A light to call home ღ kookv

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Jeongguk llega a un local bastante conocido para él y donde todo el mundo que se encuentra le saluda con sonrisas y algún que otro cumplido, animándole para lo que viene más tarde. Acostumbrado a ello se limita a mirarles con tranquilidad, pasando entre ellos en busca de su mejor amigo, quien probablemente lleve ahí varias horas, pues siempre es igual.

Llegando a una sala en la que está prohibido que gente ajena a su circulo entre, cierra la puerta tras él. "Oh, pero mirad quien acaba de llegar" escucha decir al rubio. "Una semana entre pijos y sigues igual."

"Jimin, también te he echado de menos" le saluda, dejando su chaqueta de cuero sobre el sofá viejo. "Decidme los detalles de hoy, no tengo tiempo para perder" murmura con voz seca, ojeando a Yugyeom y Eunwoo frente a ellos.

"San E, nombre real Jung San" habla Eunwoo. "Veintidós años y nada de lo que te debas preocupar esta noche, va a ser dinero fácil."

Una sonrisa de lado aparece en sus labios al escuchar sus palabras. Hace crujir su cuello para relajarse y mira el reloj. "De maravilla, no me apetecía mucho esforzarme hoy. Ha sido una semana agotadora si os digo la verdad" confiesa.

"Normal, entre tanto niño rico y mimado" se burla Jimin. "¿Crees que podamos ir a visitarte alguna vez?" pregunta con un brillo malicioso en sus ojos.

"Si prometéis no meterme en líos, seguro" le pellizca el brazo, sabiendo lo problemático que es su mejor amigo. "He entrado en el equipo de voleibol, por lo que podréis ir a los partidos."

Un par de golpes en la puerta les hace desviar la mirada, saludando a la chica de pelo rosa. "Jeongguk sales en cinco" le avisa. "Por cierto, después de esto salimos a celebrar al club en el que trabajas, asegúrate de hacer que nos dejen pasar" le guiña un ojo, dejando un papel sobre la mesa. "Suerte en el ring, aunque no la necesites."

Un silbido por parte de Yugyeom les hace desviar los ojos de la puerta. "Que buena está."

"Cierra la boca que es mi hermana, cerdo" espeta Jimin asqueado. "Menuda tía, te ha dado la lista de todos los que vamos para que no haya problemas con los seguratas" se carcajea al ver los nombres en el papel. "¿Se te hará difícil que entremos?"

Jeongguk analiza los nombres y apellidos, recordando más o menos de quienes se tratan algunos de ellos, pues otros son amigos o conocidos suyos. "Supongo que no, Jackson tiene turno hoy así que será pan comido" le pasa el papel al mayor para que lo guarde. "Solo os pido que no creéis problemas."

"Trato" se levantan de sus lugares y le entregan el cambio de ropa al pelinegro. "Rápido, no hagas esperar a tu contrincante."

En cuanto le dejan solo y tras haberse mirado al espejo sucio de la sala, habiéndose cambiado el pantalón apretado por un chándal corto negro y decidiendo no llevar camiseta, sale hacia el circulo creado en la mitad del edificio, rodeado por gente expectante a la pelea de esta noche.

Un chico mayor que ellos, aunque no demasiado, quizás en sus veintes, es el encargado de asegurarse de que no lleven armas escondidas y jueguen limpiamente; bueno, todo lo limpio que se puede en una pelea ilegal.

Escuchando las reglas que tanto ellos como el público conoce de antemano, la pelea comienza sin más preámbulos. Su contrincante no parece tener demasiada experiencia en eso de pelearse a puño seco para la edad que tiene. Tiene cara de mala leche, pero aún así es descuidado en sus golpes y eso logra que sea el menor quien tenga la delantera en la pelea.

Por el rabillo de su ojo ve a Jimin asentir, haciéndole la seña de que ha alargado la diversión por mucho tiempo ya y es hora de que le noquee de una vez, por lo que hace caso a su mejor amigo y aunque no se sienta cansado, no le apetece seguir esquivando golpes. Por ello es que moviendo su cabeza hacia la izquierda, aprovecha para llevar su codo al rostro del contrario, oyendo un crujido que le da unos segundos de ventaja, más de la que ya tenía, para patear su rodilla y provocar que caiga con fuerza al suelo.