Flores florecen desde el campo de batalla

XLIV

El general preocupado

Al día siguiente, la noticia de que Fan Lan Ying fue elegida por la princesa se difundió entre las chicas. Pero no importa cuán celosas se sintieran, sabían que la razón se debía a sus pobres habilidades musicales. Incluso si quisieran tomar el lugar, nadie quería llevar el título de tener poca habilidad en la música.

Jun Hua continuó entrenando bajo la intensa dirección de la Maestra Xun. Unos días después de su llegada al palacio, escuchó algunas noticias interesantes. El general Lan Ping había regresado.

—¿Regresó hoy? —preguntó Jun Hua.

Xia asintió. Mientras su señorita estaba ocupada estudiando, había estado recopilando noticias de las doncellas del palacio y todo eso. A las chicas les encantaba chismorrear, así que no le tomó mucho tiempo recopilar mucha información para informar a Jun Hua durante las noches en las que practica el bordado.

—Seguramente se tomó su tiempo. —Jun Hua calculó el tiempo con calma. —Por cómo le fue en la batalla, estoy segura de que no tiene cara para reunirse con el emperador. La corte de mañana por la mañana va a ser interesante.

Xia no entendía del todo, pero sabía que el destino de Lan Ping no se veía bien. Una vez había sido aclamado como el general joven más genio, pero luego apareció Soujin. No mucho después, apareció otro, Jun Min. Si bien los tres competían constantemente entre sí en una situación similar, la diferencia en sus habilidades finalmente se hizo evidente.

Como el mayor de los tres, Lan Ping fue el peor. Esto estaba destinado a convertirse en una gran mancha en su nombre. Por lo tanto, Jun Hua estaba seguro de que alguien tan arrogante como Lan Ping no podrá aceptarlo fácilmente.

Jun Hua continuó trabajando en su bordado. No era asunto suyo, así que no se entrometerá en ello. Lo más importante para ella fue aprender a caminar con elegancia lo más rápido posible. Después de todo, no quería ser una completa desgracia para su familia. Por lo menos un poco.

—Señorita, ha hecho una gran mejora. —dijo Xiao Yun con admiración.

Jun Hua sonrió. —Es gracias a tu guía.

—¡Xiao Yun no hizo mucho, pero Xiao Yun ayudará a la señorita a mejorar aún más!

La niña estaba tan ansiosa por ayudarla que hizo sonreír a Jun Hua. Al menos tiene otra buena maestra aquí, pensó. Pero cuando le miró las manos llenas de arañazos, suspiró y tomó otro medicamento.

***

[Residencia de la familia Lan]

La expresión de Lan Teng no había sido buena durante bastante tiempo. Cuando escuchó las discusiones de la gente afuera, supo que a su hijo no le había ido bien en la prueba. No era como si no fuera un buen general. Más bien, sus dos oponentes eran monstruos ocultos.

Lan Ping finalmente regresó a la capital. Su rostro estaba oscuro por los rumores que escuchó en el camino de regreso. No había forma de que pudiera explicarse completamente sin dejar que la gente lo viera como alguien débil. Si se eligiera a cualquier otro general, es posible que ni siquiera le fuera tan bien como a él. Pero si discutía con ellos de esa manera, habría otra ronda de problemas.