Capítulo 16: Lucha, Muerte y Sangre - Parte 2

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Disclaimer: "Gate: thus, the JSDF fought there!" no me pertenece, todo el crédito a su respectivo autor.

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Capítulo 16
Lucha, Muerte y Sangre
Parte 2

"A la medianoche de algún día de junio, con un estruendo de mil demonios, los cañones imperiales en los alrededores abrieron fuego cómo un coro de mil relámpagos. Dejé caer el plato con mi alimento, pero poco hubiera importado eso: las murallas que protegían Itálica se derrumbaron frente a mis ojos."
-Cabo británico anónimo.

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Alnus

Los soldados controlaban su respiración en todo momento, sus ojos abiertos y sus oídos atentos a cualquier ruido. En los alrededores, concretamente en las colinas al norte de la base de Alnus, el crudo combate entre saderianos y terrícolas se enardecía constantemente, las constantes bengalas disparadas por morteros británicos y soviéticos alumbrando las escenas del sangriento encuentro entre ambos bandos. En cambio, ellos, bajo el manto de la oscuridad, se habían arrastrado hasta sus posiciones de partida, más allá de los vigías de su propio bando, y se encontraban pegados al húmedo suelo casi como sapos, a la espera de alguna señal que les indicara que podían proceder al siguiente paso.

Uno de ellos se acurrucó en un cráter, sus compañeros rodeándolo y sosteniendo mantas. Oculto del mundo exterior, encendió un sencillo fósforo y revisó su reloj de bolsillo. Faltaban menos de dos minutos para que fueran las dos de la mañana en Alemania. Apagó rápidamente la fuente de luz y empezó un breve conteo en su mente, agradecido de que la cobertura hubiera servido y los saderianos no hubieran apuntado a por su cabeza. Cuando llegó a sesenta, encendió otro fósforo y revisó el artefacto mecánico: faltaba menos de un minuto. Observó impaciente, sudor bajándole por la frente, como el segundero recorría la circular trayectoria. Cuando este llego al doce y se cumplió otra hora, apagó su cerilla y se paró agitadamente. Asintiéndole a sus compañeros, quienes rápidamente empezaron a prepararse, elevó un último rezo a los cielos y levantó su brazo, disparando el arma característica en su mano:

La bengala roja de señales se elevó varios metros, repetida por muchos otros a lo largo de la línea alrededor de aquel cerro. Al cabo de pocos segundos de aparecidas estas, proyectiles luminosos provenientes de los morteros aparecieron en el cielo, iluminando la zona como si fuera pleno día. Con un último suspiro, el oficial se llevó el silbato a los labios y dio la orden para comenzar una nueva parte del baile:

¡PIIIIIIIIIII!

Angriff! Angriff!

Los infantes del regimiento Grossdeutschland se levantaron del suelo y echaron a correr sobre la colina que se imponía ante ellos. Explosiones empezaron a oírse en su objetivo: la artillería germana había empezado su arremetida, desencadenando en un corto espacio de apenas unos pocos minutos todo el arsenal posible para suavizar de la mayor forma posible las defensas del lugar. Incapaces de comprobar a ciencia cierta el efecto que tenían los impactos de sus proyectiles gracias a la falta de iluminación, dado que, si bien las bengalas permitían ver, no lograban alumbrar lo suficiente como para distinguir aquellos detalles, los artilleros siguieron enviando su carga de la muerte una tras otra sobre aquella posición saderiana cuyos ocupantes habían sido violentamente despertados de su sueño por la luz artificial y la tierra temblante, la artillería moderna permitiendo lanzar explosivos a un ratio con el que sus abuelos ni siquiera soñaban hacía varias décadas atrás.

GATE: 1940s. War of the Worlds.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora