Capítulo 13

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Desde ese mensaje que Dominic perdió el buen ánimo que tanto lo caracterizaba. Funcionaba en automático. Ensayaba porque sus amigos se metían al departamento y por poco le ataban las manos a la guitarra. Se metía a Instagram y lo primero que buscaba era su perfil, esperando ver su sonrisa otra vez pero comenzaba a pensar que le ocultaba sus historias.

Por las noches no podía dormir, ni la guitarra, ni escribir, ni los mensajes de sus fanáticos jurándole amor infinito distraían su cabeza de aquellos mensajes inesperados. Recordaba con precisión ese momento; estaba con Tom caminando por Central Park luego de hacer unas fotos. Estaba al tanto del revuelo en Twitter pero, como tantas otras veces, no le dio mucha importancia. Jamás pensó en qué pensaría Alice cuando lo viera. Luego recibió los mensajes. Como eran de ella creyó que se trataba de una invitación y abrió su casilla de mensajes con ilusión, lo que hizo más duro el golpe de sus palabras.

Apenas salía si no era por trabajo para no llamar la atención de sus fans ni de su manager y porque se convencía a si mismo que estar rodeado de amigos y conocidos lo alegraría. Pero al cabo de un rato, cuando el alcohol calaba en sus pensamientos, se volvía reflexivo y miraba a su alrededor buscando esa mirada, esa sonrisa. Como aquella noche

-¿A quién miras tanto?- le preguntó Tom colgándose de su cuello a mitad de un baile y miró en la misma dirección, notando a la chica de cabello turquesa largo que bailaba muy sensual y les sonreía.

-¿Sabes quién es?- le preguntó Dominic apartando la mirada para no parecer un acosador.

-No. Pero podemos averiguarlo.

Antes de que él pusiera un pero, Tom ya estaba en el medio de la pequeña ronda de chicas, bailando exageradamente con un trago en la mano, haciéndolas reír. Cuando dejó de bailar le habló al oído a quien fue a buscar y Dominic no sabía hacia donde salir disparado, muerto de vergüenza por usar esa técnica tan de adolescente inexperto.

Cuando cambió la canción volvió a mirar. Tom bailaba con un par de chicas y la chica de cabello turquesa no estaba cerca. Suspiró y le dio un largo trago a su cerveza, desilusionado por perder de vista a la única chica que le llamó la atención en sus días en la gran ciudad.

-Disculpa- escuchó de una voz femenina a sus espaldas que volteó a ver. –Eres Dominic ¿no?- su asombro no lo dejó contestar. –Amigo de aquel chico ¿no?- señaló a Tom.

-No. Es decir ¡sí!- sacudió la cabeza. -¿Tú eres?

-Alice- contestó con una gran sonrisa. -¿Quieres beber otra cerveza?- preguntó girándose hacia la barra del lugar.

Él asintió y le dio el último trago a la botellita que llevaba en las manos, buscando en aquel líquido el valor que le faltaba. Caminó detrás de ella hasta la barra y se paró a su lado mientras la oía pedir dos cervezas de la misma que estaba bebiendo hace un momento.

-¿Cómo sabes que me gusta esa?- la interrogó.

-Tal vez te estuve mirando- contestó ella encogiendo los hombros. -¿De dónde eres? No te había visto antes por aquí.

La charla fluyó sin tropiezos, Alice era de esas chicas simpáticas que les encantaba escuchar y hacer preguntas de todo tipo sin la menor vergüenza. Para él era extraño hablar con alguien que no conociera nada de su carrera. Le gustaba, cuando la vio bailando le gustó físicamente y le gustó por completo cuando habló con ella. Era dulce y sexy sin hacer el menor esfuerzo, le era difícil escucharla sin terminar mirando sus labios o su escote. Comenzaba a arrepentirse de la persona en que se convertía cuando bebía demasiado pero a ella parecía no importarle.

Strawberry Lipstick [YUNGBLUD] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora