Capítulo Quince: "Jimin, jungkook y los tres cerdos malvados"

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El primer Taxi que Jimin consiguió fue de una mujer de mediana edad que se pasó todo el tiempo admirando sus ropas y diciéndole lo mucho que amaba a los gays.

Ella dijo que deseaba que su hijo fuera gay, a pesar de que su padre lo mataría. Jimin sólo deseaba que ella se callara. Lo único que quería era ver a Kook, saber que él seguía a salvo hasta que Nam hablara con los del inteligencia y vinieran a salvarlo.

Incluso pensar en ellos y los secuestradores internacionales parecía una locura. Como si el mundo se hubiera vuelto loco. Si era de la manera que vivía él, en una zona de guerra en su casa en Gangnam con un padre que amenazaba a su familia con armas de fuego, entonces, qué infiernos estaba haciendo Jeon, "el salvador del mundo" Jungkook y Kim, "alimentador de pobres" Namjoon. Especialmente Jungkook, que corría por su vida. Jimin no creía la historia de que se uniría a sus padres en París. Había ido a la granja a pesar de que los chicos malos conocían el lugar. Como el avestruz, Jungkook escondía la cabeza en la arena para que nadie pudiera verlo.

La mujer lo dejó en una desierta estación de gasolina en la carretera, donde tenía que dar la vuelta hacia Daegu. —Alguien va a llegar pronto, cariño. Vas a estar bien.

—Gracias. —Jimin la despidió con un movimiento de la mano, se alegraba de no tener que escucharla más, pero le preocupaba no lograr conseguir otro Taxi. ¿Qué le estaría pasando a Kook en este momento? Si los Hombres de Negro lo encontraban, ¿qué iban a hacer con él?

La tienda de la estación de gasolina estaba a oscuras. Jimin se acercó para descubrir que el cartel decía "Cerrado. Abierto de 5:00 a.m. a 9:00 p.m.". Sacó su teléfono celular para ver la hora, las once de la noche.

Había estado lloviendo constantemente durante la última hora, pero de repente comenzó en serio. Durante un par de minutos trató de protegerse contra el edificio, pero el viento llevaba la lluvia a su cara. No había ningún refugio y, de todos modos, nunca conseguiría un Taxi escondiéndose. Quizás podrían sentir lástima si lo vieran de pie bajo la lluvia.

Ellos no lo sentirían.

Esperar al lado de la carretera, causó que su maquillaje se corriera y debería de parecerse a Brandon Lee en "El Cuervo", no atraía a nadie que le diera un acercamiento. Los carros pasaban veloces junto a él sin detenerse. Los pocos que disminuían la velocidad aceleraban de nuevo al verlo de cerca.

Cuando al fin un vehículo se detuvo, fue un maldito gran camión manejado por un conductor que parecía un asesino en serie de una de esas películas de carretera. Tenía la cabeza rapada, con el cabello recién comenzando a crecer de nuevo, el crecimiento de un día de barba en su rostro, y una camisa a cuadros que necesitaba un buen lavado. Sus jeans se veían grasientos. —Sube, chico. —Jimin vaciló el tiempo suficiente para que el conductor dijera en voz alta—: Súbete ya o cierra la puerta. Los asientos se están mojando.

El hombre le recordaba a Woon lo suficiente como para obedecerlo. Más vale malo por conocido...

El subir a la plataforma era como escalar un árbol. Era muy alta y nos se sentía segura. Apenas se abrochó el cinturón de seguridad el conductor lo miró y le dio una media sonrisa.

—¿Eres un queer?

—Lo soy. ¿Quieres que me baje? —El hombre lo asustaba y esperaba que dijera que sí, pero la parte desesperada por ver a Kook rezaba para que dijera que no.

—No. Puedes quedarte. —Con una mirada por encima del hombro el conductor llevó el camión de nuevo al esporádico tráfico. Con una mano alcanzó entre los asientos y sacó un rollo de servilletas de cocina—. ¿A dónde vas, muchacho?

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐓𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐢𝐬𝐭 || 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora