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Los días pasaban y con ellos las semanas, hasta que terminaban siendo meses. 

Mi relación con Viktor era simplemente perfecta, un sueño dirían otros. El era la persona que había esperado toda mi vida.
En el trabajo iba igual, las miradas y malos tratos habían disminuido desde que aquella chica fue despedida. Al parecer era la mente maestra de aquellos tratos.

Al fin la vida nos sonreía a Gustabo y a mi.
Pues desde siempre hemos que trabajar muy duro, incluso dejábamos los estudios para poder trabajar y poder seguir pagando estas.
Hasta que dejamos  la preparatoria... a nada de entrar a la Universidad, pues los gastos ya eran altos y el donde vivir y comer era lo primero.

Gustabo fue el que tuvo que soportar más...

Tener que soportar a nuestros jefes, dueños de pisos que debíamos dinero y aun peor, tener que cuidar de mi.
En donde comía por la ansiedad y depresión que me habían causado personas en aquel entonces.
Donde me ayudo como pudo cuando me encontraba en el baño con mis dedos en boca después de comer.

Pero después de tanto... al fin podemos respirar en paz.
Desde que Gustabo consiguió un excelente trabajo en este lugar las cosas fueron a mejor.
Pues siendo el, muy bueno para cocinar le aseguro un buen puesto de cocinero en este establecimiento de buen ver.

Y siendo una cafetería donde las meseras andaban en patines, y yo siendo buena para ello y bailando, Gustabo lucho para que el gerente me diera un puesto.
El cual se lo pensó demasiado, pues no daba con la talla de las demás chicas. Pero al final me dieron el puesto.

Me alegraba tanto que en el año antes de que entrara a trabajar yo, Gustabo conoció a una persona que por fin le ayudaría en ciertos "asuntos" y apoyara cuando yo no podía.
Encontró una persona que fue capaz de sacar a aquel chico y no a aquel hombre encargado de nosotros dos.
Una persona que le ama y que Gustabo igual. Tanto que decidieron realizar sus vidas juntas, como la hermosa pareja que eran.
Aunque Gustabo se negaba a dejarme sola y me protestaba para que me fuera con ellos, pues a Jack tampoco parecía el quedarme sola.
Jack era tan sobreprotector con Gustabo como pareja, y conmigo como si fuera una hija. Aquello me daba gracia.

Hasta que los convencí de hacer sus vidas ellos dos.
Decidí quedarme en el nuevo y ultimo departamento que compartimos Gustabo y yo. 
Era lindo y pequeño, ademas de que estaba cercas del trabajo.
Todos los días me recogían para llevarme al trabajo o para ir a desayunar o cenar.

Todo estaba bien, y fue perfecto desde que conocí a Volkov.

Así que si... la vida al fin nos daba nuestra recompensa después de tanto arduo trabajo.
Ahora estábamos aquí,  comiendo de nuestros almuerzos en nuestro descanso, hablando de cosas estúpidas o cosas de doble sentidos.

-Oye Hortensia, que crees...-

-Qué pasa?- pregunté con mi sándwich en boca.

-No te lo comenté, pero el otro día fui en busca de nuestro sueño- dijo para después de beber de su lechita de cartón, gusto que había adquirido desde que conoció a Jack.

-De nuestro sueño?-

-Seeh, pues verás... recuerdas... aquel sueño tonto de niños... sobre abrir nuestra propia cafetería?-

Casi me atragante con mi almuerzo,  una vez pase aquel bocado, voltee a verlo con ojos brillantes y expectantes.
-N...No me digas que-?! -

-Mmjuum, encontré un pequeño local cerca de la playa, es realmente lindo y lo mejor, podemos pagarlo con nuestros ahorros-

Me levante al instante para dar pequeños saltos, Gustabo empezó a reír y se levanto para seguirme la corriente. Al final y despues de nuestros saltos alocados y pequeños gritos al aire, nos detuvimos para abrazarnos.
Estábamos tan felices.

♡LL Burguer's♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora