Capítulo 26

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Seon Ho la miró con nerviosismo mientras jugaba con sus dedos esperando su respuesta, su madre se dio cuenta de eso, tomó su mano y le sonrió

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Seon Ho la miró con nerviosismo mientras jugaba con sus dedos esperando su respuesta, su madre se dio cuenta de eso, tomó su mano y le sonrió.

—Si esa decisión te hace feliz, yo te apoyaré en lo que necesites —respondió su madre acariciando su mejilla.

—Muchas gracias madre —dijo dándole una sonrisa y después la abrazó, sentía mucha felicidad que no podía ocultar.

Gabriela lloraba inconsolablemente mientras abrazaba una almohada, sentía un dolor horrible, sus lágrimas no paraban de caer, su mente se llenaba de hermosos recuerdos de quien fue su amor, que ahora, había dejado ir, ella se había hecho la fuerte pero en realidad ella se estaba reprimiendo demasiado, hasta que encontró este momento de liberar el sentimiento real.

♪ Lo que a tu lado fui, me lo guardaré

Solo pido que deje de doler

Lo que a tu lado fui, me lo guardaré

Solo pido que deje de doler ♪

[...]

—Adiós —se despidió con un abrazo Dalia de Tom.

—Adiós —respondió el chico al separarse.

Dalia entró al restaurante, se sirvió un vaso de agua de horchata y se sentó en una mesa dándole la espalda a la entrada, el lugar ya tenía el letrero de cerrado, ya solo terminaban de limpiar e irían a casa a descansar, pues ya era de noche. Gotas de lluvia comenzaron a caer, no se esperaba lluvia por lo que Dalia frunció el ceño al percatarse que estaba lloviendo

Mientras la chica bebió su vaso de agua, alguien llegó y se sentó justo enfrente de ella, Dalia lo miró sorprendida, se quedó inmóvil solo mirándolo, sentía mucha felicidad pero al mismo tiempo tristeza, era un sentimiento raro.

—Hola Dalia —sonrió tiernamente.

Pues el chico se sentía muy nervioso, no sabía cual sería la reacción que tendría Dalia al volverlo a ver después de varios meses fuera del país.

—Seon Ho —susurró al borde del llanto.

Dalia se paró rápidamente y lo abrazó, él también correspondió a su abrazo, ella quería saber si aquello era real, y con ese abrazo lo había confirmado, pudo sentir su calor, sus brazos rodeándola, sentía como su corazón latía rápidamente, lágrimas caían por sus mejillas, anhelaba poder verlo de nuevo. Al separarse Seon Ho sintió ternura al ver sus mejillas húmedas y sus ojos rojos, acarició sus mejillas limpiando sus lágrimas mientras que Dalia sonreía.

—Te extrañé tanto —susurró la chica mientras tomaba su mano de su mejilla y la acariciaba.

—Yo también te extrañé —respondió Seon Ho con una sonrisa tierna.

—No se si deba preguntarte esto pero ¿Por qué estás aquí? —preguntó mirándolo a los ojos.

Seon miró al piso y río nervioso

—Porque realmente quiero pasar mis días contigo, tu eres la única dueña de mi corazón, de verdad me haces falta —tomó su mano y se la puso en su pecho, cerca del corazón. —Este corazón late por ti, realmente te amo Dalia

Dalia ya estaba llorando de nuevo, sentía felicidad en ese momento y sonrió plenamente, pero su sonrisa se desvaneció al recordar a su tía, ¿Acaso estaba siendo egoísta?

—¿Y Gabriela? ¿Qué pasará con ella? —preguntó con preocupación.

—Ella fue quien me ayudó a regresar a ti, ella habló conmigo y está de acuerdo

—Quiero verla, quiero saber como esta

—Está bien, vayamos a verla —asintió Seon Ho.

[...]

Gabriela se encontraba desempacando, trataba de ser fuerte y dejar ir la tristeza, pero había veces en las que no podía y terminaba rompiendo en llanto, había contactado el número de una psicóloga, quien le ayudará a sanar aquella herida y seguir adelante, por que si no tenía a Seon Ho con ella, se tenía así misma, debía amarse aún más y encontrar la felicidad en ella misma. El timbre interrumpió sus pensamientos, se paró y abrió la puerta encontrándose con Dalia y Seon Ho.

Recuerda que

Siempre tendrás tu compañía

La mente es tu mejor amigaTu aliada en todo lo que crees

No olvides que de ti depende una sonrisaLa vida plena se desliza

En cuanto la dejes correr

Dalia no dijo nada y en el momento en el que su tía abrió la puerta la abrazó fuertemente, Gabriela correspondió al abrazo mientras Seon Ho veía la escena tiernamente.

—Pasen —dijo Gabriela al separarse del abrazo.

—¿Cómo estás? —preguntó Dalia sentándose en el sillón.

—Estoy bien —respondió ella haciendo la misma acción.

—Yo me refiero...

—Se a lo que te refieres Dalia —interrumpió con tranquilidad. —Y estoy bien

—¿De verdad? —preguntó preocupada.

—Sí —asintió mintiendo.

Ella sabía que era mentira lo que le respondía, en realidad le seguía doliendo, pero tenía que actuar como si nada pasara para no ser objeto intermediario.

—Dalia —susurró tomando sus manos.

—Ustedes tienen una vida por delante, yo ya he vivido un poco más que tú, perdí tiempo al estar en coma. Yo veo un brillo en sus ojos, por favor sean felices ¿si? —dijo tomando la mano de Seon Ho y la de Dalia para unirlas.

Los tres sonrieron y se miraron con tristeza, terminaron dándose un fuerte abrazo y llorando uniendo sus corazones en una bella amistad. Mientras que el sonido de las gotas de lluvia los acompañaban

My Rainbow [Kim Seon Ho] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora