Capítulo ocho: "¿Mi hijo es un queer?

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—Minnie, ¿irás a casa con los gemelos, o vendrás a mi casa?

Por lo menos la mitad del viaje de regreso a Seúl, Jimin se había estado preguntando cómo funcionaría esto. Kook no se podía permitir una casa de más de tres millones de wones como en la que vivía el. ¿Para qué infiernos quería un chico que vivía de robar computadoras y venderse por unos cuantos wones? De todos modos, se suponía que era un chico de alquiler que vivía en la calle.

—Déjanos en la estación del metro más cercana a la línea del norte, en St. Gobyeomg. Vamos a caminar un par de metros. A ellos les gusta eso.

Viéndose ansioso, Kook dijo: —He tenido un fin de semana de cumpleaños maravilloso. No quiero que termine. Déjame llevar a los gemelos a su casa, entonces puedes venir conmigo a mi departamento. Tengo el carro hasta esta noche. —Miró de reojo a Jimin.

—Mantén los ojos en la carretera, Kookie, y no, así está bien, a los gemelos les gusta el metro. No les gusta tanta gente, pero les gustan los trenes. Es una salida para ellos.

Claramente decepcionado, Jungkook le preguntó: —¿Vas a venir más tarde después de que los hayas dejado?

—No estoy seguro, amigo. Tengo que llegar a casa, y luego hacer un poco de dinero. —La implicación era que iba a salir a prostituirse. Tenía que mantener el ardid. Con el tiempo, incluso Kook se hartaría de un novio que pensaba que estaba vendiendo su culo a otros hombres.

La calle de St. Gobyeomg estaba muy ocupada cuando Kook se detuvo. —Hay letreros de no estacionarse por todos lados. Los agentes de tránsito estarán encima de mí en un segundo.

—No te preocupes, amigo. Ya salimos. —Aliviado de evitar una prolongada despedida, Jimin salió y tomó sus maletas antes de sacar a los gemelos a la calle. El ruido y la gente se acercaban a ellos con rapidez, y los tomó de las manos, acercándolos a su cuerpo. Que a los gemelos les gustaban los trenes era una completa mentira. Estaban aterrorizados, y llegar a casa desde allí sería un infierno, pero cuanto antes se deshiciera de Kook, era mejor para él, sobre todo ahora que Jimin sabía que Lisa era su hermana.

—Entonces, correcto —dijo, cuando tuvo su mochila y la bolsa de los gemelos en la mano.

Jungkook se bajó del carro, mirando a izquierda y derecha para ver si había agentes de tránsitos o policías. —Gracias por venir, Amor. Fue un fin de semana bueno. Se acabó demasiado rápido.

—Me dices Amor de nuevo —dijo Jimin, tratando de aligerar el momento. Pero se sentía como el infierno. Esto tenía que terminar antes de que Kook se enterara lo profundamente que había sido engañado.

Tiernamente, Jungkook puso las manos en las mejillas de Jimin. —Minnie. —Parecía tener dificultades en encontrar las palabras. Después de un par de salidas en falso, dijo—: Nunca he pasado un día de San Valentín con alguien, y espero que el próximo Día de San Valentín tú y yo seamos capaces de intercambiar tarjetas.

— ¿Esa es tu rara forma de decir que quieres esto hasta el final?

Las mejillas de Kook se sonrojaron y dijo: —Soy un desastre expresándome.

—No, sólo eres un poco más que tímido, eso es todo. —

«Oh, mierda, Kookie, no hay nada que quiera más».

—No es timidez. Siempre he tenido dificultades para identificar mis sentimientos. Pero sé lo que siento por ti.

—Lujuria —dijo Jimin. Tenía que aligerar el momento y salir de allí ahora mismo.

—Eso es parte de esto. Jimin, yo...

—Será mejor irnos. —Señaló a un agente de tránsito que se dirigía hacia ellos con la mirada de un animal depredador.

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐓𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐢𝐬𝐭 || 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora