto al hombre perfecto. Así se sentía Alice cuando bajó del auto que la llevó a ese gran evento y Nathaniel le tendió la mano para ayudarla a bajar. Él era todo lo que Alice había visto y oído, un hombre de casi treinta años dueño de varios edificios de Manhattan pero al que su dinero no le quitaba su simpatía. Cabello castaño claro, ojos azul intenso, físico de modelo. Un príncipe neoyorquino.
Fue amable con ella y las chicas que acompañaron a sus amigos. Además de bastante divertido y muy inteligente. Solo bastaba con ver su capacidad para convertir un casual saludo en una charla de negocios sin perder la elegancia. La chica de su brazo también era de gran ayuda. Alice sonreía, hacía comentarios con las esposas, chistes para que ambas parejas se relajaran y listo, del resto se ocupaba Nathaniel.
-Somos un buen equipo- señaló él en un momento que se acercaron a la barra. –Veo que prestas atención en clases de oratoria.
-Sí, pero tampoco es difícil. Solo debes prestar atención a tu receptor.- dio un sorbo a su copa. –Mira hacia allá, el hombre de corbata roja- señaló con la mirada detrás de él.
-¿Qué pasa con él?- preguntó mirando disimuladamente.
-Está distraído, por sus ojos diría que es el quinto whisky que bebe y la chica a su lado que podría ser su hija, es una acompañante y sin ánimos de ofender, no es de las mejores. Podrías partir esta copa y decirle que son diamantes que él se lo creería.- volvió a beber.
-¿Estás tan segura?
-Sí- contestó con una sonrisa y moviendo una mano para saludar al hombre en cuestión que acababa de guiñarle un ojo.
Nathaniel lo notó y saludó al hombre con un movimiento de cabeza.
-Sí que eres buena- dijo con una gran sonrisa. –Justo era el hombre que buscaba. Resulta que tiene un edificio en el sur que me interesa. Si me ayudas a que me dé su palabra de venderlo, te pagaré un cincuenta por cierto más y puedes irte directo a tu casa cuando esto acabe.
-Trato, pero omitamos lo último.- se acercó a su oído. -No me molestaría cumplir con el servicio completo que pediste.
-¿Quieres acercarte a hablar ahora mismo?- preguntó sosteniéndola por la cintura con una mano.
-En un minuto, debo ir al baño, solo vigila que no me siga. No quisiera que alguien te robara lo que esta noche te pertenece.
Se alejó caminando como si estuviera modelando en una pasarela. Siendo admirada por más de una decena de hombres a su paso.
El baño estaba vacío, lo que era mejor para Alice. No quería encontrarse con aquellas chicas que frecuentaban los baños en los eventos para hablar mal de otras personas. Porque sabía que ella sería uno de los temas principales, notó las miradas jóvenes y femeninas cuando iba del brazo de Nathaniel.
En el pasillo, comenzaron a oírse risas y voces de chicos y chicas. Se trataba de un grupo de al menos quince personas que por su ropa y peinado desentonaban con el resto de los invitados. Nadie los había visto entrar pero no se olvidarían de ellos al verlos salir.
-Ya entro con ustedes, voy al baño- dijo uno de los chicos y sus amigos estuvieron de acuerdo.
Alice oyó que alguien se metió a otro de los cubículos y el silbido que se escuchó unos segundos después. No le dio importancia, salió y luego de lavarse las manos comenzó a repasarse el labial.
-Hi, bunny- susurró una voz ronca en su oído a la vez que unos brazos la rodeaban por la cintura y las manos se ubicaban en su vientre.
El corazón se le detuvo del susto. La mano con la que sostenía el labial dibujó una notoria raya hasta el centro de la mejilla. Ver esa mancha la hizo reaccionar, volteó a la vez que empujaba con todas sus fuerzas a aquel hombre. Esperando encontrarse con el tipo que le guiñó un ojo en la barra.
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Strawberry Lipstick [YUNGBLUD]
FanfictionDonde Dominic despierta una mañana en Manhattan junto a una chica preciosa, pensando que el destino le está haciendo un regalo al cruzarlos. o Donde Alice, tiene una doble vida para subsistir en el lujoso Manhattan y esta la lleva a acostarse con el...