Capítulo 2 Una cacería sangrienta

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Se ve cansada, desanimada y algo asustada. Sus ojos reflejan angustia y tristeza como si la hubiera acumulado desde hace mucho. Sostiene su mirada sin dudar, firme y fría, no sé qué es esta atracción que tengo, pero ella no puede ser la elegida para ser mi compañera, si resulta ser su hija es más importante aún para nosotros y para todos en la sociedad de la noche, ella representa una clave para el combate fundamental que no podemos perder. No puede ser mi compañera, debe haber otra explicación, pero mi conciencia sigue gritando «Mía», el calor en mi cuerpo empieza a subir y se siente sofocante su aroma, desprende una sed que parece ser insaciable y la excitación que empiezo a sentir me está nublando, me hace pensar como un hombre de las cavernas. Quiero tenderla sobre la fría tierra y reclamarla para mí, marcarla con mi aroma para que todos sepan que es mía.

Dios, suena espeluznante, como si fuera un acosador. Es aterradora la sensación que siento. Esto es la vinculación porque no quiero espantar a nadie ni mucho menos salir a lo cavernícola. Tampoco es algo que quiera que suceda encontrar de mi compañera que posiblemente sea la persona que necesite para poder seguir esta guerra, además se ve tan pequeña y frágil que un monstruo como yo solo la contaminaría. Una sensación de vacío inunda mi pecho como si la decidieran alejarla de mi me doliera.

Espanto ese pensamiento que hace que cierta parte de mi anatomía se despierte y desvíe mi vista hacia el otro lado del claro, donde mis hermanos parecen buscar a ciegas por el bosque.

De pronto, un espantoso grito la asusta, haciéndola retroceder. Intento agarrarla, pero ella solo se evapora como una suave brisa, desapareciendo y llevándose consigo su dulce aroma y trayendo el pútrido olor de los cazadores que perseguíamos.

Una pesada mano cae en mi hombro, sacudiéndome.

—Hombre, ¿qué rayos pasó?, ¿qué fue eso? —me pregunta un hombre alto a mi lado.

—¿La viste? —inquirí.

—¿A quién?

—La Joven que estaba aquí... O eso creí.

—¿Te golpeaste la cabeza cuando ese animal te golpeó?

¿Qué había pasado?

Mi memoria funciona a medias, no entiendo. Ella había estado aquí conmigo, aunque ahora parece como si solo yo la hubiera visto.

Sospecho que el rastreador va tras ella, así que no dudo en dirigirme hacia allá. La había atravesado con la sensación de frío como si fuera aire.

Estaba tan inmerso en nosotros dos que no vi venir el cazador detrás de mí, el cual me golpeó, obteniendo un suave grito de parte de la chica.

No puede ser que la única explicación que se me ocurre, es que ella es la joven de las leyendas, la última de su especie. Además, si es quien creo que es ella es la pequeña hija de uno de los más viejos integrantes de los guerreros, quien había sido emboscado en su propia casa.

Recuerdo que cuando llegamos, nada más quedaban rastros de una masacre sangrienta, los guardias se encontraban desmembrados sobre un lago de sangre y sus cabezas estaban separadas de su cuerpo. Buscamos a la niña por todos lados, pero nada dio resultado.

Solo había un lugar al que podría regresar, la casa o lo que quedaba de ese lugar. Todo estaba abandonado y destrozado. Nadie más fue ahí ya que los faister podrían regresar, pero si voy tal vez podré encontrar alguna foto o algo sobre la niña, los ojos de ella se veían iguales a los de él, así que esa es una pista posible.

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