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Emilio

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Emilio

—Deberíamos salir....estas a puro trabajo y eso no es bueno para la salud mi amigo—me dice Camilo me tira en la cabeza una papa frita. Lo miro mal y él sigue—o acaso Rachel te tiene ocupado—se ríe y yo ruedo los ojos.

—Callate imbecil...el hospital es agotador—digo mientras tomo un sorbo de Sprite.

—Es agotador si tú lo ves así, deberías salir y divertirte así se te pasa el estrés y lo gruñón—Se burla golpeando suave mi hombro molestándome. Yo le miro mal y él se sigue burlando.

—Camilo estoy agotado, necesito descansar adiós—me levanto y busco las llaves de mi auto en mis bolsillos.

—¡Piénsalo hermano!—yo asiento y me retiro.

Camino unos pasos más y veo de lejos un auto rojo reluciente. Cuando llego a él lo abro y me subo. Me quedo unos momentos ahí pensando en todo lo que ha pasado últimamente.

Mi vida ya no tiene sentido. Hago lo mismo todos los días. Una rutina hasta llegar al fondo de todo esto.

Y solo pienso en cómo debe estar él. Mi único y primer amor. Como debe estar después de perderlo hacer siete años y no encontrarlo.

De repente los ojos me empiezan arder y parpadeo varias veces para que las lágrimas no salgan. Rachel no sabe de Joaquín. No se lo conté porque no es necesario. Se supone que yo ya superé ese amor fallido. Ese amor que fue hermoso y a la vez desastroso.

Respiro hondo y enciendo el auto.

Yo ya superé a Joaquín. El me abandono y me mintió. Deberia odiarlo y ser feliz con mi nueva pareja, aquella que se quedó conmigo en un momento de debilidad.

Si eso debería hacer.

Pero.... ¿Porque no quiero?

CoquetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora