Flores florecen desde el campo de batalla

XXXVII

Este es solo el interés

Fuertes gritos de un barrio en particular alertaron a toda la gente en la residencia Lin. La mayoría de los sirvientes corrían con cubos de agua mientras escuchaban que había un incendio en ese barrio. Lin Yuan se apresuró a entrar en medio de la conmoción. Apenas podía entender lo que estaba pasando.

La puerta se abrió de repente y dos personas salieron corriendo. Lin Yuan los miró a los dos con la boca abierta. —¿Alguien puede decirme qué acababa de pasar aquí?

De su lado, la cara de Lin San palideció cuando gritó: —¡Madre!

La ropa de Chun Maora estaba un poco desigual ya que estaba acostada antes de que estallara el fuego. Su cabello también era un desastre, algunos mechones salían de su cabeza y un maquillaje desordenado. Su rostro estaba pálido cuando notó a los sirvientes que estaban reunidos frente a su cuarto.

La cara de Jo Han se volvió más oscura. Estaba seguro de haber leído las palabras correctamente y el que se suponía que debía quedarse aquí debería ser Jun Hua. ¿Cómo fue que la joven que buscaba con esmero se convirtió en una vieja bruja? Definitivamente no tenía ningún interés por Chun Maora.

—¿Qué pasa con esta conmoción?

La cara de Chun Maora decayó cuando escuchó la voz. Reconoció esta voz, ya que era claramente la de su marido. Muy pronto, vio el rostro de su marido. Pero cuando notó su expresión oscura, se dio cuenta de que no había forma de que pudiera salir de este problema hoy.

Se arrodilló apresuradamente. —Mi esposo, esta esposa es inocente. No sé de dónde apareció este hombre, pero realmente no sabía que él estaba aquí. ¡Alguien debe haberme incriminado!

Jo Han quería gritar, parecía que estaba a punto de vomitar sangre. No sabía por qué esta mujer estaba en este patio. Quería ver esa bonita figura, pero de alguna manera fue llevado a la dirección de este lugar. Sin embargo, al ver la cara oscura que Lin Tang mostraba, recordó el recordatorio de su padre, pero no había forma de que pudiera decirles la verdad.

Lin Tang comenzó a sospechar, pero no lo mostró en su rostro oscuro. ¿Quién se sentiría bien al ver a su esposa estando con otro hombre a plena luz del día? Miró a Jo Han, que estaba de pie como un idiota.

—¿Entonces no está satisfecho con el arreglo que incluso llegó aquí? ¡Guardias! Echen a este hombre de esta residencia y díganle a la familia Jo que se olvide del acuerdo matrimonial.

—Espere, Primer Ministro Lin Tang, esto es un malentendido. Ni siquiera sé cómo terminé aquí.

Lin Tang le dio una mirada mortal a Jo Han. —¿Entonces estás diciendo que estás sonámbulo dentro de mi residencia donde innumerables sirvientes están caminando?

—Eso...

Jo Han ciertamente no podía decir la verdad y explicar por qué estaba allí. Si dijera que quería visitar a Jun Hua, Lin Tang no lo dejaría ir solo echándolo. En el mejor de los casos, sería derrotado para razonar con Jun Zhen Xian. No era del todo estúpido, así que sabía que había algunas cosas que ya no podría hacer.