Flores florecen desde el campo de batalla

CLVIII

Yendo a la frontera noreste

Soujin se despierta temprano al día siguiente y comienza a preparar todo. Lou tuvo que ponerse al día con su maestro que está ansioso por ir a la residencia de la familia Jun. Cuando Soujin declaró sus sentimientos hacia Jun Min, casi se cae de su escondite. Pensó que su maestro se había vuelto loco al enamorarse de una mujer hasta ese punto.

Al salir de su habitación, notó que su madre estaba hablando con una niña, pero la ignoró.—Madre, iré a la frontera por unos días.

Qin Shie asintió. —Ten cuidado en tu camino.

—Lo haré. —Con eso, Soujin desapareció de su vista. La chica había querido decir algo, pero las palabras que iba a decir se le quedaron en la garganta.

—Tian Ni, la tía no puede ayudarte. Tienes que buscar a otras personas.

—Ni'er no quiere rendirse, tía. —dijo Tian Ni con resolución. Ella no cree que no pueda agradarle después de todo este año. Ella había oído hablar de su actitud indiferente hacia las mujeres, por lo que cree que tuvo la oportunidad.

***

Jun Hua está esperando en la sala de estar. Soujin le dijo que la iba a llevar a la frontera, aunque ella no sabe la razón por la que la lleva. ¿Es solo para pasar un rato con ella? Ella no esta segura.Jun Zhen Xian mira hacia Jun Hua con preguntas en su rostro. Rara vez ve a Jun Hua vestida tan temprano en la mañana y con un velo en casa.

—¿Estas esperando a alguien?

Jun Hua asintió. —Sí, estaré yendo por unos días.

—¿Es peligroso?

—No, no debería ser así. —piensa Jun Hua sobre Soujin. ¿Es peligroso? Ella no cree que este viaje sea peligroso. No habrá nadie que pueda igualarlos con su habilidad de lucha.

—¿Por qué no ayudas a tu abuelo a clasificar todas estas solicitudes? —Jun Zhen Xian suspiró. La solicitudes de matrimonio no parecieron disminuir en absoluto.

La boca de Jun Hua se torció. ¿Ser princesa significa que será popular? Esa fue una gran montaña de papel... Su abuelo debe trabajar duro para leer esas solicitudes.

—Maestro, princesa, ha venido el príncipe Soujin. —entra uno de los sirvientes.

Jun Hua asintió. —Hasta luego, abuelo.

Mirando a Jun Hua alejándose, la boca de Jun Zhen Xian se abre de par en par. ¿Su nieta se va con Soujin? ¿Qué quiere ese joven de ella? De alguna manera, ya no tiene ganas de revisar las solicitudes y se dirige a la residencia de la familia Nanglong para reprender a su viejo amigo.

—¡Souka! ¡Viejo perro! ¿Qué ha hecho tu nieto con mi nieta?