➵ P R Ó L O G O

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|Unas navidades solitarias|

𝙲𝙰𝚂𝚂𝙸𝙴

[𝟺 𝚖𝚎𝚜𝚎𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎́𝚜]

Acabé de cerrar los botones de mi abrigo y me abracé a mí misma, un escalofrío subió por mi espalda. Maldije el momento en el que decidí no llevar guantes en pleno diciembre. Rebusqué en los bolsillos de mi chaqueta y saqué un paquete de tabaco, agarré uno de los cigarrillos que había dentro y me lo llevé a la boca para encenderlo con el mechero que tenía guardado. Era incapaz de notar los dedos de las manos y me apostaba cualquier cosa a que también tenía la nariz colorada.

   «Maldito invierno», pensé molesta.

   Inhalé el humo despacio y lo solté poco a poco creando una pequeña nube blanca en el aire. Eran las 21:15, Portland envuelto por la noche era algo digno de película. Las tiendas ya estaban cerrando, y a esas horas, la temperatura era demasiado baja como para ver gente por las calles.

   Caminé apresurada, me moría de frío y llegaba tarde para coger el metro de siempre. Acababa de salir del trabajo, deseaba llegar a casa para tumbarme en la cama y así poder enrollarme entre las sábanas. Estaba agotada.

   Me acerqué el cigarro a los labios de nuevo, mientras pensaba que aquellas serían las primeras navidades que pasaría sin mis padres. Después de bajarme en aquella estación de Vancouver, decidí volver a la ciudad que me robó el corazón ese mismo verano. Di ese gran paso, llamé a mis padres para intentar explicarles por qué no llegaría a Seattle como estaba previsto, y recibí la reacción que esperaba por su parte. Me colgaron el teléfono y cancelaron mi tarjeta de crédito. Me cerraron el grifo. Si iba a independizarme, tendría que buscarme la vida yo sola y no sería con su dinero.

   No volví a hablar con ellos, tampoco con Dylan... y mucho menos con Thomas. La única que me ayudó en su momento, fue Debby. Me encontré con ella nada más volver y me dijo que estaba como una puta cabra por haberlo hecho. Aun así, se alegró de verme y ambas buscamos una solución a los distintos problemas que me surgieron con tan solo bajar de ese estúpido tren.

   Debby me presentó a Michelle, una chica de nuestra edad que vivía en un apartamento del norte de Portland. Sus padres le pagaban dicho apartamento y hacía tiempo que buscaba una compañera con quien compartir los gastos. Yo necesitaba un sitio donde poder instalarme urgentemente, así que, sin pensármelo mucho, acepté su oferta.

   Dos meses después de mudarme, conseguí un trabajo en una conocida cafetería del centro. No me extrañó lo más mínimo que estuvieran buscando personal, ser empleado en aquel sitio era de las cosas más estresantes en las que me había visto envuelta. De ahí mi gran cansancio.

   Llegué a la estación y bajé las escaleras con prisa. Saqué la tarjeta del metro, la pasé por la máquina para que las pequeñas puertas se abrieran y bajé de nuevo otras escaleras. Me dirigí al andén de mi línea, y cuando estuve a punto de cruzarlo, empecé a escuchar la música. Siempre sonaba por la estación, todos los días, había una persona que tocaba distintas canciones en una guitarra acústica. Nunca tuve la oportunidad de ver quién era, pues el extraño siempre se ponía en el andén contiguo al mío.

   Esta vez, identifiqué la canción Something de los Beatles. Debía admitir que aquel desconocido tenía buen gusto.

   Sin entretenerme mucho más, bajé al andén y fui hacia un banco para sentarme. Crucé las piernas y carraspeé al notar la garganta un poco seca. Estuve a punto de ponerme los auriculares, que tenía guardados en el bolsillo, con el fin de escuchar algo de música. Pero un chico se sentó a mi lado impidiéndome tal cosa. No hubiera sido raro, de no ser porque se acercó más de lo que debía.

   Lo miré de soslayo y sonrió. No era muy guapo, pero algo en él lo hacía extrañamente atractivo.

   —¿Nos conocemos? —pregunté alzando una ceja.

   —No, pero te he visto de lejos y quería acercarme para apreciarte de cerca —respondió mirándome a los ojos.

   —Pues... Espero no haberte decepcionado —dije sarcástica.

   —Para nada —negó divertido—. ¿Cómo te llamas?

   —Cassie —contesté—. ¿Y tú eres...?

   —Brad —dijo volviendo a sonreír—. Encantado, Cassie.

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(N/A): ¡SORPRESAAA! Sep, como podéis ver, voy a empezar a publicar la segunda parte de "Nothing". Aviso que esta vez las actualizaciones no serán tan frecuentes, ya sé que molesta, pero me cuesta mucho compaginar mi vida personal con Wattpad. De todas formas, espero que disfrutéis de la historia y que tengáis paciencia. Y que os guste, claro.

𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 ➢ Thomas Brodie-SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora