Un pequeño viaje al futuro

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Febrero, 2014.

La mejor manera de lidiar con los traumas es creando un ambiente seguro, debes aprender a que puedes confiar en la gente que te rodea, necesitas expresar tu dolor— decía la mujer que estaba sentada a un lado de la cama donde se encontraba su paciente.

—No tengo dolor, no siento dolor, por lo tanto no tengo nada que expresar— dijo cortante, su aspecto era desarreglado, ya no era la misma jovencita de hace pocos meses, ya no parecía alguien de apenas 19 años.

—Conozco tu historial, se lo mucho que has perdido, se lo mucho que has sufrido, y estoy aquí para ayudarte, yo te entiendo— volvió a decir la mujer con paciencia, en las últimas semanas la joven había pasado por seis terapeutas y ninguno había podido sacarle alguna palabra.

—No quiero hablar más— sentenció con dureza, haciendo que la psiquiatra se levantara y se fuera por la puerta que había entrado hace apenas diez minutos.

2013

Una cabellera conocida por Daniela se abría paso entre la multitud que había en el aeropuerto. Cargaba con una maleta de mano y otra valija, la castaña rió por lo bajo al ver lo exagerada que podía ser, solo venía por cuatro días y parecía que se iba a quedar por dos semanas. 

Cuando Mafe vio a su hija no pudo evitar correr hasta llegar a ella, con lágrimas en los ojos soltó todas sus maletas y la abrazó fuertemente, de verdad la extrañaba y se arrepentía demasiado al dejarla volver a Colombia.

Poché se había quedado en la casa de rehabilitación con una profesora particular que la estaba ayudando para rendir exámenes libres. Esa ayuda era parte de la terapia que estaba tomando la peliazul para superar su problema de adicción, eso había recomendado Ana, la psicóloga, ya que quería abarcar, no solo el problema psicológico, sino también el social, el familiar y la educación, quería "reformar" a Poché para que durante su estadía en la casa pueda convertirse en un adulto funcional además de superar su adicción.

Ese día no podía concentrarse en lo que la profesora particular decía, su cabeza se había ido con Dani en la mañana, cuando salió rumbo al aeropuerto a buscar a su madre.

—¿Pasa algo, MJ?— preguntó con su energía característica Ellie.

—Estoy pensando en Dani, fue a buscar a su madre al aeropuerto esta mañana— respondió.

—¿Estás nerviosa de conocer a tu suegra?

—Muchísimo— admitió María José.

—Si quieres podemos dejar esta clase para mañana— interrumpió la profesora. 

Poché aceptó la sugerencia de su profesora y pronto estuvo sentada en el sofá junto a Ellie. Ambas miraban el televisor sin realmente prestarle atención.

—Te vi— dijo de repente la pelirroja —Cuando saliste hoy a la mañana a despedir a Dani.

—¿Y?— preguntó María José risueña, no entendía a que quería llegar con eso —¿No te parece un poco creepy espiarnos?

—No las estaba espiando, volvía de la plaza— explicó la joven —Vi lo que llevabas guardado— dijo con un tono lleno de un intento de protección maternal. Poché se sintió acorralada.

—¿Cómo lo pudiste ver?— preguntó un poco horrorizada.

—La pregunta es ¿como Dani no lo pudo ver?

—Lo oculte muy bien de ella— admitió Poché —Cuide muy bien de que ella no lo viera pero no me di cuenta que había alguien espiandonos— dijo la peliazul en tono de broma tratando de distraer a su amiga.

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