Poema esencial {RanChuu}

Y un solo amor que vivir.

Aclaraciones:

"()"= pensamientos.
±--±= comienzo y final de sueño.
'()'= énfasis en palabras.
*+:｡.｡　｡.｡:+*= separadores de escenarios para cambiar la perspectiva y/o personaje.
*＊✿❀　❀✿＊*= separadores finales e iniciales.

*＊✿❀　❀✿＊*

El pasado no se puede recuperar.

Los errores que Dazai había cometido desde pequeño no tenían reparo alguno, ¿a cuántas personas en su vida había herido? No lo recordaba, tampoco es que se diera el tiempo de arrepentirse.

Desde la muerte de su amigo y casi hermano Odasaku el solo había pensado en 'ayudar a otras personas' pero realmente no tenía ningún caso tener empatía por la gente que conoció. Nadie despertó sentimientos reales en él.

Nadie que este en la agencia al menos...

-Chuuya...

En un diminuto y casi inaudible susurro trato de recordar momentos divertidos que el haya organizado para Chuuya.

Seguro hizo algo bien en los casi nueve meses de relación que tuvo con Chuuya ¿no?

Trato y trato de recordar algún gesto de buen novio que haya echo por su cuenta y sin ayuda de nadie.

Nada.

No lo recordaba, poco a poco pego su cabeza en la pared mientras las gotas de la regadera caían sobre su lastimado cuerpo, heridas gracias a los intentos de suicidio.

Al salir de la ducha y colocarse las vendas seguía con la misma interrogante, de poco había servido la lluvia.

Esta vez enserio tenía ganas de darse un tiro y no le importaba si era un método doloroso o no. Ya no soportaba ver a Ranpo, feliz, sonriendo.

Sonriendo porque el tenía a Chuuya ahora, ¿y él? Ah claro lo había perdido, y eso no sería nada relevante, después de todo ya había perdido a su familia de pequeño, había perdido su niñez y a los dos mejores amigos que tenía.

¿Por qué perder a Chuuya le dolía?

De repente su celular empezó a reproducir un sonido, lo estaban llamando. Al ver al remitente de aquella llamada de dio cuenta que estaba en varios problemas.

-Kunikida-kun— pero las voces infantiles no sirvieron esta vez, ya que Kunikida gritaba tan fuerte que Dazai tuvo que separar el celular de su oído.

-¡Explicame porque demonios te fuiste a mitad de la jornada laboral!— era verdad, le irritaba el echo de pensar que Chuuya vendría a la cafetería como era usual y por eso antes de hacer una escena prefiero irse a beber el Clorox que guardaba en la gaveta de su cocina— ¡Y eso no es lo peor le dejaste al mocoso todas tus obligaciones como siempre!

-tengo mis razones para no ir— como por ejemplo matar a Ranpo y secuestrar a Chuuya— así que hoy me quedaré aquí.

-o vienés por tu cuenta o voy yo y te saco a patadas.

-sea lo que sea no me importa.

-¡Dazai eres un— y corto la llamada, dejando a Kunikida maldecirlo al a verlo ignorado.

Rápidamente Dazai se puso su camisa y su gabardina, sabía que Kunikida no bromeaba con eso de sacarlo a patadas, por ello decidió irse a pasear quien sabe dónde.

Más que ayudarlo a calmarse cada lugar era una tortura a su mente, recuerdos.

Ahora si que todos los recuerdos lo golpeaban sin piedad, tenía en mente las caminatas con Chuuya, las veces en las que después de las misiones comían helado.

Chaqueo la lengua realmente frustrado, ¿qué le pasaba? Cuando murió Odasaku no le importó dejar atrás a Chuuya ni siquiera le aviso que iría a la agencia de detectives a unirse.

¿Por qué no le preguntó a Chuuya si quería escapar con él?

Ah cierto Chuuya era alguien muy leal a quienes le dieron un hogar, pero no era solo eso, Dazai fue alguien egoísta, el simplemente se largo sin avisarle y después de años de no verlo lo primero que le dijo fue que verlo es horrible.

No era digno de ser humano.

No era digno de tener a su lado a Chuuya...

No se había dado cuenta que sus pasos inconscientemente lo habían dirigido a la Sede de la Port Mafia. Y Dazai sonrió, una sonrisa amarga al tener en frente el lugar que más había odiado desde pequeño, donde había experimentado el verdadero dolor, un dolor que ningún niño debería soportar, el ver morir personas, el ser castigado por el mínimo error.

Sentir que su existencia era un error...

Poco a poco esa sonrisa se fue deformando en una mueca de enojo pero su mirada se desvío al escuchar pasos aproximándose a él.

Era Chuuya.

Lo sabía, había ido a almorzar con Ranpo como siempre, ahora se alegra de haberse escapado. Chuuya andaba hablando con alguien por celular. Cuando se dio cuenta de su presencia es cuando finalizó la llamada.

-¿qué haces aquí miserable?

-no creas que a mi me da gusto verte.

-que curioso siendo tu el que siempre me acosa ¿acaso me extrañas tanto?

Y aunque Chuuya lo decía con burla había dado en el blanco, Dazai deseaba gritarle que si, lo extrañaba, más de lo que hubiera pensado, odiaba verlo con alguien más, y que ese alguien sea su compañero.

-como siempre eres una persona muy orgullosa, ¿acaso tu no me extrañaste?

Chuuya fruncio el seño, tantos años sin ver a Dazai ¿y enserio ahora desea acercarse? ¿Por qué no hizo eso hace cuatros años?

Antes de responder el jefe de la Port Mafia había salido, Chuuya hizo la reverencia correspondiente a su jefe y Dazai se quedó expectante a que diría.

-Dazai-kun es una sorpresa verte, ¿volveras a la Port Mafia?

-¿cuántas veces debo rechazar esa oferta? Mi respuesta es no, como siempre.

-entonces no debes hacer nada aquí, estorbas, algunos tenemos cosas que hacer.

Poco a poco Dazai formó puños con sus manos, nada en este día fue 'reparador' como el pensó cuando se escapó, lo único que hizo fue recordar a Chuuya, todos los momentos que pasó con él.

¿Y Chuuya? Estaba feliz de la vida con el engreído de Ranpo, ¿y ahora lo estaba echando? Bien si a él hoy le fue mal, no tiene porque contenerse en pasarle su mala suerte a su querido Chuuya.

-¿cosas productivas? Deberías decírselo a Ranpo no a mi.

Chuuya se detuvo en seco, no era necesario voltear para ver a su jefe, tenía la mirada puesta en él.

¿Ranpo? Ranpo... ¿Dónde Mori había escuchado ese nombre antes? Ah claro, uno de los más valiosos agentes de la agencia de Fukuzawa.

-Chuuya-kun entra después a mi Oficina, deseo hablar contigo.

Dazai había logrado pasarle su mala suerte a Chuuya.