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Cancion: SYML
- Fear of The water.

Algúna vez escuche acerca de la telepatía, lenguaje silencioso o la comunicación mediante las miradas sin la necesidad de abrir la boca para articular palabra.

Quiza eso es lo que pasaba entre él y yo.

Todo lo que amo de la vida, es saberla entender, básicamente solo amo a mi monito y a las personas que me han brindado apoyo cuando llegué aqui.

Y ahora todo lo que odio de la vida, es la etapa en la que tienes que decidir, básicamente he decidido entre mi estabilidad y la estabilidad de mi hija.

Esta mañana cuando cerré por última vez la puerta de mi casa, sin querer recorde todo lo que habia evitado.

Recorde como me enamoré de él, como sus atenciones me fueron ganando, como su compañía era de vital importancia para mi, solo eso, nisiquiera me sentí mal por mis amigos, nisiquiera puede permitirme despedirme de ellos, solo me sentí mal por él.

Las maletas ya estaban listas para ser analizadas antes de cargarlas a el correo para que las lleven a el avión, dejaria una que otra cosa en este lugar, despues de todo, puedo no odiar demasiado las piñas y el oriundo mar.

Grace cargaba su pequeña mochila de color azul y sostenia en sus brazos su oso de felpa preferido.

De no haber despertado, quiza no habría tenido la dicha de volverla a ver, de volver a ver como sonríe, de volver a escuchar como llora en las noches porque no puede dormir, siendo sincero. No se que haria sin este monito.

Abrazaba a mi pequeña mientras mirábamos a la nada y a todo que pasaba por nuestro frente, personas caminando mientras sujetaban sus maletas o las arrastraban, personas despidiéndose de otras mientras lloraban y personas que dejaban este lugar solo por su estabilidad emociónal, esta bien, las últimas, creo que solo yo.

Y ahí estaba él, de pie en una esquina, esperando a que nos levantemos de los asientos de esta terminal.

- ¿Monito?.. - susurre, esta dejo de reir y levanto su cabeza con una sonrisa demasiado tierna - Ve a por tu tia Kono, tengo que hablar con tu tío Steve.

Ella asintio y fue corriendo a donde nos observaba la isleña cruzada de brazos, vio como mi hija se acercaba a ella y se puso de cuclillas a esperarla y abrazarla.

Diriji mi mirada a donde no queria, y choque con sus ojos, hermosos ojos que me enamoraron y me han vuelto loco.

Me puse de pie y encamine mis pasos hasta él, un metro, dos pasos, un abrazo, cualquiera de esas cosas terminarían la distancia entre el y yo.

- ¿Te encontraré? -

Se acercó con unos grandes pasos, y me dio su pregunta con un lindo pestañear en su mirada.

- Me encontrarás - sonreí.

Entrelazo sus manos con las mias, bajo mi mirada al suelo unos segundos y la vuelvo a levantar.

- ¿Me amarás? - sonrie con tristeza, causando un estrujamiento en mi pecho.

Si el me extraña, yo lo hare mucho más.

- Te amaré. - mis ojos respondieron con una lagrima rodando mi mejilla.

El silencio te entrega miles de respuestas, aveces es solo cuestión de observarnos para entendernos.

- ¡¡Papá!! - grito mi monito corriendo hacia mí.

Rápidamente solté mis manos de las de Steve y suspire con tristeza, pero ahora toda mi atención llegó a solo una persona, bella y hermosa muñequita.

- Grace no corras monito - resople frotando mus dedos en su pequeña y respingada naricita.

- ¿Y ya estas lista para el viaje? -

La voz de el moreno nos saco de nuestra burbuja, cuando este también se puso de cuclillas para estar a la altura de mi hijita.

- Si tío Steve - respondio en un estornudo - ¿Vendrás a visitarme? - preguntó pero de inmediato guardo silencio cuando moví mi cabeza en negación, casi como un regaño por preguntar estas cosas, ella bajo la cabeza pero Steve la levantó de nuevo - ¿Vendrás a visitarnos?

Steve trago grueso, lo sé, porque escuche el sonido de su garganta hacer un ruido ronco y severo, asintio con los ojos llorosos.

No quiero seguir espectadores esto.

- Grace, vámonos ya - susurre tomándola de sus manitas, ayudándole así para que Steve la baje de sus brazos.

Levante a mi pequeña ahora en mis brazos y empece a caminar.

- ¿Steve? - susurre dandome la vuelta.

El levanto la cabeza de nuevo y trato de sonreírnos, pero en su lugar solo logro una mueca.

- Cuidate mucho ¿Si?

- Lo hare - susurró abrazandonos a mi y a mi monito, su abrazo nos brindaba seguridad, alegría, pero cuando estabamos solo el y yo, sus abrazos me brindaban miedo, pánico, terror a perderlo.

No me dí cuenta de que ya lo perdí.

DULCE DECISIÓN ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora