Capítulo 19

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Cada quien a un lado de la cama, descansando plenamente. En su desorden, era evidente lo mucho que se divirtió la pareja durante el fin de semana. Sobre la mesita de noche del lado derecho, entre los condones que sobraron, un cenicero con varias colillas de cigarrillos y unos vasos sucios, había un teléfono. Que por quinta vez esa mañana volvió a sonar como resultado de una llamada entrante. Rompiendo de nuevo con la paz que reinaba en la habitación y despertando a Alice.

Con voz adormilada y empujándolo suavemente, le pidió a su novio que contestara. Pero solo obtuvo como respuesta un balbuceo inentendible con tono de queja y que volviera a cortar antes de girarse en la cama y abrazarla con ternura. Rodeando su pequeña cintura con ambos brazos, entrelazando sus piernas con las de ella y escondiendo el rostro en la curva donde terminaba el hombro y comenzaba el cuello. Aumentando el calor de sus cuerpos pero no de una forma erótica, sino relajante. Consiguiendo que Alice dejara de pensar en qué hora sería y sus responsabilidades del día. Y soltara un suspiro mientras posaba sus manos sobre los antebrazos de Dom y volvía a dejar que su mente se adormeciera por otro rato.

Dom no quería despertar, no quería ni pensar que era lunes por la mañana y verse obligado a explotar la burbuja en la que habían pasado esos últimos días. Donde las charlas, las risas y sobretodo el sexo, fueron los protagonistas. Si por él fuera, el mundo se podía acabar en ese instante y para él no habría problema mientras que no lo separaran de Alice. Porque hace tiempo que no se sentía así de bien. Le gustaba su vida, el amor diario y a montones que recibía de desconocidos y conocidos. Pero lo que ella le despertaba lo sentía a otro nivel.

Sin embargo el mundo seguía su marcha y parecía dispuesto en hacérselo saber porque su teléfono volvió a sonar. Despertando a ambos.

-Contesta de una vez. Voy al baño- fueron las palabras que Alice susurró con voz dulce en su oído.

Se apartó de los brazos de Dom saliendo de la cama usando nada más que sus bragas, tomó el hoodie color negro que estaba en el suelo, el neceser que ya tenía su lugar sobre la cajonera y salió de la habitación. Dejando a su novio sin más opción que averiguar quién insistía en arruinar su mañana.

Dom sostuvo su teléfono en el aire con una mano y observó por un par de segundos la foto de él y Matt, su manager, que aparecía en la pantalla por encima de los íconos de contestar o rechazar. Eligió la segunda opción y le envió un mensaje avisándole que estaba muy ocupado como para hablar. Luego le dio una rápida mirada al resto de notificaciones y apagó el teléfono, pensando que fue algo que debió hacer desde el principio.

-¿Quién era?- preguntó Alice volviendo a la cama, con la cara fresca y terminando de recogerse el cabello en una coleta floja.

-Nadie importante- contestó refregándose un ojo sentado en la cama.

-¿Seguro? Fueron muchas llamadas- siguió cuestionando y buscó la mirada de Dom que miraba un punto a la nada en la cama. Entonces se recostó del revés, con los pies sobre el cabezal de la cama y la cabeza en el lado opuesto sobre el edredón.

Dom la observó pensativo, prestando atención a cada detalle de su cuerpo y del rostro. Como se miraba las uñas pintadas de rojo y mordisqueaba su labio inferior. Como mecía suavemente uno de los pies. Y como la luz que se filtraba por las cortinas iluminaba sus ojos, resaltando el color chocolate de sus irises. Dudaba que alguna vez fuera a aburrirse de mirarla. No era solo su belleza, sino por conocerla. Saber cada uno de sus gestos y como estos delataban sus pensamientos. Suspiró y ella lo miró a los ojos, levantó una comisura de los labios y le guiñó un ojo. Haciéndolo sonreír.

-¿Todo en orden?- preguntó Alice sin dejar de mirarlo a los ojos.

-Sí. Puedo solucionarlo más tarde- argumentó y tomó la mano derecha de la rubia entre las suyas. –Ahora tengo algo más importante.

Strawberry Lipstick [YUNGBLUD] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora