Flores florecen desde el campo de batalla

XXXIII

Haciendo un plan cooperativo

Jun Hua se quedó con Lin San un par de horas más para aprender más sobre el bordado. Cuando terminó de almorzar, se dirigió al barrio de Lin Yuan para ver cómo reaccionaba la niña al recibir esta noticia.

El patio de Lin Yuan se encuentra bastante lejos del suyo. Jun Hua tardó unos minutos bajo el liderazgo de Xiao Yun, antes de que lograra llegar al lugar. Desde el exterior, Jun Hua pudo ver que la atmósfera era sombría, si no aterradora.

Suspirando, Jun Hua asintió con la cabeza a Xia y la chica se adelantó primero para anunciar la llegada de Jun Hua.

—Por favor entra.

La voz de Lin Yuan era ronca y agrietada. Estaba claro que había estado llorando durante mucho tiempo. Cuando entró Jun Hua, pudo ver que el piso era un desastre con innumerables piezas de porcelana rotas esparcidas. Lin Yuan debe haber tenido un ataque antes. Jun Hua suspiró en su corazón.

Los ojos de Lin Yuan estaban rojos, pero aún así miró con calma a Jun Hua y se sentó. Se dio cuenta de que era culpa suya por tener demasiadas esperanzas. Pero al final, ¿Qué consiguió?

—Hermana Lin Yuan, ¿estás bien? —preguntó Jun Hua.

—No, no lo estoy... —Lin Yuan se mordió los labios inferiores, las lágrimas amenazaban con derramarse de nuevo. —Eligieron a ese tipo de hombre para ser mi esposo, ¿Cómo puedo mantener la calma? Con ese tipo de personalidad, ¿Cómo puedo aceptarlo como mi esposo?

Jun Hua realmente no sabía lo que Lin Yuan estaba sintiendo en este momento, pero podía decir que había matices de dolor. Como hija de un ministro, debe estar esperando un buen marido. Este candidato en particular, como su futuro esposo, tenía muy buenos antecedentes familiares. Pero el caso es que la personalidad de este candidato estaba muy contaminada y resultó ser un problema.

Xiao Yun y Xia estaban ocupadas despejando el camino para que ella entrara con seguridad, ya que todo el piso estaba hecho un desastre.

—¿Cuál fue la reacción de tu madre? —preguntó Jun Hua.

—Ella le está suplicando a la señora Lin que cambie su decisión. —Lin Yuan levantó la cabeza, con los ojos suplicando en silencio a Jun Hua. —Dime, ¿Qué debo hacer ahora? No quiero casarme con ese tipo de hombre.

Jun Hua sabía que el final de Lin Yuan en la mano de ese hombre no sería bueno. Había formulado formas de ayudarla, pero luego necesitaba algunas razones para estar convencida de ayudar a Lin Yuan.

—Conozco una manera de ayudarte. —dijo Jun Hua lentamente. —Pero dime tu razón por la que debería ayudarte.

Lin Yuan estaba atónita. No esperaba que Jun Hua le ofreciera ayuda en su situación. Se devanó los sesos durante un rato, pero no pudo pensar en nada. ¿Qué razones podría tener ella? Ella era solo una niña que ni siquiera sabía nada más que algunas cosas lamentables. No había forma de que pudiera darle algo valioso a Jun Hua.

Al ver la mirada angustiada en el rostro de Lin Yuan, Jun Hua cedió. Ella también necesitaba a alguien en sus planes y Lin Yuan era una buena elección.

—En el futuro, siempre que pida ayuda, ¿me ayudarás? —Jun Hua fue directo al grano.

—Si me ayudas a conseguir un buen cónyuge, lo que sea que me pidas lo haré. —Lin Yuan miró a Jun Hua con determinación. Por ella, siempre que pudiera tener una buena vida en el futuro, haría cualquier cosa que la otra parte le pidiera. Ella no tenía poder para hacer nada en este momento, e incluso su madre no tenía ningún medio para evitar la boda. Por lo tanto, básicamente no tenía salida.

Jun Hua miró a los ojos de Lin Yuan. Ese era el tipo de ojos que tenía una persona que había sido llevada a la esquina sin ninguna esperanza, pero que aún tenía la determinación de vivir una vida mejor. Una vez había visto esos ojos en otra persona. Esa misma determinación fue lo que empujó a esa persona a hacer cosas que la gente pensaba que eran imposibles.

Este asunto no fue una situación imposible para Jun Hua porque tenía algunas cartas en la mano. Al ver que Lin Yuan estaba genuinamente decidido, decidió ayudarla.

—Si haces lo que te digo, estarás bien.

Los ojos de Lin Yuan se iluminaron cuando escuchó los planes de Jun Hua. El plan era simple pero escandaloso, y posiblemente podría dañar a Jun Hua si fallaba. Lin Yuan no esperaba que la niña fuera tan valiente, pero si este plan tenía éxito, podría retrasar su matrimonio por más tiempo, mientras que Jun Hua le pediría a su hermano que eligiera a alguien adecuado para Lin Yuan.

Lin Yuan reflexionó sobre el plan que propuso Jun Hua. No fue tan difícil, solo necesitaba mantener la pretensión de no saber nada.

—Lo haré. Cualquiera que sea el resultado, muchas gracias Jun Hua. —asintió Lin Yuan.

Jun Hua sonrió, se levantó y se fue. Ella había dicho todo lo que había que decir, y no había necesidad de preocuparse de que Chun Maora escuchara su plan.

—Xia.

—¿Sí señorita?

—Limpia el jardín.

—Como desee.

Lin Yuan se sentó en su cama con una expresión tranquila, mientras que su sirviente de mayor confianza se quedó a su lado. Ella era la única a la que Jun Hua le permitía quedarse con ella cuando hablaban de sus planes. Este sirviente, llamado Jin Pun, estaba completamente sorprendido por el plan que propuso Jun Hua. En toda su vida, esa fue la primera vez que conoció a alguien tan valiente como para arriesgarse a sí mismo.

—Señorita, ¿está segura de que puede hacerlo? —Jin Pun preguntó preocupada.

Lin Yuan asintió. —Este plan es para mí. Si no pudiera hacerlo, definitivamente me casarían con un hombre tan despreciable. ¿Por qué debería quedarme callada y dejar que hagan lo que quieran? Es mejor apostar todo por un futuro mejor. 

Cuando la madre de Lin Yuan regresó, Lin Yuan no le contó sobre el plan y simplemente la consoló un poco. Todavía necesitaba reunirse con ese candidato mañana, por lo que su madre estaba muy agraviada. Lin Yuan sabía que para que el plan fuera exitoso, necesitaba mantener todo en secreto. Solo le dijo a su madre que todo iba a estar bien.