Coquet

Sex 8

Emilio 

Me levanto para poder ir al baño. Necesitaba sacar aquel líquido que no me dejaba estar en paz con mi bebé. Cuando ya termino me lavo mis manos y me veo al espejo. 

Bastantes chupones y rasguños hay en mi piel. Tan rojos y moradas que llegaban a producir una corriente por mi cuerpo. Extasiado. Una sonrisa boba se forma en mis labios y camino hacia la cama, quedando atónito por la perfecta vista. 

Lo veo dormir plácidamente, sin algún problema que lo atormente. Después de hacer el amor se durmió de un chasquido. Estaba cansado, agotado. Las sábanas blancas le llegaban hasta dejar ver una parte de sus glúteos, su cuerpo perfecto.  Esta semana ha sido agotadora, como físicamente hasta mentalmente. Los exámenes finales me tienen agotado y lo único que quiero es acurrucarme con mi novio y hacer cucharita. 

Solo faltaba un mes para poder graduarnos y dar la prueba para quedar en la universidad. Joaquín aún no sabe qué quiere estudiar, pero en lo único que ha estado resaltándole en la cabeza es la danza. Bailar y expresar sus sentimientos a través del cuerpo humano. 

Mis bailes privados parecen que van a terminar. 

Un gemido gustoso sale de la boquita de mi novio quien está recién despertando. Son las 12 de la mañana y el me mira con esa cara de recién follado. Que me encanta. 

—Emi bebé...—susurra estirando su brazo perla hacia a mi invitándome a que me acueste al lado de él. De un solo movimiento estoy acurrucado al lado de él, oliendo su suave fragancia en su suave piel. 

—¿Te duele?—susurro pegando mis labios a su hombro, besando y acariciando con este su piel. 

—Un poco—lo disfruta. Disfruta cada vez que su novio no para de tocarlo y susurrarle lo perfecto que es.—pero no me molestaría otra ronda.