Lo único que veo es oscuridad y un frío bosque. Me persigue ese ser misterioso, ser que oscurece varías de mis pesadillas, más de lo que ya están.
Corro intentando alejarme de él, pero una mano se estira y me toma...
Abro mis ojos en la tenue oscuridad, casi ahogando un grito que pelea por salir de mi garganta.
Observo la habitación, pero esta no es la mía. Me levanto rápidamente sin saber dónde me encuentro y las imágenes de sucesos recientes vienen a mí rápidamente, mientras yo miro para todos lados.
Confundida es como me siento ahora mismo. ¿Cómo he llegado aquí? ¿Dónde estoy? De repente una luz me ciega haciéndome caer al suelo mientras me cubro la cara.
—Has despertado —dice una voz profunda de hombre.
—Podríamos acabar con ella —sugiere otro.
Alguien suelta una carcajada —. Eso te gustaría, hermano, pero ella es la elegida, no podemos matarla —le responde el primero que ha entrado en la habitación mientras me tiende una mano. Asustada me alejo contra una pared del otro lado de la habitación.
—¿Quiénes son ustedes? —intento preguntarles con mi voz envuelta por el miedo.
—No te haremos nada —dice una voz entrando a la habitación.
Me asusto. No pienso mucho. Se ven aterradores, grandes y de miradas frías. Me armo de valor y me levanto y corro intentando llegar a la puerta, pero no llego, pues choco contra alguien haciendo que me caiga, pero no llego al suelo porque unos grandes brazos me sostienen, eso me hace sentir mucho más miedo y comienzo a gritar y moverme frenéticamente.
—¡Suéltame! ¡Maldito, quítame tus manos! ¡Déjenme! —quiero empujarlo, pero no puedo moverle ni un centímetro.
—No te vamos hacer nada, quédate quieta —dice mi opresor.
Quiero respirar e intentar calmarme, pero no puedo. Sus manos están en la zona de alerta roja, en mi radar de peligro que el mal ha escalado en mí por años y no sé quién es esta persona, solo lo he visto en sueños, nunca pensé que existiera en verdad, es como un sueño, todo esto tan irreal.
Lo miro a los ojos y seguro que brillan de miedo mientras que mis lágrimas se derraman por mis mejillas, esos ojos azules de mis sueños me miran preocupados.
De pronto él me suelta y se aleja de mí. Yo retrocedo hacia un rincón y dejo que mi cuerpo resbale por la pared hacia el suelo frío de mármol.
—Oye, tranquila, aquí nadie va a lastimarte —exclama, acercándose lentamente y con precaución por si yo reacciono mal.
Cuando está lo suficientemente cerca y enciende los sensores de peligro, es como si una alarma ha saltado dentro de mí. Y tal vez no es la forma de reaccionar, pero estoy dañada.
—Aléjate, lejos de mí —susurro de forma ahogada. Apenas puedo hablar, un temblor me recorrió por el miedo que tengo, hace mucho que no me siento así.
Si bien él puede lograr ese efecto, ya es inútil ocultarlo. Por eso siempre tengo cuidado con las personas a mi alrededor para que no vean a través de mi máscara.
—Escucha, no vamos a hacerte nada, ¿de acuerdo? No nos acercamos, ¿bien? —me dice el hombre de mis sueños —. Sé que damos miedo, no nos conoces y estas en un lugar que jamás has visto o estado, pero escucha lo que tenemos para decirte— pide tranquilamente.
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La Ultima Heredera
Teen FictionLukan creció de niño escuchado historias fantásticas e su maestro y su papá le relataban guerras pasadas y leyendas que nadie creía, el ingenuo siempre pensó que eran una mentira. Poco sabia a que se hacían referencia los adultos. Pero siempre lo en...