Capítulo 3

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Mientras las estaciones transcurrían, su herida curaba poco a poco, trataba de ser la Dalia que era antes, con apoyo y ayuda de su familia ha sabido cómo llevar la situación e incluso ejecutaba la idea que le había dado su madre, eso era su motiva...

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Mientras las estaciones transcurrían, su herida curaba poco a poco, trataba de ser la Dalia que era antes, con apoyo y ayuda de su familia ha sabido cómo llevar la situación e incluso ejecutaba la idea que le había dado su madre, eso era su motivación del día ahora.

—Nos vemos —gritó desde la puerta a sus padres agitando su mano.

—Con cuidado hija —gritó su padre.

Caminaba hacía el estacionamiento mientras verificaba que llevara todo en la lonchera , siempre le entusiasmaba aquella hora.

—Limón, tortillas, platillo, si llevo todo —sonrió y puso todo en el asiento de copiloto.

Colocó su cinturón y se puso en marcha, mientras observaba las hojas caer, ya era otoño y eso se podía observar, se acercaba la estación favorita de Dalia. Luego de unos minutos por fin llegó al hospital

—Buenos días —saludó amablemente.

—Buenos días Dalia —le respondieron el saludo un par de enfermeras.

Ya la conocían y la saludaban siempre por su nombre, pues ya eran muchas las veces que iba ahí, a las personas les agradaba su visita.

—Buenos días doctor —susurró la chica llegando a la habitación de su tía.

—Buenos días Dalia —respondió en susurro también.

—¿Alguna mejoría? —preguntó nerviosa la chica.

—No —negó con tristeza. —Lo siento mucha Dalia, pero se que con tus visitas, ella estará bien

—Gracias por todo su trabajo doctor —susurró tratando de sonar tranquila. —Ahora si me lo permite

—Por supuesto —dijo dándole el paso.

El doctor salió cerrando la puerta detrás de él, Dalia sonrió y sacó la comida y la acomodo en una mesita, comenzó a dar bocados mientras le contaba su día a su tía.

—El otro día, fui a una tienda de cómics y tenían la nueva saga de el maravilloso mundo de Alan ¿lo recuerdas? —dijo emocionada. —Desde que se anunció el lanzamiento estabas emocionada por poder leerlo —sonrió con tristeza. —Pero lo compré y te lo leeré —dijo sacando aquel cómic.  —En un hermoso castillo lejano a las personas, habitaba un mitad lobo y mitad humano, que era temido por las personas, su apariencia era desagradable, la gente se asustaba de él y se iban huyendo.... —comenzó a leerle uno de los tomos.

Dalia cerró la puerta y caminó hacía la salida, sonriendo pero al mismo tiempo sintiéndose triste, el doctor de su tía la vio salir de la habitación y sonrió, sabía que la visita de su sobrina podría alegrar a Gabriela.

Mientras la chica manejaba, le dio sed y decidió bajar por una bebida a la cafetería, se estacionó y caminó hasta la tienda para poder comprar algo, un chico quien también estaba en ese lugar, la observó y vio algo en la chica que le llamó la atención. Ella pidió la orden y se sentó en una mesita donde dejó su monedero y su teléfono, bebía el café helado cómodamente sin darse cuenta que alguien la observaba, le había parecido muy linda la chica.

Su teléfono comenzó a vibrar, confundida contestó el teléfono al ver que se trataba de Victoria, la chica que les ayudaba en el restaurante.

—Hola victoria ¿Qué pasa? De acuerdo, voy para allá.

Dicho esto se levantó rápidamente de ahí, corrió hasta su auto y partió un tanto apresurada, el chico se dio cuenta que había dejado su cartera en la mesita, la tomó y vio que tenía una tarjetita que decía "Los nopales" comida tradicional mexicana.

La chica llegó a la tienda y tomó aquellos litros de jabón que necesitaban, se acercó m con la cajera

—¿Es todo? —preguntó la mujer amablemente.

—Sí, es todo —ella sonrió levemente.

—Serían 50 euros —mencionó la cajera mirando la pantalla y luego a ella.

—Claro —asintió buscando su billetera.

Buscó en sus bolsas del pantalón y se dio cuenta que no tenía su cartera, buscó en las bolsas traseras y tampoco, comenzó a ponerse muy nerviosa y a buscar por todos lados

—No puede ser —susurró asustada.

—Señorita ¿tiene usted para pagarme? —preguntó un poco molesta aquella mujer.

—Lo siento yo... —Dalia volteó a ver hacia atrás y ya había una fila.

—Si tiene —dijo un chico interrumpiendo detrás de ella.

—¿Puede cobrar esto junto por favor? —preguntó el hombre entregándole una botella de agua.

La cajera asintió mientras que Dalia volteó a ver al chico, lo miró de perfil pues el seguía viendo a la cajera, el chico realmente era alguien guapo, lo observo por unos minutos pues no podía creer que él había sido su salvación en esta ocasión, la miró y le sonrió y ella también hizo lo mismo, era un ángel que incluso parecía que alguien lo había enviado ¿quizás su tía? Antes de irse le sonrió ampliamente y se fue

My Rainbow [Kim Seon Ho] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora