Renace un guardián nacido del fuego y la magia al final del séptimo mes, vendrá para proteger a la esmeralda y arrasar todo a su paso si es necesario.
Él mundo mágico necesita un cambio y los Potter están dispuestos a cambiarlo.
- Eres lo más i...
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- ¿QUE TIENEN EN LOS BOLSILLOS?.
- Nada. - exclamaron los gemelos.
- Accio...accio...accio... - así continuó por varios minutos.
Varios caramelos salieron volando de los bolsillos de los chicos que trataban de agarrarlos, pero era en vano cuando llegó en las manos de la señora Weasley los tiro todos al fuego.
- Es nuestro trabajo, nos tardamos seis meses en hacerlo. - protestó George.
- AHORA ENTIENDO PORQUE TIENEN SÓLO 3 TIMOS CADA UNO, NO SE QUE HICIMOS MAL CON USTEDES, PERO JAMÁS LLEGARÁN A SER NADA.
Eso había dolido a los chicos, expulsaban un olor a dolor y decepción salieron de la casa sin decir nada ni despedirse. Troto hacia ellos para poder alcanzarlos, tenían lágrimas en los ojos. Quería regresar y cortarle la lengua a su madre, tomo la mano de ambos y no le importaba que los vieran.
- Ustedes son únicos chicos, jamás duden de eso. Son increíblemente talentosos y si ella no puede ver lo que ustedes valen que se joda, estoy orgullosa de tenerlos en mi vida.
- ¿En serio? ¿No te avergüenzas de nuestras notas?
- Sus notas son sólo números, veo lo talentosos que son sé que serán grandes. Y si no funciona lo de hacer reír no importa, yo los mantendré mis amores.
- Eso se ve bien Fred..
- Sii, ser mantenidos se me hace buen plan George.
- Ahora explíquenme que estuvieron haciendo.
- Vendemos productos por catálogo se venden muy bien, pero mamá se dedicó a tirar todos nuestros productos logramos juntar un poco que esperamos multiplicar hoy. - explicó George.
- Les irá bien, sólo sigan como siempre y quiéranme.
- Siempre vamos a quererte Victoria. - ambos le dieron besos en la comisura de los labios.
Continuaron el camino con más alegría iban tonteando, esperaron a los demás que iban un poco más lento Ron los miraba con recelo. Llegaron a una colina, Herms se apretaba fuertemente el costado apenas lograba respirar, le agarró de la mano y le transmitió una pequeña corriente.
- Gracias, sentí que moría.
Todos se pusieron a buscar el traslador sólo tenían unos minutos antes que se vaya, diviso una bota a lo lejos que emitia bastante magia y fue rápidamente a tomarlo, pero otra mano se adelantó y la levantó primero.
Maldito ladrón.
- Lo siento, creo que lo tomaremos juntos. - una bonita voz se escucho, olía divino.
Un muchacho muy guapo, alto, con ojos color chocolate le devolvía una sonrisa. Todos llegaron al lugar los gemelos se pusieron a su costado en modo protectores, aún no le perdonaban a Cedric que les haya ganado en el partido pasado.
