Capítulo 8

162 16 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dalia sonreía como nunca, sentía el mismo nerviosismo que había sentido hace unos momentos, la luz de la luna pasaba por su ventana mientras ella se encontraba acostada con una cobija muy cómoda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dalia sonreía como nunca, sentía el mismo nerviosismo que había sentido hace unos momentos, la luz de la luna pasaba por su ventana mientras ella se encontraba acostada con una cobija muy cómoda.

[...]

Sus corazones latían rápidamente mientras se miraban a los ojos, poco a poco sus rostros se iban acercando, Seon ho veía cada detalle de su rostro, sus hermosos ojos clavados en los suyos mientras que Dalia también observaba cada detalle del chico, no sabía como sería de bello al verlo de tan cerca, ambos cerraron sus ojos acercándose aún más, sus labios rozaban. Pero, algo infortunado pasó, la puerta se abrió haciendo que ellos se separaran rápidamente, poniéndose muy nerviosos y sonrojados, sin saber qué hacer.

—¿Qué pasa? —preguntó riendo levemente su mamá, pues le había parecido graciosa su reacción.

—Nada, ya terminamos —dijo nerviosa la chica.

—Ya está la cena, para que pasen a comer —invitó amablemente su mamá.

Los dos asintieron y entraron, durante la cena ninguno dijo nada, solo se miraban y se ponían más nerviosos, su madre los miraba un poco confundida, su padre era muy distraído para darse cuenta de lo que pasaba.

Dalia se dio la vuelta y se durmió con una sonrisa en su rostro, ya se había dado cuenta que, estaba enamorada del chico, su corazón no mentía y esta vez sí lo escuchó.

[...]

La chica abrió la puerta de la habitación de su tía, era momento de contarle aquello que para ella era importante de contarle, se sentía nerviosa por lo que jugaba con sus dedos, dejó la canasta con la comida y los libros en la mesita y se sentó.

—Tía gaby —susurró acariciando su mano. —Tengo algo importante y curioso que contarte, ¿recuerdas la vez que te estabas arreglando para tu cita? Justo eso me paso hace unos días —la chica sonrió. —Nunca me había sentido de esta manera, hasta ahora. Tía, creo que estoy enamorada de un chico —dijo con una gran sonrisa al recordarlo. Espero que despiertes pronto para poder presentártelo —sonrió con tristeza.

Dalia se paró, le dio un beso en la frente, tomó los libros y comenzó a leerlos, luego comió con ella mientras le contaba aquel momento de la decoración y cada detalle de su cita, al terminar caminó por los pasillos para llegar a la salida, pero cuando giró en uno chocó con alguien.

—Lo siento —susurró apenada.

—No hay problema —respondió tranquilamente aquel chico.

Ambos chicos reaccionaron confundidos al reconocer sus nombres, pues no se habían visto al rostro, y al hacerlo, comenzaron a reír levemente, pues no esperaban encontrarse en ese lugar.

—¿Qué haces aquí? —preguntaron al unísono.

—Oh, yo vine a mi último chequeo —respondió un poco nervioso.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo? —preguntó Dalia preocupada.

—No —negó. —Estoy bien, es solo por mi accidente

—¿Tu accidente? —preguntó confundida.

—Sí, creo que no te conté del todo pero, hace más de varios meses que tuve un fuerte accidente, a consecuencia de ello tuve demencia, y no recuerdo mucho de mi vida

—Lamento escuchar eso —susurró triste acariciando su hombro.

—No te preocupes, fue algo que ya pasó, y ahora estoy en mi nueva vida —respondió tratando de sonar optimista.

Fue así que terminaron caminando juntos hacía la salida entre la agradable platica.

—¿Y tú estás bien Dalia? ¿Por que estás aquí? —preguntó preocupado.

—Oh bueno, yo estoy muy seguido aquí pero no por mi, visito mucho a mi tía —hizo una pausa. —Ella tuvo un accidente y lastimosamente está aún en coma —susurró triste.

—Lo siento mucho Dalia, creo que no debí preguntar —susurró triste acariciando su hombro, como ella también lo hizo.

—No te preocupes, ya me lo he tomado mejor, y no pierdo la esperanza de que despierte algún día —respondió sonriendo levemente de lado y con optimismo.

—Me alegra que seas optimista —respondió con una sonrisa.

Dalia miró su sonrisa y su corazón no paraba de latir, aquellos hoyuelos le hacían temblar el corazón, la chica se sonrojó levemente.

—¿Quieres que te lleve al restaurante? —preguntó apuntando hacia su carro.

—No está bien, vine en mi auto —respondió apuntando a su auto.

—Oh, de acuerdo —sonrió. —Nos vemos luego Dalia

—Nos vemos Seon ho —se despidió con una sonrisa.

Ambos regresaron a sus lugares con una sonrisa en su rostro, no esperaban verse pronto ni mucho menos en el hospital, ambos ahora sabían una parte más de sus vidas, los cual de alguna forma los hizo más cercanos. Durante el camino de regreso a casa, Seon Ho pensaba en Dalia, poco a poco tomaba valor para decirle sus sentimientos, esperando no ser rechazado.

My Rainbow [Kim Seon Ho] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora