Capítulo 9

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El clima era muy frío, faltaba poco para que el invierno llegara, y con ello la navidad, Dalia miraba por la ventana deseando que nevara, pues desde que llegó a Londres fue algo le encantó del lugar, el paisaje nevado

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El clima era muy frío, faltaba poco para que el invierno llegara, y con ello la navidad, Dalia miraba por la ventana deseando que nevara, pues desde que llegó a Londres fue algo le encantó del lugar, el paisaje nevado. Tomó su bolso y manejó hasta el centro comercial donde vería a Seon ho.

Al llegar y estacionarse, llegó a la entrada del lugar y ahí estaba el chico, cuando se vieron se sonrieron, sus nervios se hicieron presentes en ambos aunque trabajaban en ocultarlos.

—Y... ¿ya sabes lo que haremos? —preguntó emocionada la chica.

—Sí —asintió con una sonrisa. —Iremos a la pista de patinaje

—¿Qué? Pero yo no sé... —susurró con temor.

—No te preocupes, yo te ayudaré —dijo dándole una sonrisa de confianza.

—Vamos —dijo con emoción de nuevo.

Tenía miedo de caer y que fuera doloroso, pero confiaba en Seon Ho, por lo que todos esos pensamientos negativos se esfumaron, sabía que nada de eso pasaría, o eso esperaba. Mientras Dalia se amarraba las agujetas de los patines, el chico la observaba con ternura, le ponía atención a cada detalle de ella, su cabello corto hasta los hombros, sus ojos, sus labios, estaba muy metido en sus pensamientos que no se dio cuenta que la chica lo llamaba.

—Seon Ho —dijo moviendo su mano frente a su rostro.

—Oh —respondió moviendo su cabeza rápidamente, ahuyentando sus pensamientos. —Lo siento —dijo apenado.

—No hay problema —negó ella riendo. —Vamos —dijo levantándose del lugar

El chico asintió y también se paró, Dalia caminaba con mucho cuidado aunque se veía algo extraña, Seon Ho no podía evitar reírse pero no en el sentido de burla, si no que le parecía muy tierna.

—No te rías —dijo Dalia haciendo un puchero.

—Es que no puedo —respondió entre risas.

—Si te atrapo, pagarás —dijo en forma desafiante.

El se quedó quieto, sabía que no podía hacer mucho, pero Dalia se esforzó mucho tratando de llegar hasta con él y lo hizo, pero resbalándose mucho y en el último resbaló, de nuevo cayó en sus brazos, se quedaron ahí unos segundos pero Dalia se dio cuenta del momento y quiso aprovecharlo para su venganza, golpeándolo ligeramente en la frente con su dedo índice.

—Auch —se quejó el chico.

—Te dije que me vengaría —sonrió victoriosa cruzándose de brazos, él entrecerró los ojos mirándola.

—Bueno, esta vez si te ayudaré —sonrió de lado.

La chica asintió y le tomó su mano sin pensarlo, ambos se pusieron nerviosos y sintieron como una corriente pasaba desde su mano hasta su pecho, no se voltearon a ver porque sabían que estaban sonrojados y no querían que el otro lo viera así. El comenzó a patinar lento y le daba consejos, cuando perdía el equilibrio la tomaba de las dos manos y cuando casi caía de nuevo el era mas rápido y la atrapaba con sus brazos, Seon ahí tomaba a Dalia de la mano todo el tiempo para que no volviera a caer, a la chica le parecía muy tierno que cuidara de ella en todo momento, pero siendo respetuoso.

Luego de patinar un par de horas, decidieron caminar un rato por la plaza platicando de como había sido aquel momento de aprendizaje para Dalia.

—Como viste soy pésima para eso —respondió un poco avergonzada.

—Bueno poco a poco irás aprendiendo —respondió con una tierna sonrisa.

Ella se sonrojó y miró hacía otro lado, al recordar cómo se acercaron más gracias al patinaje.

—¿Tienes hambre? —pregunto mirándola.

—Sí —asintió con una risita.

—Bien vayamos a comer —ánimo sonriente.

Terminaron yendo a un Burger King, pues Dalia dijo que tenía ganas de una hamburguesa, se sentaron y la chica abrió la hamburguesa emocionada, parecía una niña pequeña.

—¡Se ve deliciosa! —dijo mirando más cerca la hamburguesa.

El rió negando, definitivamente Dalia era una chica muy tierna ante los ojos de Seon Ho, la chica comenzó a agregarle aderezos y comenzó a darle mordiscos, mientras comía se escuchaba "mmmm"

—¿Está rica? —preguntó sonriendo.

—Mucho —respondió como pudo, pues traía la boca llena.

Seon Ho continuó comiendo, pero se percató que la chica tenía kétchup en la comisura de sus labios

—Dalia —susurró el chico.

—¿Ah? —respondió entre bocados

Cuando terminó de masticarlo, el chico tomó una servilleta y limpió sus labios, la chica se sorprendió mucho pues no lo esperaba, se sonrojó, pues no esperaba tanto la cercanía del chico, además podía sentir el tacto de su mano sobre su mejilla. Después que terminaran su hamburguesa salieron de la plaza y se dieron cuenta que hacía mas frío, trataron de ignorarlo y disfrutar su momento, Seon Ho estaba nervioso pero era muy bueno disimulado, hasta que pararon de caminar

Desde que te conocí, sí, te volviste mi vida, sí
Eres la estrella que convierte
Cosas normales en extraordinarias
Una tras otra, todos las cosas son especiales
Las cosas que a ti te gustan, la manera con que hablas o caminas
Y todos tus hábitos comunes

—Dalia yo...—susurró nervioso.

—Oh —lo interrumpió. —¡Está nevando! —dijo emocionada.

El chico miró hacía el cielo y se dio cuenta que efectivamente, estaba nevando, sonrió y tomó aún más valor.

—Dalia —ahora la miraba a los ojos por unos segundos.

—¿Sí? —preguntó dudosa.

El chico sabía que era muy malo para las palabras por lo que optó en mejor actuar, en un abrir y cerrar de ojos se acercó a ella, la tomó de las mejillas y la besó, de nuevo ella no esperaba eso, por lo que abrió sus ojos sorprendida, pero ella sabía que también quería hacerlo así que terminó accediendo y le respondió el beso, ella lo tomó de los hombros mientras sus labios se movían en sincronía, la nieve caía sin más, el paisaje era perfecto para ellos, el momento que ambos esperaban, y que Dalia sintió más que mágico, la primera nevada con Seon Ho. Al separarse del beso, ambos chicos se miraron y se sonrieron, dándose cuenta que sus sentimientos eran más que correspondidos

My Rainbow [Kim Seon Ho] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora