Capítulo 22

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Las risas se escuchaban en toda la sala, la película era proyectada mientras las familias, parejas, amigos disfrutaban de ella

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Las risas se escuchaban en toda la sala, la película era proyectada mientras las familias, parejas, amigos disfrutaban de ella. Finalmente la película terminó, todos salieron en orden, mientras Tom y Dalia discutían de que personaje les había agradado mas y cual habían odiado. 

—Odié a Mike, era un tonto, pero demasiado —alegaba la chica.

—Ay no, el que yo odié fue a Frank —respondió negando.

—Ah no, no puedes odiarlo

Él se encogió de hombros mientras Dalia lo fulminaba con la mirada.

—Dalia ¿me lo cuidas por favor? —dijo dándole la caja vacía de palomitas.

—Sí —ella asintió.

Tom salió corriendo y comenzó a reír, la chica, en su inocencia no sabía que pasaba, se sintió confundida y luego cuando vio la caja se dio cuenta, aquel chico se lo había dejado para que ella lo tirara, y la verdad era que ya había confianza para que Tom pudiera hacer esas bromas, ambos se sentían muy cómodos.

—Te voy a alcanzar Tom Holland y vas a ver lo que te haré —le gritó mientras corría.

[...]

La chica renegaba mientras caminaba junto a Tom, él la había hecho que dejaran el coche en su casa y que fueran a caminar a un restaurante, pero para su mala suerte, a mitad de camino los alcanzó una lluvia

—¿Por qué llueve en otoño? —preguntó haciendo un puchero.

—El clima puede llegar a ser loco a veces —dijo mientras brincaba en los charcos. —Vamos, no seas amargada y ven, disfruta la lluvia

La tomó de la mano y la jaló para brincar en los charcos, ella poco a poco comenzó a brincar, y una sonrisa se dibujaba en su rostro, estaba feliz y le divertía mucho hacer eso, daban vueltas tomados de la mano, parecían niños pequeños que nada los iba a detener. Tom se sentía feliz y le gustaba ver la sonrisa de Dalia, quería que nunca se apagara, quería verla feliz

Después de aquel divertido momento, llegaron a casa de Tom que era la más cercana, pues si continuaban mojados era muy probable que un resfriado los atacara, al llegar una bonita perrita los recibió emocionada.

—Ay, que linda perrita —dijo agachándose para acariciarla.

Ella movía su cola emocionada, a Dalia le gustaban los perritos

—¿Cómo se llama? —preguntó aun acariciándola.

—Se llama Tessa

—Ay que linda estas Tessa —la chica comenzó a chiquearla.

—Iré a traerte una toalla para que te seques —dijo caminando a su cuarto.

Mientras el chico entró por sus cosas, Dalia vio que tardó un poco más por lo que supuso que estaría secándose primero, ella negó riendo y comenzó a husmear su casa, vio que era muy cómoda, la decoración era bonita, luego vio una foto de él con una linda chica pelinegra, quien tenía rasgos parecidos a los del chico, tomó la foto y la miró de cerca, ambos se encontraban en un hermoso lugar, como un jardín, y sonreían ampliamente, Dalia sonrió.

—Veo que ya viste mi foto —susurró Tom.

Dalia se sobresaltó un poco, pues Tom se veía serio, le dio la toalla y también ropa de él, que claramente le quedaba grande a la chica, luego de secarse salió, y vio a Tom sentado mirando la foto. Ella no dijo nada y se sentó junto a el

—Ella era demasiado hermosa —susurró aún viendo la foto.

—Es hermosa —susurró Dalia mirándola también.

—La extraño tanto —dijo acariciando la foto.

Dalia sentía mucha empatía por él, se sentía triste, ella sabía lo que se sentía ese dolor, acarició su hombro dándole su apoyo, las lágrimas de Tom comenzaron a salir.

—Mi hermana era lo más importante para mi, ¿pero sabes? A veces siento que tu eres ella, tu me haces sentir como si estuviera con ella, como si jamás se hubiera ido —sonrió mirando a Dalia.

La chica se sintió conmovida, una lágrima cayó por su mejilla, sentía una mezcla de sentimientos, se sentía feliz y halagada de poder crear ese efecto en Tom, pero al mismo tiempo el enterarse que él había perdido a su hermana la hacía sentir triste, pues al mismo tiempo le recordaba la pérdida de su hermano.

Dalia abrazó a Tom y él correspondió a su abrazo, el chico se desahogaba en su hombro, tenía mucho que no lo hacía, pero sentía la confianza de hacerlo, Tessa también fue de mucha ayuda para haber podido superar su dolor.

—Muchas gracias por haberte conocido Dalia —susurró separándose del abrazo.

—Yo estaré aquí cuando lo necesites Tom —susurró tomando su mano y acariciándola.

El chico asintió con una sonrisa, ambos compartían el dolor de haber perdido a un hermano, y juntos sanaron su dolor, los chicos se veían como hermanos, por lo que siempre se estaban apoyando el uno al otro, incluso Tom había conocido a la familia de Dalia, nunca imaginaron que sus hermanos siempre estarán ahí, pero con otro nombre y aspecto físico, pues aparecieron en el momento que más se necesitaban.  

My Rainbow [Kim Seon Ho] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora