Flores florecen desde el campo de batalla

CLXXXVI

No es un sueño

Después de que Yan regresó del Palacio Frío, Shu pidió ese permiso a través del otro eunuco. Con su ágil charla y todo, finalmente obtuvo el permiso, a pesar de la necesidad de esperar unas horas antes de recibirlo.

—Gracias, hermano mayor Chu.

—Jajaja, esto es fácil para mí. Pero, seguro que lo tienes difícil, Shu. Tener un maestro tan alborotador. —suspiró el eunuco llamado Chu.

Shu soltó una risa seca. De hecho, Yan tenía la costumbre de crear problemas, incluso desde su juventud. Pero, en realidad no es un inútil, ese revés cambió su curso de vida y lo convirtió en un comerciante verdaderamente aterrador. Por supuesto, esta identidad se consideraba un secreto, por lo que no lo sabrían.

—Eres un eunuco excelente. Podrías tener trabajo con otras personas con tu habilidad. Solo pedir un ascenso es fácil. —sugirió Eunuco Chu. No quería que su amigo se quedara con ese príncipe inútil para siempre. Después de todo, todo lo que escuchó sobre ese príncipe fue lo inútil que es.

Shu negó con la cabeza. Anteriormente era solo una persona pobre en la calle. Fue Yan quien lo descubrió y se lo llevó en el pasado. Incluso si su maestro fuera conocido como alguien malo, nunca traicionaría a la otra parte.

—No puedo. No puedo dejarlo solo.

Eunuco Chu vio la expresión de su amigo antes de encogerse de hombros. —Si lo dices, no me entrometeré. Solo espero lo mejor para ti.

—No te preocupes, servir a mi amo actual es lo mejor. —sonrió Shu para tranquilizarlo. No importa cuán molesto y molesto sea Yan, se quedaría a su lado maestro para ayudarlo.

—Bueno, buena suerte con tu trabajo. Tengo que regresar primero. —dijo Chu antes de agitar la mano. Necesitaba trabajar de nuevo antes de que su maestro se enojara con él.

—Claro, nos vemos luego. —respondió Shu. Después de decir eso, se preguntó cuándo se volverían a encontrar ahora que Yan se marchará de la capital. Rápidamente sacudió esos pensamientos y se fue con el permiso en la mano.

Cuando Shu regresó a la residencia para darle la noticia a Yan, varias personas se infiltraron en el palacio. Caminaron en la oscuridad y se acercaron al Palacio Frío. Dado que el Palacio Frío se usó para aquellos que se oponían al emperador, la vigilancia aquí fue bastante estricta. Sin embargo, estos grupos de personas podrían colarse fácilmente.

—Capitán, hay tres guardias adicionales a la izquierda.

—Capta su atención.

—Sí.

Los grupos entraron rápidamente al palacio y continúan más profundo. Los guardias alrededor del palacio, de quienes incluso el emperador se enorgullecía, no eran nada frente a ellos. No pueden detectar ni lo más mínimo que varias personas han entrado en su territorio.