Desde cero

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Diciembre, 2013

El habitual ajetreo del aterrizaje de un avión movía las dos manos entrelazadas de las hermanas Garzón. La más pequeña era la que tenía más miedo a volar, por lo que la mayor parte del tiempo que estuvieron en el aire, sus manos permanecieron juntas.

—Passengers, welcome to the San Diego International Airport. Local time 10:50 a.m and the temperature is 13°C. We hope you enjoyed the flight.

Era oficial, estaban en Estados Unidos, sabiendo que en ese aeropuerto al que acababan de arribar, habían dos personas especiales esperándolas. A sabiendas de que ese día, era un empezar de cero para ambas.

Luego de preguntarle a su pequeña hermana si estaba lista, recibiendo un "si" nervioso como respuesta, la tomó de la mano para salir por la manguera e ir a esperar las maletas. Cosa que las retuvo un buen rato hasta que la primera de cuatro maletas apareció.

María José se sentía nerviosa pero al mismo tiempo sentía una felicidad difícil de explicar. Había un sentimiento creciente en el centro de su pecho, sentía ese pequeño alivio de estar en un lugar donde nadie la conocía, donde nadie la juzgaba por su pasado, en ese lugar y a partir de ese momento podía ser ella misma sin que los fantasmas del pasado la persiguieran, sin que nadie le coloque una etiqueta.

Los mensajes de Daniela desesperada esperando por Poché no paraban de llegar al teléfono de la última, algo que la tenía sonriendo todo el tiempo.

Las dos hermanas llevaban dos valijas, iban abriéndose paso en aquel aeropuerto lleno de gente moviéndose en direcciones diferentes, sumergidos en sus teléfonos, en conversaciones, o en la música que llevaban puesta en sus audífonos. 

Todo era excitante y refrescante para la joven que ese día radiaba felicidad. Después de tantas semanas podría volver a sentir el cuerpo de Daniela, algo que extrañaba desde lo más profundo de su ser.

El corazón parecía poder salirse del pecho de su dueña, cuando ésta encontró aquellos ojos color avellana. Camino más rápido para llegar al encuentro de aquella mujer que había robado su corazón, dejó las maletas a un lado y, sin dejarse cohibir por la presencia de Mafe, beso a su novia con toda la intención de hacerle saber lo mucho que la había extrañado.

Para María José, cuando se sumergía en una danza sensual con los labios de su novia, el resto del mundo dejaba de existir, el mismísimo mundo dejaba de girar alrededor del sol por el simple hecho de entrar en contacto con Daniela.

—Te he extrañado demasiado— confesó Poché como si la castaña no pudiera descifrarlo con las propias acciones de la peliazul.

—Lo se— rió —Yo también te he extrañado como no te das una idea— dijo para luego darle un fuerte abrazo.

Mafe se acercó a Valentina, se presentó ante la pequeña, tratando con todas sus fuerzas dar una buena primera impresión, ya que iban a convivir un buen tiempo y quería que el ambiente sea lo más sano y tranquilo posible. Lo que no sabía era que la pequeña de los Garzón había recibido las mejores "reseñas" de la mujer que se acercaba a ella a saludar. Tanto Poché como Juan Carlos le habían hablado de la madre de Dani con los mejores adjetivos, las descripciones que había recibido, le habían hecho querer conocerla, y en ese momento lo estaba haciendo.

Mark esperaba a las cuatro mujeres en la camioneta, luego de que subieran las maletas a la parte de atrás, arrancaron rumbo al lugar donde los cinco iban a convivir. Era raro, tanto para Daniela como para Poché vivir juntas, aunque lo habían hecho en la casa de rehabilitación, no era lo mismo hacerlo mientras estaban en la casa de los padres de una y con Vale también. Era extraño, era diferente, pero también era esperanzador y renovador.

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