Taehyung tiene lo que cada persona desearía en la vida con solo diecisiete años: dinero, una relación estable y amigos en cada lugar al que va.
Jeongguk nunca se ha conformado con lo que tiene, por ello desde hace años trabaja duro por un futuro mej...
La universidad en Seoul es tan diferente a lo que es en Italia que durante los primeros días se le hizo complicado seguir el ritmo que llevaban en las clases, entre eso y que llegó a mitad de curso, hizo un pleno a lo que dificultades se refiere. Sin embargo y gracias a que ama la carrera que estudia no tarda en acostumbrarse y hacer lo mismo que sus compañeros hacen.
Está un poco triste de no poder estudiar en la misma universidad que sus amigos o hermanos, pero no quiere continuar con la ayuda económica de sus padres y gracias a sus buenas notas, la universidad nacional de artes le aceptó sin ninguna duda. Así es que cada vez que quiere ir a verlos al terminar las clases tiene que moverse de una punta de la ciudad a otra.
Ese es uno de esos días, a mediados de marzo y con algunas pistas de que la primavera está llegando finalmente, aprecia los árboles que pronto florecerán. El día no es caluroso como si fuera verano, pero tampoco hace tanto frío como meses atrás y lo agradece porque eso de llevar tantas capas de ropa no es su cosa favorita del mundo.
Caminando por el tan conocido jardín de la universidad de los demás, donde antes pasó tanto tiempo, pues el instituto privado al que iba está al lado, se encuentra con caras conocidas. Gente que nunca llegó a ser su amiga, pero siempre estaban cerca, merodeando. Algunos le miran con sorpresa, seguramente no sabiendo que había vuelto y lo más probable, es que no esperaran ese cambio físico tan grande en él.
Decidiendo sentarse junto a la bonita fuente del lugar es cuando no dura más ni tres minutos sin ser molestado por una presencia, la cual tapa el sol que tanto le estaba calentando. Eleva su mirada y aunque se sorprende de tenerla delante, no le parece tan raro que sea así, pues no es la primera vez que intenta acercarse a él en los últimos años. "Menuda sorpresa, ¿no?" le saluda.
"¿Pero qué te has hecho? Pareces un delincuente" escupe con una mueca en su rostro, provocando que suelte una carcajada.
"Me has dicho lo mismo que mi madre, sois tal para cual" su cara muestra completo desinterés. "¿Quieres algo, Yoorim?"
La pelinegra parece comenzar a enfadarse por la poca efusividad que ve en el que fue su novio hace años. "Me has estado evitando por años, Taehyung. ¡Incluso fui a Italia para verte y tus amigos macarras me cerraron la puerta en la cara!" exclama, llamando la atención de la gente de su alrededor.
"Suerte tuviste que no hicieron algo peor" responde, levantándose de su lugar. "¿Qué quieres que haga? ¿Te recibo con los brazos abiertos después de que me jodieras la vida?" da un paso adelante, quedando cerca de ella y logrando intimidarla por la diferencia de altura. "Agradece que no quiero venganza porque de lo contrario te digo que tú no serías tan feliz como lo eres ahora si hubiese sido así."
"¿Tae?"
Ambos giran su cabeza hacia la persona que les observa con una ceja alzada. "Ggukie" le llama, caminando los pocos pasos que les separan y besando su labios sin importarle que les vean. "¿Terminaste tus clases?"
El mayor asiente con la cabeza, posando el brazo sobre sus hombros para mantenerlo cerca y no dejando de mirar a Yoorim en ningún momento. "¿Y tú terminaste tu conversación con ella?"
Taehyung le mira con confusión al principio, mas recordando que su ex novia estaba molestándole. "Oh, sí" sus ojos se mueven hacia ella, sonriendo de lado. "Hasta nunca, Yoorim. Espero que te haya quedado claro el mensaje de que te quiero lejos de mí y mis amigos."
"¡¿Sois pareja?! Esto tiene que ser una broma, Kim Taehyung" sus puños se aprietan a ambos lados de su cuerpo, echando humo por las orejas por lo que acaba de ver. No puede ser cierto que el pelirrojo haya terminado con un hombre. "Tu madre no va a permitirte-"
"Mi madre no tiene que meterse en mi vida" le corta con molestia, harto de hablar de ese tema. Él ha cambiado y no va a dejarse manipular por nadie nunca más. "Me importa una mierda lo que todos penséis o dejéis de pensar" sujeta la mano de Jeongguk y comienza a caminar lejos. "¡Mucha suerte en tu vida, Yoorim!"
Su respiración tarda un poco en tranquilizarse, pero en cuanto lo hace escucha la risa melódica de Jeongguk a su lado y sus hombros dejan de estar tensos. "Eso ha sido un bonito reencuentro con tu ex" menciona. "Es un orgullo ver que no te dejas pisotear más."
"Me costó años darme cuenta, ¿uh?" bromea, ignorando lo mal que lo pasó cuando estaba con la pelinegra y como tenía que morderse la lengua siempre para no tener reprimendas con su madre. "Es bueno poder ser independiente. Ahora que sé lo que es ser libre y hacer lo que quiero dudo volver a ser un idiota que se dejaba controlar."
"No digas eso, no eras un idiota. Tu vida era complicada en ese sentido porque tu madre cree que puede decidir por cosas que no le incumben" besa su frente con ternura, continuando con su caminata. "Lo importante es que has sabido encontrar tu camino y ser tú mismo y estoy feliz por ti."
"Eres siempre tan bueno con las palabras, Gguk" sonríe con cara de bobo por lo inteligente y buena persona que es el mayor. "¿Piensas aceptar el trabajo que mi hermano va a darte cuando termines las prácticas?"
Jeongguk rueda los ojos, pero la sonrisa en sus labios le delata. "Veo que Seokjin ya te lo ha contado" murmura. "Pero sí, supongo que sería muy estúpido de mi parte rechazar algo que me han ofrecido dos veces ya. Parece que el destino me quiere cerca de los Kim de una manera u otra" bromea como si fuera algo que no le gustara.
"¡Oye! Si no quieres no lo hagas" forma un puchero en sus labios, viéndose adorable.
"Estoy bromeando, Tae" le detiene para que no se aleje de su lado. "Sería un placer que especialmente tú, no te vayas nunca de mi vida."
El menor arruga la nariz por lo romántico que ha sonado, pero en su interior se está derritiendo por su lo adorable que es. "Bien, bien, tendré que hacer el esfuerzo de quedarme entonces..."
"¡Taehyung!" grita al verle salir corriendo por la calle y agarrando con fuerza su mochila le sigue entre risas, ignorando las miradas de reproche de las demás personas, simplemente viendo al pelirrojo que tanto le gusta desde que le conoció y con el que por fin puede ser feliz sin obstáculos.
...
HOLAAAA
¿Se habrán acabado los obstáculos finalmente entre ellos o quedará alguno? o.o
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