𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐓𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐢𝐬𝐭 || 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 ||

Capítulo Tres: "Di "Poll4", "jod3r"!!

—Lisa, lo hice.

Incluso a las nueve de la noche, Busan aún estaba lleno. Las tiendas estaban abiertas, así como las salas de cine y restaurantes. Sólo las tiendas más aburridas cerraban a las siete. Jungkook se dirigió hacia JuryeDong, con la esperanza de ver si Jimin estaba allí en su caja. Dos noches seguidas. ¿Eso era repugnante? ¡No! Todo lo que quería era darle al chico su dinero. ¿Qué clase de prostituto se olvidaba de tomar su dinero después de una transacción?

«Transacción. Eso era todo lo que fue, así que no empieces a actuar como un idiota y tener ideas estúpidas».

— ¿Qué? —Lisa casi olvidaba su acento y, después de su curiosidad inicial, lo tomó de nuevo—. ¿Qué? —repitió, dejando que la "e" se deslizara al final.

—Ya sabes. Tuve sexo con otra persona... —murmuró, escaneando a su alrededor. Aunque la calle estaba llena, no le prestaban el más mínimo interés. Alto, delgado pero musculoso, siempre torpe y usando pantalones de cuero ajustados, era de extrañar que nunca hubiera tenido un novio. Pero... ¿Quién iba a salir con un tipo como él? Bueno, eso pensaba el, en realidad era muy atractivo y solían mirarlo bastante.

— ¡Al Fin! —Lisa gritó al teléfono. Jungkook lo separó de su oreja.

—Pensé que estarías feliz.

—Lo estoy. Entonces, ¿fue de una sola noche o una cita real?

—Una sola noche —murmuró.

—Oh, bueno. Al menos lo hiciste. ¿Era bonita? Porque sería terrible si fuera un perro y sólo lo hicieras para no seguir pensando en Rosé en su casi tercer año desde que terminaron.

Si podía decirle a alguien, era a Lisa. Haciendo una pausa en la creciente oscuridad en la esquina entre las calles Gwanjang-ro y Beom-Gil, Jungkook miró a derecha e izquierda como si una multitud de curiosos se esforzaran por escuchar sus palabras.

—Lisa, era un hombre —susurró.

— ¿Eres gay?

«Oh Dios, no».

Ella iba a volverse contra él. Como de costumbre, había juzgado mal la situación. Él nunca lo hacía bien cuando se trataba de personas.

— ¡Excelente!

El alivio lo inundó y preguntó: — ¿En serio?

La repentina risa de su hermana envió otro fuerte dolor que rasgó su tímpano. —Espera a que los viejos lo averigüen.

— ¡No! —Su voz se elevó un par de octavas—. No se lo puedes decir. Sabes cómo es mamá.

— ¿Por qué no? —Se oía realmente decepcionada.

—Sabes por qué. Ella se aterrorizaría por que los vecinos lo descubrieran.

Con un tono de real decepción, Lisa dijo: —Está bien. No diré una palabra. Entonces... ¿quién es él? ¿Vas a verlo de nuevo?

—No, te lo dije. Fue sólo algo de una noche. Será mejor que me vaya.

—Mantenme informada —dijo Lisa antes de que él colgara y siguiera por la calle JuryeDong, tratando de recordar exactamente por dónde había caminado en el callejón anoche.

El olor era repugnante aun cuando Jungkook se abrió paso a través de la basura del oscuro callejón. Dos hombres, uno frente a la pared y el otro rompiendo su trasero, completamente ignorantes de Jungkook terminaban su asunto. Gracias a Dios que Jimin había accedido a ir a casa con él. Joder en un oscuro callejón maloliente no era un recuerdo que quería tener. Al menos no para su primera vez con Jimin.