━ Capítulo 3

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|Te estás equivocando|

𝙲𝙰𝚂𝚂𝙸𝙴

Era lunes por la mañana. Odiaba los lunes, siempre he odiado los lunes y nunca dejaré de odiar los lunes.

   Estaba sentada en el sofá del salón, había acabado de comer (si a una tostada con queso se le podía considerar comida) y solo quedaba media hora para salir de casa e irme a trabajar. Mi turno empezaba a las 15:00, justo la hora que más apetece echar una buena siesta. No podía quejarme, ganaba lo suficiente como para mantenerme con aquel trabajo y ya estaba acostumbrada a que ese fuera mi pan del día a día. Pero aun así, seguía fastidiándome.

   Estuve a punto de encender la televisión cuando el timbre del portal sonó, me sorprendió en cierta forma, ya que Michelle solía llegar a casa una hora más tarde. Me levanté del sitio y me dirigí al telefonillo, agarré el auricular y pregunté:

   —¿Quién es?

   —Abre, Cass.

   —¿Qué haces aquí?

   —Michelle me ha dicho que la espere en casa, luego nos iremos a comer por ahí.

   —Todavía queda una hora para que llegue de la universidad.

   —Bueno, he decidido venir temprano. ¿Vas a abrirme o no?

   Puse los ojos en blanco y pulsé el botón para abrir la puerta de abajo. Me acerqué a la de la entrada y giré el pomo para abrirla también. A los minutos, Thomas se presentó delante de mí.

   —Llegas pronto —repetí.

   —Ya lo has dicho —dijo quitándose la chaqueta, la colgó en el perchero y caminó hacia el salón como si fuera su propia casa. Supuse que había estado muchas más veces allí, solo que cuando yo no estaba presente. Ahora que Michelle nos había presentado, debía acostumbrarme a verle más seguido.

   Volví al sofá y Thomas se sentó conmigo, el silencio que nos envolvía pasó de ser agradable a ser insoportablemente incómodo, y la mirada de Thomas encima de mí, no ayudaba en absoluto.

   —Vale, ¿qué quieres? —dije girándome hacia él con las piernas cruzadas.

   —No he dicho nada.

   —Pero quieres hacerlo, estoy segura —respondí mirándole a los ojos—. ¿Qué?

   —A ver... —dijo con un suspiro, se apoyó en el respaldo del sofá y frunció el ceño pensativo—. Llevo todo el fin de semana evitando decirte esto, pero después de pensarlo mucho, creo que es necesario.

   Asentí con impaciencia, no sabía a qué se refería, pero quería que lo soltara de una vez.

   —El día de la discoteca, te escuché hablar con Brad... —empezó a decir mirándose las manos—. Algo sobre repartir coca.

   —Joder... —maldije intentando contener una sonrisa, me resultaba irónico hablar de eso con Thomas.

   —¿Dónde se supone que te has metido? ¿Esos tíos son...?

   —Bueno, somos amigos y se dedican a pasar droga entre muchas cosas —expliqué encogiéndome de hombros—. Les pregunté si repartirían esa noche y me dijeron que sí, eso es todo.

   Thomas me miró entre extrañado y atónito, no se esperaba que aquella fuera mi reacción.

   —¿Te recuerdo el pollo que me montaste a mí cuando me dediqué a eso?

𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 ➢ Thomas Brodie-SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora