Capítulo Uno: "Jimin..."

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Busan, Corea Del Sur.

El callejón detrás de las tiendas de JuryeDong olía a basura y orina. A las nueve de una noche de julio la oscuridad crecía, y después del día cálido y húmedo, el hedor era sobrecogedor.

El estudiante aspirante a científico Jeon Jungkook no quería tener alguna experiencia sexual fuera con un prostituto, pero el tiempo se estaba acabando. La fecha de aniversario con Rosé, su ex, se acercaba a la velocidad de un coche de carreras de Fórmula Uno, y como su hermana tan directamente le dijo el otro día:

"Si no consigues a alguien pronto, hermano, te unirás a las filas de los grandes perdedores del mundo. Serás un solterón de treinta años de edad que aún se atascó en una vieja relación. Y eso, Kookie, es muy deprimente. Buscate a alguien y olvida a esa perra".

Ruidos en una caja de cartón a seis metros más adelante llamaron la atención del pelinegro en ese momento. Su corazón latía con fuerza. Las ratas de laboratorio en jaulas de plástico eran manejables. Él trataba con ellas todos los días en su trabajo. Pero las ratas no domesticadas en un callejón de Busan eran aterradoras.

Lentamente, una figura oscura se levantó de la caja. Jungkook dejó de respirar por completo durante al menos treinta segundos. El contorno de la sombra tomó forma, y vio con alivio que no era una rata gigante sino una persona. El alivio fue momentáneo. ¿Estaba a punto de ser asaltado?

Cada escenario posible pasaba por su cerebro, incluyendo un titular en la Revista Mensual "The Korea Times":

"HOMBRE LOCAL ASALTADO EN UN CALLEJÓN DE BUSAN DESPUÉS DE SOLICITAR UN PROSTITUTO".

Si sobrevivía al incidente, sus padres lo matarían.

-Cuatro mil wones por una chupada. Dos mil por una paja. -La voz era un poco aguda pero masculina y parecía joven.

-Em... -El cerebro de Jungkook no funcionaba. No era esto lo que quería - ¿Sexo...con un hombre?

-Decídete, amigo. No tengo toda la noche -dijo la figura.

El acento era algo así como el que ahora usaba Lisa, su hermana, un recientemente adquirido acento que la gente de clase trabajadora utilizaba en Busan, pero de alguna manera agradable.

-Sí, está bien, pero ¿tenemos que hacerlo aquí? -Kook murmuró cruzándose de brazos.

-Sí, está bien, ¿entonces qué? -El joven imitó el acento del mayor-, ¿una paja o una mamada?

Confundido por el repentino giro de los acontecimientos, Jungkook vaciló. -No estoy seguro.

-No está seguro. Y no quiere hacerlo en un callejón. ¿Acaso tienes una suite en algún Hotel caro, amigo? -El joven estaba empezando a sonar impaciente, haciendo que Jungkook temiera que perdería la oportunidad.

Jungkook era capaz de detectar el sarcasmo, y sólo si era evidente, pero no era en absoluto experto en comentarios ingeniosos.

-No, pero tengo un departamento en una casa en la calle Busanjin-Gu. Está a no más de media hora caminando.

- ¿Busanjin-Gu? Muy elegante. -El chico dio un paso fuera de la caja, lanzando una mochila al hombro-. Vamos. Pero me pagarás también por el ejercicio. Añadiré otros Mil.

-Por supuesto. -El pelinegro empezó a caminar al lado del joven-. ¿Cuál es tu nombre?

-Dime Jimin.

Salieron del oscuro callejón a la calle. Nervioso, Jungkook lo miró de reojo. A la luz de los faroles de la calle vio a un muy delgado, y muy joven, pálido hombre con el cabello rubio. Su ropa consistía en jeans rotos en tono negro que combinaban a la perfección con su blazer de un tono celeste pastel junto a una camiseta blanca al igual que las zapatillas. Alrededor de los ojos usaba delineador de ojos negro, pero era sutil.

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐓𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐢𝐬𝐭 || 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora