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Noche de pizzas

3/3 de la maratón

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Juan Carlos y Vale esperaban a Poché en el auto, se habían percatado de que el micro estaba llegando y se emocionaron por volver a ver a María José, sólo habían sido dos días pero ambos, especialmente Valentina, habían extrañado la presencia de Poché. 

—¿A dónde vas?— preguntó Juan Carlos al ver que Valentina comenzaba a desabrocharse el cinto de seguridad.

—A esperar a Poché— respondió la pequeña como si fuera lo más obvio del mundo.

—Mejor la esperamos aquí— sugirió el hombre, pero al recibir una cara de confusión de su hija, decidió explicarse —Es que a ella no le gusta mucho que la vean con nosotros.

Esas palabras habían retumbado en la cabeza de Valentina, quien inmediatamente se sintió mal al escuchar que su hermana se avergonzaba de su familia.

Mientras Vale estaba enojada, el micro paró al otro lado de la calle, frente al BMW color negro. 

Durante el viaje, Daniela y María José habían logrado conciliar el sueño, ambas dormían apoyándose en el cuerpo de la otra, como si ambas fueran capaces de darse paz y comodidad para conseguir dormirse de forma tan tranquila en un micro donde los asientos no eran los más cómodos. 

Fue Mary la encargada de despertarlas cuando llegaron, ya que ninguna de las dos había logrado despertarse por su propia cuenta.

Las dos chicas al sentir sus cuerpos tan cerca, se separaron de inmediato, aún no tenían la confianza suficiente para tener esa cercanía y la incomodidad se notaba en sus miradas.

Daniela comenzó a reír a causa del nerviosismo que ambas sentían, haciendo que ambas se relajaran un poco.

—Creo que dormiste muy bien— comentó Poché al ver las marcas de ropa que tenía Daniela en su rostro.

—Creo que tú también— dijo Daniela señalando la baba que Poché tenía cerca de sus labios. La pelinegra rápidamente limpió su rostro y se percató de que Daniela no tuviera ningún rastro de baba por su ropa.

—Perdón— dijo con pena María José.

—No te preocupes— respondió Daniela buscando su pequeño bolso en el estante del micro para después salir de aquel vehículo.

María José se quedó sentada por unos segundos en el asiento en el que estuvo por más de dos horas, apreciando la figura de Daniela.

Al darse cuenta que era la última encima del micro, bajo a pasos rápidos para tomar su bolso e irse. Al bajar, Daniela ya se había ido, lo mismo hizo ella luego de tomar su bolso. 

Se dio cuenta que el auto de su padre estaba esperándola, así que con felicidad cruzó la calle corriendo para llegar hasta la puerta del copiloto y subirse allí. Se lanzó a su padre para darle un abrazo y lo mismo hizo con su pequeña hermana, pero esta no respondió como Poché esperaba.

—¿A ti qué te pasa?— preguntaba Poché mientras tiraba el bolso en el asiento de atrás, junto a Valentina, quien traía cara de enojada pero también de tristeza.

—A mi no me pasa nada, ¿a ti qué te pasa?

—¿Qué no te pasa nada dices? mira cómo me estás hablando— Poché comenzaba a sentirse triste por el trato que estaba recibiendo de parte de su hermanita.

—Ya, ya, tranquilas, estuvimos dos días sin vernos, no peleemos— intervino Juan Carlos interrumpiendo a sus dos hijas —Poché, pide pizza, hoy vamos a festejar que volvemos a estar juntos con una noche de pizzas— informo haciendo que Vale sonriera un poco, pero María José ya era bastante grande para olvidar las cosas con comida.