DULCE DECISIÓN ✔️

~9~

                      Canción: Evgeny Grinko
                                      -  Lullavis.

Incluso si te pierdo en esta vida, ten por seguro,  que te buscaré en la otra.

— Prometo no ser tan molesto — Danny  abrazaba el cuerpo de el moreno, y este haciendo esfuerzo por safarze de sus brazos.

— Prometo ser la persona con la que te merezcas estar — gritaba en su exterior, sin importarle que alguien escuchace sus suplicas — ¡¡Por favor!!  No me dejes....

Quiza no hizo caso esa tarde, quiza por eso sentia tanto dolor en su interior.

Quiza por eso tenia miedo que al despertar,  las cosas no fueran como antes.

— ¿Danno? —

El hombre volvia a parpadear sin descanso alguno, sus ojos reflejan confusión, sus manos temblaban, más no articulando movimiento.

La joven solto de su agarre a el moreno ebrio, ella tampoco sabia lo que estaba presenciando, llevó sus manos a su pecho verificando si su corazón seguia palpitando o si ya le había dado un paro cardíaco.

El moreno ebrio, solto bruscamente sus manos entrelazadas con las de el rubio, no sabia si todo esto era obra de las alucinaciones que te brinda el alcohol o si en verdad esta viendo a el hombre en la camilla,
despierto.

— Danno — afirmó la joven isleña, acto seguido,  sus pies corrieron hasta su amigo.

Aventuró las palmas de sus manos por el rostro de Danny,  sus delgados dedos pararon su viaje cuando llegaron a tocar los ojos de este, estaban cristalizados y a punto de permitirse llorar.

— ¿Me oyes? — susurraba preocupada por el comportamiento de el rubio.

Esté solo movía la cabeza de arriba hacia abajo, confirmando la pregunta de la joven.

— Mi Danno — nadie se dio cuenta de los rápidos movimientos de Steve corriendo hasta abrazar a Danny.

— ¡¡¡Eres mi Danno, despertaste!!! — Steve abrazaba a el rubio, tal cual un niño abrazaba a su oso de felpa preferido.

Y él, él solo se sobresalto, su pecho subia y bajaba rapido,  sus ojos parpadeaban con mucho rapidez, el sonido de una de las maquinas los alertó, su pulso estaba demasiado acelerado y su cuerpo no podia gritar que no sabia que estaba pasando.

Kono se dio cuenta de lo que Danny trataba de hacer, sus manos rápidamente fueron apretadas por sus puños hasta ver sus nudillos blancos por la fuerza con la que apretaba.

Steve dejo de abrazar a su amigo cuando sintio que su simple tacto asustaba a el rubio, quizo creer que era solo una confusión, no queria pensar que Danny no reconociera a el moreno.

— ¿Danny? — susurró para si mismo,  con el frio de sus manos quizo tocar las mejillas de su amigo, pero éste apartó rápidamente su cabeza moviendola hacia el otro lado.

Kono no entendía el porque Danny queria evitar sus miradas con las de su jefe, por unos segundos ella se aparto de ambos corriendo hacia afuera, llamando por el pasillo a un doctor o aunque sea a una enfermera.

— ¡¡¡Danno!!! ¡¡¡Mirame, soy yo!!! ¡¡¡Steve!!! — Kono y uno de los médicos habian entrado a la habitación.

Llevándose consigo una de las imágenes más desgarradoras que podrían proyectar, Steve sujetaba las mejillas de Danny con sus manos obligándolo a verlo, tratando de mirarlo a los ojos.

Danny no podia luchar, no tenía muchas fuerzas como para hacerlo y eso conlleva a que no pudiera soltarse o moverse de el agarre de Steve.

McGarret solo gritaba en el rostro de aquel hombre perdido,  que le dijera almenos su nombre o que asintiera con la cabeza a su saludo.

Y él no lo hizo, los doctores comentaron que debido a el tiempo que pudo haber estado inconciente sufrió alguna laguna mental, y eso puede dejar secuelas.

Amnesia temporal.

Todo esto lo habían premeditado esa noche, pero al dia siguiente, los amigos de el rubio ya sabían de su estado, Kono los habia llamado y habia hecho hasta lo imposible para que todos,  incluyendo Grace, pudieran entrar a aquella habitación, aún cuando el comandante no lo aceptara.

Su ánimo al verlo despierto se vino abajo, cuando se dio cuenta de que el rubio sonreia a otros y no lo hacía con él.

¿Acaso lo había olvidado solo a él?.

Sus ojos se llenaron de lagrimas cuando lo llamaron para que pudiera entrar a visitar a el rubio, podría hablar con él, podría decirle cuanto lo extrañó, o quiza solo podría decirle una palabra.

Se levanto de su asiento, sacudiendo el polvo inexistente de su camiseta, y arreglando un poco su cabello, dio un ligero respiro para calmar sus nervios y se adentro en aquella habitación.

— Hola — escuchó la voz saludandolo al entrar.

— Hola — susurró acercandose un poco más a su amigo, quien seguia en reposo en aquella fastidiosa camilla.

— ¿Cuando saldré de aqui? — preguntó resplandor su mal humor, cruzando de brazos — Unos días más y crecerán raíces en mí.

El moreno solo se dedicó a sonreír ante las bromas que hacia el detective, pero su sonrisa desapareció cuando se dio cuenta de que Danny lo decía enserio.

— Dentro de unos días más, deben hacerte algunos chequeos y verificar que todo este en perfecto estado y....

— Y me iré — terminó la oración, con algo que el comandante definitivamente no estaba listo para escuchar.

Hizo sus nervios a un lado, hizó sus preocupaciones a un lado y todo lo que ahora se apoderaba de el cuerpo de el moreno era la furia y el enojo.

— ¡¡¡¿Estas loco?!!! — escupió con enojo, dejando de lado que el rubio estaba delicado, empezó a gritar y a lanzar los regalos que habia recibido de sus amigos horas antes.

— No,  no lo estoy — suspiro tranquilo y seguro de sus palabras — Mis planes no han cambiado, McGarret,  Grace y yo nos iremos a mi ciudad y empezaremos de cero.

— ¡¡NO LO VOY A PERMITIR Y SI CREES QUE YO DEJARE QUE HAGAS ESO , ESTAS....

— Sabes que...  Grita todo lo que quieras,  golpeame si quieres,  pero no cambiare de opinión, no por tí.