Renace un guardián nacido del fuego y la magia al final del séptimo mes, vendrá para proteger a la esmeralda y arrasar todo a su paso si es necesario.
Él mundo mágico necesita un cambio y los Potter están dispuestos a cambiarlo.
- Eres lo más i...
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Odiaba sobre manera saber que su hermana estaba sufriendo, las heridas físicas podían curarse, pero un corazón herido era otra cosa y él lo sabía porque lo vivió en carne propia y no quería que ella estuviera pasando lo mismo ella sufría mil veces más la devoción y amor que tenía por sus novios era algo que nunca había visto quería golpearlos hasta el cansancio, peor aún cuando los veía tan mal por haberla dejado, cada día que pasaba estaban mucho más flacos y sus ojeras eran interminables si se seguían jalando tanto el cabello se quedarían calvos. Hace tres meses su hermana venía sin falta dos veces por semana a dormir con él las otras noches venía para hacer los planes de la boda por las noches era el único momento que la veían. Desde que se había ido al castillo Dragon ya no volvió al castillo no participaba de las reuniones, le explicaba todo a Smith para que transmitiera el mensaje sentía rabia cuando entraba en el despacho de Minie porque los siete tenían sus ojos en la puerta por si ella aparecía, eran unos idiotas.
Se habían estancado en la búsqueda de los horrocrux y su hermana se pasaba buscando la forma de dar con el resto, pero tampoco encontraba nada hoy tenían una reunión con todos, la cantidad de ataques que estaba ocurriendo era demasiado y necesitaban ayuda. Los chicos ya estaban ahí y como siempre sus ojos estaban en la puerta por si Victoria hacia acto presencia, sus tíos sólo rodaron los ojos Sirius no hablaba con ninguno era él más dolido y decía que jamás iba a perdonarlos por romperle el corazón a su estrellita casi nadie les hablaba demasiado todos querían romperles la nariz, no lo hacían por pedido de Tori.
- No sean estúpidos no va a venir. - Sirius prácticamente les ladro. - Dejen de mirar como ovejas esa puerta que hace mucho dejaron de ser un rebaño.
Ninguno dijo nada, pero ahora miraban hacia delante, a los segundos cuando la puerta sonó se veía una cabellera roja que entraba por la puerta no tenía que tener un buen olfato o buena audición para saber que sus corazones iban muy rápidos y apestaban a felicidad. La cabellera se volvió negro.
- Imbéciles se lo merecen. - Tonks llegó hasta él y le dio un largo beso. - ¿Lo hice bien?
- Por sus rostros puedo asegurarte que lo hiciste excelente. - Remus se veía divertido.
Los siete tenían el rostro como si alguien acababa de morir. Neville choco puños con Tonks, así que fue su idea debía agradecérselo.
- Bien hecho Tonks causarles dolor será mi nuevo pasatiempo favorito. - Exclamó Neville.
- No es justo. - Dylan hablo con voz rasposa, estaba a punto de llorar.
Según le contó Hermione prácticamente cada noche se reunían en la sala de los fundadores y miraban el periódico donde su hermana salía luchando contra las fuerzas de Voldemort había rescató muchísimas familias esa última semana todo estaba siendo un caos. Los siete lloraban porque lo único que sabían de ella estaba escrito en un papel y su foto siempre era de espalda sólo se veía su cabellera moviéndose y en todas las fotos Cris estaba a su lado y los celos los estaba matando. Le hacía feliz saber que contaba con él por como miraba a su hermana deducía que se había enamorado de ella hace mucho tiempo y no porque fuese algo que el dragón hacía, sólo se enamoró de ella y ¿quién no lo haría?.
