𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 ➢ Thomas Brodie-Sangster

━ Capítulo 17

|Nuestra relación no está funcionando|

𝙲𝙰𝚂𝚂𝙸𝙴

Me detuve ante el espejo y empecé a quitarme los accesorios que me había puesto para salir esa noche. Hacía poco que habíamos vuelto a la cabaña. Todos estaban agotados, pero por algún motivo, yo no me sentía cansada.

   Me desmaquillé, me puse el pijama y fui al aseo a lavarme la cara y los dientes. Al salir, vi como Thomas y Michelle entraban a la habitación que compartían. Admito que aquello me dolió un poco. Ya era hora de superar al rubio, pero no se me estaba haciendo nada fácil.

   Deshice la cama y me tumbé en el colchón tapándome con las sábanas, aunque a los minutos, comenzó a entrarme un calor insoportable. Estuve una hora entera intentando dormirme, pero lo único que hice fue dar vueltas y más vueltas sin encontrar una postura con la cual estuviera cómoda. Me sentía inquieta y no sabía exactamente por qué.

   Cuando me cansé de intentar lo imposible, decidí levantarme de la cama y bajar a la cocina a comer algo. Habían pasado horas desde que cenamos en el restaurante y mi estómago empezaba a pedir comida de nuevo.

   Agarré un paquete de galletas saladas que había en una de las bolsas que trajeron mis amigos con comida y me senté en el sofá para comérmelas tranquilamente. Estaba todo muy oscuro, la única luz que iluminaba el salón era la de la luna, que se colaba por los cristales de las grandes ventanas.

   Me envolvía un silencio sepulcral, por eso me asusté cuando escuché unos pasos detrás de mí. Alguien bajaba las escaleras. Me di la vuelta y mis ojos se encontraron con los de Michelle, que me miró extrañada. Supuse que la escena que presenció era algo rara.

   —¿Qué haces aquí? —preguntó en voz baja.

   —Tenía hambre —contesté alzando el paquete de galletas—. ¿Y tú?

   —Tenía sed —dijo caminando hacia el grifo, se sirvió un vaso de agua y se acercó al sofá para sentarse a mi lado.

   —Feliz cumpleaños —dijo con una sonrisa. No había caído en la cuenta de que ya habíamos cambiado de día, y que efectivamente, cumplía 23 años.

   —Gracias —contesté de la misma forma.

   Nos quedamos en silencio durante unos minutos, yo comiendo y ella bebiendo. Esos silencios eran normales entre nosotras, al fin y al cabo, compartíamos piso, y con ello, mucho tiempo juntas. No siempre podíamos estar hablando de cualquier cosa, por ello acostumbrábamos a quedarnos sin nada que decir.

   Pero ese día era un silencio diferente. Era un silencio que hacía evidente que con el tiempo, entre Michelle y yo habían aparecido decenas de paredes que nos separaban la una de la otra. Destrozando nuestra comunicación y confianza.

   —Este viaje está siendo más raro de lo que pensaba —comentó con la mirada perdida hacia adelante.

   —¿Por qué lo dices? —pregunté extrañada.

   —Siento que estan habiendo situaciones demasiado forzadas —contestó, a lo que yo asentí ligeramente. Sabía a qué se refería—. Por cierto, perdón por presionarte antes en el coche... Cuando te pregunté por Thomas.

   —Tranquila, no me molesta que me preguntes por él —mentí.

   —Está muy raro —dijo con un suspiro.

   —No sé... No sé qué le pasa.

   —Nuestra relación no está funcionando —afirmó antes de llevarse el vaso a los labios. Ella estaba de lo mas tranquila, yo la miré algo sorprendida.